La Iglesia de San Luis de los Franceses es un templo
católico del centro de Sevilla. Constituye un destacado ejemplo de arquitectura
barroca del siglo XVIII. Fue diseñada por el arquitecto Leonardo de Figueroa y construida entre 1699 y
1730.
La Compañía de Jesús llegó a Sevilla en 1554 y
construyó una iglesia, una casa profesa y un noviciado. De todas estas
edificaciones únicamente se conserva la iglesia de la Anunciación.A principios del siglo XVII, Lucía de Medina les donó unos terrenos para un nuevo edificio más grande y una nueva iglesia que sería dedicada a San Luis. En 1609 ya se había trasladado el noviciado. En 1699 se inició la construcción de la iglesia que se terminó en 1730 y fue inaugurada en 1731 por el arzobispo Luis de Salcedo y Ascona con el nombre de Iglesia de San Luis de los Franceses. San Luis, rey de Francia, era primo del monarca castellano san Fernando.
En 1767 una Real Orden de Carlos III expulsó de España a los jesuitas que debieron abandonar el edificio. Volvieron en 1817, hasta que la nueva expulsión de 1835 les obligó a abandonar definitivamente el conjunto.
Desde entonces el antiguo noviciado ha tenido diversos usos: seminario, convento franciscano, hospital de venerables sacerdotes, fábrica en el siglo XIX y hospicio hasta los años sesenta del siglo XX. La iglesia permaneció cerrada y sin culto muchos años.
Actualmente la iglesia pertenece a la Diputación Provincial de Sevilla. Esta institución ha venido destinando desde el año 1984 importantes partidas económicas para la recuperación integral de este preciado monumento y ha contado con la colaboración de la Fundación Sevillana Endesa, que ha realizado la iluminación artística de iglesia, capilla doméstica y cripta. Después de más de cuatro décadas de obras, a finales del 2015 o 2016, llegará la reapertura al público. Actualmente (mayo de 2016) permanece cerrada
La fachada
es de dos cuerpos y está profundamente decorada como fachada retablo; en ella
se alterna la piedra y el ladrillo como materiales de construcción. Está
flanqueada por dos torres octogonales. El segundo cuerpo consta de 5 ventanas,
la central enmarcadas por columnas
salomónicas. Más arriba
el Escudo de España coronado por los tres arcángeles.
Interior
Planta de
cruz griega. Sobre ella una espléndida cúpula, una de las más monumentales de
Sevilla. En las bases de las columnas las grandes virtudes (castidad, obediencia, oración, humildad y pobreza).
Retablos
Los retablos
que son en su mayor parte tanto en el aspecto escultórico como arquitectónico obra
de Duque
Cornejo, mientras
que la mayoría de las pinturas que se integran en ellos son de Domingo Martínez quien las
realizó entre 1743 y 1750.
El retablo
mayor está presidido por un lienzo de san Luis (rey Luis IX de
Francia) y los seis
laterales están dedicados a diferentes santos jesuitas.
- Retablo mayor. Está presidido
en su calle central por un lienzo de San Luis de la escuela de Zurbarán, una preciosa Inmaculada de
Duque Cornejo y un cuadro de la Virgen con el Niño de estilo manierista y autor anónimo, que debió de
realizarse a finales del siglo XVI.
- Retablo dedicado a san Ignacio
de Loyola. Este
se representa arrodillado en el episodio de la cueva de
Manresa.
- Retablo dedicado a san Estanislao de Kostka. Este se representa portando
el Niño Jesús en sus brazos, para recordar la aparición milagrosa de la
Virgen que salvó al Santo de una grave enfermedad, entregándole su hijo
durante unos instantes, tras lo cual le manifestó su deseo de que entrase
en la Compañía de Jesús.
- Retablo dedicado a san Luis Gonzaga
- Retablo dedicado a san Juan Francisco Régis
- Retablo dedicado a san Francisco
de Borja. El
santo se representa portando un cráneo con corona en la mano izquierda
para simbolizar el desengaño que sufrió cuando fue comisionado para
trasladar el cuerpo de la emperatriz Isabel
de Portugal desde
Toledo hasta el mausoleo de los Reyes Católicos en Granada. Al abrir el
ataúd para identificar el cadáver y contemplar el cuerpo en putrefacción
de la emperatriz, quedó muy impresionado, se prometió "nunca más
servir a señor que se pueda morir" y decidió dedicar su vida a
Dios.
- Retablo dedicado a San Francisco
Javier. El
santo se representa en el momento de su muerte.
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