AL BORES DE PRIMAVERA (Carteles anunciando
la Semana Santa y Feria de Sevilla)
De 1953
a 1973.
Durante mucho tiempo la Semana Santa
sevillana hubo de compartir con la Feria el cartel que año tras año difundía
estas festividades. Desde 1881, el Ayuntamiento sevillano ha editado anualmente
un cartel propagandístico para difundir en la propia ciudad, en el resto del
territorio español y en el extranjero, las Fiestas de Primavera. Sin embargo,
hasta 1890 no apareció en el cartel un motivo relacionado con la Semana Santa;
fue dicho el cartel obra de José García Ramos y en él figuraba de gran tamaño
la figura de un nazareno, vestido de negro con cirio en la mano.
Esta primera referencia no quedó tipificada en
adelante, porque hasta 1895 no vuelve a constatarse la iconografía de la Semana
santa en el cartel, esta vez con un breve retazo que describe la salida del
templo de un paso de Cristo acompañado de sus nazarenos.
La primera alusión a una imagen procesional
concreta se efectúa en 1896 en un espléndido cartel de Francisco Narbona. Se
trata de una representación de la imagen de Jesús del Gran Poder a la que se le
dedica un reducido espacio en la parte superior izquierda. Sigue en años
sucesivos constatándose la presencia de motivos iconográficos alusivos a la
Semana Santa, basados generalmente en figuras de nazarenos desfilando y se
llega al año 1900 en el que el autor del cartel, Gonzalo Bilbao, realizó una
bella alegoría en la que contrapone la Sevilla profana de la Feria con la
Sevilla religiosa de la Semana Santa a través de dos bellas figuras femeninas,
una vestida de blanco alusiva al divertimento profano y la otra de negro
referida al sentimiento religioso. Esta contraposición afortunada hizo escuela
y logró configurar un tema que en años sucesivos se volvería a tratar de forma
reiterada.
Desde principios del siglo XX se fueron editando
carteles que generalmente mantuvieron un alto nivel creativo y esplendido resultado
visual. Las alusiones a la Semana Santa siguieron personificándose a la
presencia de nazarenos que se contraponen con bellas jóvenes con mantones y
abanicos o con figuras de toreros.
Después, coincidiendo con etapas de marcado
laicismo en la vida loca y nacional, se advierte la ausencia de temas de Semana
Santa en el cartel y así puede comprobarse que de 1910 a 1925 no aparecen
representaciones relacionadas con los desfiles procesionales, excepto en el
cartel de 1913, obra de Gonzalo Bilbao en el que, de nuevo, pero con menor
fortuna que en 1900, contrapone el espíritu de la Sevilla profana con la
religiosa.
Grandes pintores fueron dejando por estos años
prueba de su talento en magníficos carteles. Así a los nombres ya citados,
añadiremos nombres como Honheleiter, Bacarisas y más tarde Juan Miguel Sánchez.
Precisamente fue este último artista citado quien, en 1931, realizó el primer
cartel de Fiestas de Primavera dedicado exclusivamente al tema religioso, prescindiendo
en él de cualquiera iconografía profana. Se editó con el título de "Luz
y Gracia de Sevilla" y mostraba una ejecución técnica excelente,
con tintas planas y colores cálidos. La iconografía seleccionada por Juan
Miguel Sánchez fue la del palio de la Macarena consiguiendo plasmar así el que
sin duda es el mejor cartel de cuantos se han realizado a través del tiempo,
con el tema de Semana Santa. Con este cartel se llegó a la culminación de todo
proceso creativo, ya que nunca volvió a superarse, aunque en años sucesivos el
autor creó más carteles para la Semana Santa, pero no logró superar este, que
quedó para la Historia.
En las últimas décadas se constata una cierta
reactivación merced al encargo que el Ayuntamiento hace a renombrados pintores
locales, en las que se han creado algunos ejemplares notables, como es el
realizado por Carmen Laffón en 1983, obra que refleja la delicadeza y exquisita
sensibilidad de esta pintora.
Fuente Regina Osta/ ABC Sevilla
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