viernes, 25 de mayo de 2018

MERCADO DE LA ENCARNACIÓN. SEVILLA


el Mercado de la Encarnación, surgieron en el siglo XIX con un afán de mejoría social y económica , pasando de una agrupación de tenderetes en la calle a un edificio cubierto al que las personas podían acudir en busca de productos frescos con los que abastecer sus casas.
El Mercado antes del Mercado
Sin embargo, estos edificios a veces ocuparon solares que ya tenían dueño, como es el actual caso, ya que se erigió sobre el lugar en el que estuvo el convento de la Encarnación, que da nombre a la plaza y que se encontraba junto con el también desaparecido convento de Regina Angelorum, que a su vez da nombre a la cercana calle Regina.
Pero mucho antes ya existían aquí otras edificaciones de carácter privado, que comprendían casas con  tabernas, fábricas de salazón y salmueras romanas, una basílica paleocristiana y, posteriormente, un par de casas almohades; son los restos que constituyen el recinto arqueológico llamado Antiquarium que se encuentra en el espacio que, en el proyecto inicial, iba a estar destinado a aparcamientos.
El descubrimiento y posterior musealización de este yacimiento ha supuesto un gran avance en cuanto a la puesta en valor de Hispalis, de la que se ya se tenían vastos conocimientos pero de la que quedan pocos restos in situ y, menos aún, abiertos al público.
El recorrido permite que quien lo visite pueda hacerse una idea de cómo era la ciudad en época romana, tardorromana y musulmana, por dónde discurría el río y cómo se organizaba la zona.

La reformas urbanísticas

Volviendo al primitivo mercado, aunque hacía tiempo que contaba con problemas estructurales que hacían necesaria una intervención, su vida concluyó en 1973, cuando se ejecutó la ampliación del eje Campana-Puerta Osario, proyectada en 1948. Estas obras conllevaron derribos, entre ellos el del propio mercado, para ensanchar las estrechas calles existentes, derivadas del urbanismo medieval, y para crear una vía que permitiera el tráfico rodado fluido desde ambos puntos. Se trata de nuevo de una actuación en pos de una modernidad mal entendida que priva a Sevilla de conservar su tejido urbano intacto y que la llena de edificios racionalistas.
En ese momento existía un proyecto para un nuevo mercado de Guillermo Vázquez Consuegra que seguía la línea racionalista del resto de edificios colindantes pero que, por diversos motivos, mayormente políticos, se descartó, dando comienzo a un oscuro periodo en el que los puestos del mercado pasan a la provisionalidad de un espacio cercano, en el que se encontraron hasta entrado el siglo XXI, cuando se trazó una línea de actuación para crear un nuevo edificio..





























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