viernes, 18 de mayo de 2018

PLAZA VIRGEN DE LOS REYES Y PALACIO ARZOBISPAL DE SEVILLA.(1)


La plaza de la Virgen de los Reyes de Sevilla ( antes Corral de los Olmos) se encuentra situada en el barrio de Santa Cruz, dentro de su distrito Casco Antiguo, en pleno corazón del centro histórico de la ciudad.
A ella confluyen la plaza del Triunfo, la barreduela de Santa Marta y las calles Don RemondoMateos Gago y Placentines.
Entre los edificios más representativos de esta plaza se encuentran la Catedral, con la Giralda, el palacio Arzobispal y el convento de la Encarnación.
Es una de las plazas más transitadas de Sevilla, especialmente por los numerosos grupos de turistas que tienen aquí una de sus paradas obligadas. De carácter esencialmente peatonal, bajo los naranjos del frente del convento y al pie de la Giralda suelen encontrarse muchos de los coches de caballos que hacen su particular recorrido por esta zona de la ciudad.
Singular protagonismo toma esta plaza en festividades muy especiales como son el Corpus Christi o la Semana Santa, pues su portada gótica denominada de los Palos se convierte en puerta de entrada o de salida de los distintos cortejos procesionales, motivo por lo cual su entorno se prepara y engalana de manera excepcional.
Es ésta una plaza de trazado irregular, de amplias proporciones y de un marcado carácter monumental, que aparece presidida por la catedral y la Giralda, ambas declaradas en 1987 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La Giralda, convertida en símbolo representativo de toda la ciudad, tiene desde aquí su acceso y su mejor visión de conjunto. El resto de este frente de la plaza lo constituye la cabecera de la catedral, donde se mezclan elementos góticos como la propia portada de los Palos, junto con otros renacentistas como es el ábside con el que se cierra la Capilla Real.
Cerrando su frente contiguo aparece el Palacio Arzobispal, un espléndido edificio barroco que muestra a la plaza una de las mejores portadas en este estilo con que cuenta la ciudad.
Después de la reconquista de Sevilla en 1248 por el santificado rey Fernando III de Castilla, son cedidas unas casas en 1251 por el mismo rey a Raimundo de Losanaobispo de Segovia, para que se estableciese en la ciudad. Estas casas estaban edificadas sobre construcciones almohades que a su vez estaban construidas sobre un conjunto termal de la época romana, hallados a un nivel más profundo.
Del palacio mandado levantar para don Raimundo, que fue el primer obispo de Sevilla después de la reconquista, no queda prácticamente resto alguno.
A lo largo de los siglos se fue ampliando hasta que a mediados de siglo xvi una de las reformas lo deja con la estructura que se puede ver en el presente, alrededor de dos patios de estilo manierista que es lo primero que percibe el visitante del monumento. Tiene una extensión de 6.700 m² ocupando casi toda una manzana.
La portada, de estilo barroco, obra de Lorenzo Fernández de Iglesias y Diego Antonio Díaz, fue construida en el xviii, está considerada una de las mejores del barroco sevillano, cabe destacar los colores albero y sangre de toro con que está decorada, colores que acompañan a otros edificios emblemáticos de la ciudad.1
En las últimas décadas del siglo xviii, el entonces arzobispo, Alonso Marcos de Llanes Argüelles, dotó y abrió la biblioteca del palacio. Además, realizó varios encargos al pintor José Suárez para la decoración del palacio, y también para el palacio arzobispal de Umbrete, utilizado por los arzobispos como residencia estival.2​ Durante la guerra de la Independencia, fue utilizado como sede de la comandancia general del ejército francés y residencia del mariscal Soult y sus oficiales. Años después fueron los duques de Montpensier que estaban recién llegados a la ciudad, los que ocuparon sus estancias como vivienda ocasional mientras se realizaban obras en el palacio de San Telmo.
Nada más cruzar el umbral de la portada lo primero que se puede observar son dos patios de estilo manierista construidos entre los siglos xvii y xviii, el segundo posee una fuente del siglo xvi, detrás de este patio se encuentran las dependencias del Archivo General del Arzobispado y la biblioteca, que conserva toda la documentación eclesiástica de la archidiócesis hispalense, datando los más antiguos del siglo xiv, los fondos de este archivo está siendo reordenados y clasificados desde el año 1972 bajo la supervisión de la Institución Colombina habiéndose catalogados aproximadamente más de 13.000 legajos, unos 300 pergaminos y cerca de 800 libros llegando a ocupar más de 2.500 metros lineales.

