TITULO: Cardenal Segura
CARPETA. Personajes Históricos relacionados con Sevilla.
FICHA. Cardenal Segura- Pedro Segura y Sáez.
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Pedro Segura y Sáez, (Carazo, Provincia de Burgos, 4 de
diciembre de 1880 - Madrid, 8 de abril de 1957), fue un clérigo español, miembro de
la jerarquía eclesiástica, fue cardenal primado de España hasta su
destitución en 1931. Desde 1937
hasta su fallecimiento fue arzobispo de Sevilla.
De origen humilde para la época,
sus padres eran maestros, su hermano Emilio fue canónigo de Toledo
y Quintín, capellán de la Religiosas Adoratrices de Burgos. Estudió en el
colegio de los escolapios de San
Pedro de Cardeña, a el seminario de Burgos
y la Universidad
Pontificia Comillas, se ordenó sacerdote el 9 de junio de 1906, doctorándose luego en Teología, Derecho
Canónico y Filosofía.
Profesor del seminario de Burgos,
Canónigo de la Catedral de Valladolid, en 1916 es designado obispo auxiliar del Cardenal Cos
-Valladolid-, ocupando, la muerte de éste, sede vacante, el gobierno apostólico
de dicha diócesis, y en 1920 es preconizado obispo de la diócesis de Coria (Cáceres), donde permanece hasta mayo de 1926.
Es en este periodo en Coria donde
tiene ocasión de conocer a Alfonso XIII, al acompañarle durante la visita que el rey
realizó en 1922 a la entonces sumamente deprimida comarca de Las Hurdes. Su carácter enérgico impresionó muy favorablemente al
rey, consiguiendo que se otorgaran importantes ayudas en dotaciones y servicios
a la citada comarca y la creación de un Patronato para fomentar su desarrollo.
El 1 de abril de 1923 fundó el diario Extremadura.
La amistad de Alfonso XIII,
correspondida por Segura, daría sus resultados ya que el 6 de mayo de 1926 es nombrado,
al parecer a petición del rey, arzobispo de Burgos y el 20 de diciembre del mismo año el papa Pío XI
le nombra cardenal y le designa para la sede primada de Toledo.
La birreta cardenalicia le sería impuesta en Madrid, en una ceremonia ante toda
la corte celebrada en el Palacio Real, por el propio rey.
Hombre de gran rectitud, fuerte
carácter, católico intransigente, opuesto al fascismo y sin tacto diplomático,
se ha dicho de él que «solo inclinó su frente ante el Papa». Estas
cualidades, unidas a su fidelidad a ultranza a la monarquía le llevarían pronto
a enfrentamientos con los poderes establecidos, primero con las autoridades de
la República, más tarde con la dictadura del general Franco
y en más de una ocasión con la Santa Sede.
En 1931,
a poco más de 15 días de la proclamación de la República, lanza una violenta
diatriba contra el régimen recién establecido, afirmando en una pastoral : «Cuando los enemigos del reinado de
Jesucristo avanzan resueltamente, ningún católico puede permanecer inactivo».
Esta afirmación tajante no era
compartida, al menos en público, por la totalidad de los católicos y en todo
caso no lo era por los que pensaban como el grupo dirigente del periódico El Debate, fundado por el que más tarde sería cardenal
Herrera Oria. Segura llegó a calificar como "papelucho
liberal" a este periódico por defender una visión accidentalista
de las formas de gobierno, incompatible, a su juicio, con un buen católico.
El 13 de mayo de 1931, es
exiliado a Roma. Poco tiempo después se intervienen unos documentos al obispo
de Vitoria, al ir a cruzar la frontera, por los que Segura ordenaba
la venta de bienes eclesiásticos en España y el envío del producto de la venta
fuera del país.
Estos hechos hacen que el
gobierno republicano presione ante la Santa Sede para que se le sustituya en la archidiócesis de Toledo.
Segura, enterado de estas gestiones, se había ido resistiendo, pero finalmente
envía una carta a Pío XI poniendo a su disposición el cargo. El papa acepta el
ofrecimiento y el cardenal, tras pasar por Bayona y Lisieux es incorporado a la
curia pontificia donde permanece hasta el año 1937.
Arzobispo de Sevilla
Tras el fallecimiento el 10 de agosto de 1937
del cardenal Ilundain, Segura es designado para la archidiócesis
de Sevilla, de la que toma posesión el 2 de
octubre de ese mismo año.
Se caracterizó por su celo
extremo en la persecución de las "costumbres inmorales". Por ejemplo,
penó con excomunión el bailar agarrado y prohibió que los
sacerdotes diesen misa en las poblaciones que celebrasen tales bailes. También
decretó excomunión contra todo el que asistiera a la comedia La blanca doble.
