la Plaza de América. Ésta se
halla configurada en lo que anteriormente fue conocido como el Huerto de Mariana y aquí podremos ver
tres pabellones que en la actualidad conforman todo un conjunto museístico y
que detallaremos más adelante.
La Plaza de América es, junto con la ya vista de España, la esencia del carácter que unos años
después daría pie a la celebración de la Exposición Iberoamericana de
1929, motivo por el cual hemos creído conveniente reseñarla en este
reportaje. En un primer momento, tuvo el nombre de Plaza del Honor, pasando a ser conocida como de América a partir de 1913. Su diseño corrió a
cargo del arquitecto Aníbal González, quien lo realizó en 1912, siendo
inaugurada unos años después, el 25 de abril de 1916, por los Reyes de España.
González planeó una estructura de planta rectangular achaflanada que quedaría
definida por 16 columnas en los lados mayores, de 16 metros cada una, que se
hallan rematadas por el mismo número de esculturas de victorias aladas; estas
figuras, distintas unas de otras, fueron esculpidas por el artista Lorenzo
Coullaut Valera (seis de ellas), su discípulo Manuel Delgado Brackembury
(cinco) y Pedro Carbonell (otras cinco); aquí también podremos encontrar una
serie de farolas de hierro de bella factura y vistosidad.
En el
medio, hay un espacio ajardinado con un estanque poligonal en el centro elevado
sobre una escalinata y con una fuente central de barro vidriado; aquí, Aníbal
González contó con la participación de José Lafita, que haría la decoración,
siendo la verja que rodea el conjunto una obra de la fundición de Juan Miró.
Una serie de bancos bordea la plaza, siendo los que rodean el estanque de forma
curva, ladrillo visto y asientos con mosaicos de azulejos con motivos
figurativos, geométricos y vegetales; los respaldos son de forja, también obra
de la ya mencionada fundición de Juan Miró.
Collaut
Valera propondría cerrar la plaza por el lateral del Paseo de las Delicias con
un gran monumento dedicado a Miguel de Cervantes, aunque el elevado coste que
ello supondría fue determinante para que finalmente no se llevara a cabo. Sin
embargo, la idea del artista sí que llegó a materializarse, pero no en Sevilla,
sino en Madrid y con ligeras modificaciones, ya que este proyecto es el que más
adelante sería elegido para erigir el Monumento a Monumento a Miguel de
Cervantes que
hoy se alza majestuoso en la Plaza de España de la capital.
Se
pueden contemplar tres edificio. Pabellón Real: Pabellón de Manufacturas y Artes Decorativas, después
llamado de Arte Antiguo y más conocido como Pabellón Mudéjar por
el estilo neomudéjar en que fue construido, convirtiéndose en el primero que se
alzaría de todos los que integraron la Exposición. Y
Pabellon de Las Bellas Artes (hoy Museo Arqueologico)
Fuente:
Unaventanadesdemadrid/ LOURDES MORALES FARFAN
El 7 de abril de
1926, tras una cena en el Pabellón Real, tuvo lugar una fiesta en la Plaza
donde el Rey Alfonso XIII pronunció un
emotivo discurso sobre la importancia de que Sevilla fuera el centro económico
del Sur de España y sobre la necesidad de volcarse con la Exposición de
Sevilla, añadiendo la siguiente proclama al finalizar:
Al señor
Alcalde de Sevilla, le ruego que en mi nombre de las gracias a la ciudad por la
cariñosa acogida que nos ha dispensado. Decid a los sevillanos que si un Rey
Alfonso dió a Sevilla el galardón de que en su escudo pusiera la frase "No
me ha dejado", otro Rey Alfonso dice que él nunca dejará a los
sevillanos".
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