Cabe destacar su escalera central, de un solo tiro y tres tramos, una auténtica obra de arte que data de la segunda mitad del siglo xvii, diseñada por fray Manuel Ramos, realizada con mármoles de colores y decorada con pinturas murales atribuidas a Juan de Espinal.
También son admirables el salón principal con su techo pintado al fresco con setentas lienzos exaltando a la iglesia católica, y el resto de salones.
Además posee una importante colección de pinturas y esculturas del barroco sevillano, repartida por el palacio, superada únicamente en Sevilla por el Museo de Bellas Artes y la catedral, convirtiéndose en la tercera pinacoteca de la ciudad. Entre sus pinturas se pueden ver obras de Francisco Herrera el ViejoFrancisco PachecoZurbaránMurilloJuan de Zamora y Juan de Espinal. A esto hay que añadir colecciones procedentes de las escuelas italiana y holandesa, también de estilo barroco.
Estos fondos pictóricos fueron catalogados en 1979 por Valdivieso y Serrera determinando que existen 296 pinturas, conteniendo obras que datan de los siglos xvi al xx, aunque la mayoría de ellos están datados entre los siglos xvii al xviii.

El palacio posee en su patio interior en la fachada oeste una ventana ficticia o falsa con su correspondiente reja, simulando una ventana real, por razones desconocidas.
Su cercanía con la catedral hizo posible que antiguamente se comunicaran ambos edificios por pasajes o pasillos balconados.

El siguiente frente lo cierran algunos de los edificios de tipo residencial que forman parte del comienzo de las calles que llegan hasta la plaza por ese lado. Y finalmente, el último frente lo ocupa casi en su totalidad el convento de la Encarnación, un edificio de líneas arquitectónicas en claro contraste con los anteriores, que abre la portada de su recoleta capilla en este frente.
En el centro de la plaza se levanta una elegante fuente de piedra, de taza baja y perfil mixtilíneo, que se corona con una farola de forja de varios brazos y se remata con una pequeña cruz del mismo material.
Antes de todo eso, fue un solar con vegetación, un corral, que ejercía de «salón de plenos», de lugar oficial de las reuniones de los Cabildos municipales y catedralicios, por poco ortodoxo que eso parezca. Y se denominaba esta Plaza EL CORRAL DE LOS OLMOS
Bibliografía e Internetgrafia: (parte I y II)
FALCÓN MÁRQUEZ, Teodoro, El palacio arzobispal de Sevilla, Córdoba, Caja Sur, 1997.
FERNÁNDEZ LÓPEZ, José, “Los techos pintados del Palacio Arzobispal de Sevilla”, en SERRERA CONTRERAS, Juan Miguel, Velázquez y Sevilla Monasterio de la Cartuja de Santa María de las Cuevas, Sevilla, Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, 1999, pp. 158-171.
MORA-VICENTE, Gregorio; ROMO SALAS, Ana Salud, “Intervención arqueológica de urgencia en Palacio Arzobispal de Sevilla. Sectores de archivo y tribunal. Primera fase de los trabajos. Sondeos I-II-IV. Aportaciones a la Sevilla republicana”, Anuario Arqueológico de Andalucía, vol. 3. 2003, pp. 179-196.
VALDIVIESO, Enrique; SERRERA CONTRERAS, Juan Miguel, Catálogo de las pinturas del Palacio Arzobispal de Sevilla, Sevilla, editado por los autores, 1979.

VIDEO CORRESPONDIENTES A ESTOS POST: EN YOUTUBE:  https://youtu.be/1lH4VS7Kxac
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