Su relación con Francisco Franco
Pero muy pronto el cardenal sería
una de las pocas voces discordantes, dentro de una iglesia católica muy
identificada con la dictadura franquista. Sus enfrentamientos con el dictador
fueron muchos y por muy diversos motivos. Los más conocidos fueron, su
oposición a la entrada bajo palio de Franco en las iglesias y catedrales
de su jurisdicción, llegando a amenazar con la excomunión a quienes lo
permitieran; la negativa, en contra de lo ordenado por la dictadura, a que se
instalaran placas en los muros de la catedral y parroquias de la diócesis con
los nombres de los Caídos por Dios y por la Patria, hecho que provocó la
ira de los falangistas quienes, en represalia, pintaban
periódicamente el emblema del yugo y las flechas en los muros del palacio
arzobispal sevillano. Estas pintadas perduraron durante muchos años, incluso
después de la muerte del cardenal, pero Segura no cedió y la cruz de los caídos
sevillana tuvo que ser instalada junto a los muros de los Reales
Alcázares, situados en la proximidad de la
catedral.
A comienzos de 1940 el antiguo
oficial de la Guardia Civil y general republicano Antonio Escobar Huerta había sido sentenciado a muerte por los
tribunales militares franquistas. Escobar era un católico convencido, algo que
no había ocultado durante la guerra civil en la zona republicana. Segura
escribió una carta a Franco pidiéndole clemencia con el antiguo oficial,
llegando a decirle: "si fusila a Escobar no fusila a un hombre, fusila a
un santo". A pesar de ello, Escobar fue finalmente fusilado.
Por otra parte, en sus sabatinas
nunca faltaban las críticas al régimen en general e incluso a sus jerarcas en
particular. Esta conducta era insólita en unos tiempos en que la unidad de
pensamiento era la norma y la crítica casi no existía. En concreto en abril y
mayo de 1940, el gobernador civil de Sevilla, envió a Franco notas tomadas de
uno de los sermones, donde el cardenal proclamaba que en la literatura clásica,
los caudillos eran los "jefes de una banda de forajidos" y que en los
escritos de San Ignacio de Loyola, "caudillo" era sinónimo de
"diablo". Esto dio lugar a que Franco, como antes la República,
ordenara su expulsión de España, aunque no llevó a término esta idea. En
general podríamos decir que Segura defendía como sistema de gobierno la teocracia, donde el poder político estuviera sometido al poder
religioso, y de ahí su enfrentamiento.
El viaje de
Franco en 1948
En el otoño de 1948, Franco
realizó un viaje a Andalucía, en el curso del cual se iba a inaugurar un
monumento al Sagrado Corazón en San Juan de Aznalfarache, próximo a Sevilla.
Franco debía asistir a la inauguración y después a un banquete oficial. En la negociación
del correspondiente protocolo, el cardenal afirmó que sólo podía ceder la
presidencia que le correspondía a un rey, reina, jefe de estado o un príncipe
heredero, pero no a la esposa de Franco, Carmen Polo.
Las gestiones del gobierno de
Franco ante la Santa Sede, llevadas a cabo desde muchas instancias
dieron lugar a que, en noviembre de 1954, mientras el cardenal se encontraba de
visita en Roma, la Santa Sede designara a José
María Bueno Monreal como arzobispo coadjutor de la
archidiócesis de Sevilla, en tanto que se le rebajaban al cardenal muchos de
los poderes que ejercía, por lo que de facto, hasta el fallecimiento de
Segura hubo en Sevilla dos arzobispos.
Fallecimiento y entierro
Falleció en Madrid el 8 de abril
de 1957, y en cumplimiento de su última voluntad su cadáver fue trasladado a
Sevilla donde, por orden del general Franco, se le rindieron honores militares.
Fue enterrado junto al resto de su familia en la cripta del monumento al Sagrado Corazón de Jesús situado en la localidad sevillana de San
Juan de Aznalfarache. Este monumento, encargo en vida
del cardenal al arquitecto sevillano Aurelio
Gómez Millán y terminado en 1948 sobre una
colina que domina la ciudad de Sevilla, es un complejo funerario-religioso
funcional dependiente de la diócesis de Sevilla: hay tres iglesias, un vía
crucis con todas sus estaciones, un recinto de jardines con altares con
pinturas de imágenes en las paredes en cada descanso de las escaleras que
antiguamente estaba cuajado de flores; hay un hotel, una casa de ejercicios
usado por los católicos; hay un colegio regentado por religiosas (las teresianas),
que fue un internado para niñas y también hubo un internado de niños pobres en
otra zona del recinto, y una residencia de seminaristas, y es a la vez una
imitación de la plaza de san Pedro de Roma a menor escala. En su cúspide está
la estatua del Sagrado Corazón, que está rodeado de suelo de mármol, con unos
soportales en forma de semicírculo rodeando la plaza del monumento.
Lo conocí y asistí a su entierro,pues en aquellas fechas yo estudiaba en el PALACIO DE SAN TELMO. Fue un señor de su época.Exagerado por unos y despues de muerto se dicen cosas muy raras. Por supuesto era rígido,pero nada relativista
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