CARPETAS: Personajes históricos relacionados con Sevilla. Y
Colegios
FICHAS:
Colegio el Reloj. Doña Carmen Benitez
Inaugurado en 1896 El colegio situado junto a la Ronda Histórica, el
segundo más antiguo de Sevilla.
Carmen Benítez fue declarada hija adoptiva de Sevilla
con motivo de la entrega de este edificio a la ciudad. El edificio, según
consta en los documentos notariales, costó la friolera de 184.000 pesetas de
1897.
Al quedarse viuda, heredó una gran fortuna de su marido Juan Ruiz y García. Con un propósito firme de beneficiar a la comunidad compró al Ayuntamiento unas parcelas baldías para construir allí el colegio y después regalarselo a los sevillanos.
Al quedarse viuda, heredó una gran fortuna de su marido Juan Ruiz y García. Con un propósito firme de beneficiar a la comunidad compró al Ayuntamiento unas parcelas baldías para construir allí el colegio y después regalarselo a los sevillanos.
Las
Escuelas de Carmen Benítez se fundan en 1.896, siendo, por antigüedad, la
segunda Institución Pública de Enseñanza Primaria en Sevilla. Su evolución va a
navegar, por tanto, paralela a las vicisitudes de la Escuela en España y a las
propias de la ciudad y el barrio donde se ubica.
En la
2ª mitad del siglo XIX se eliminan las murallas medievales que separaban la
ciudad de los arrabales históricos, entre ellos, los de San Roque y la Calzada,
desamortizándose los terrenos que ocupaba el convento de San Agustín. Esto va a
permitir, a través del Ensanche de la Ronda, incorporar al tejido de la ciudad
estos barrios antiguos que ven aumentar su población de forma considerable
debido a éxodo rural al calor de la industrialización y el comercio.
La
naciente conciencia pública de la necesidad de desarrollo económico y social,
en un país cuya incorporación a la modernidad es tardía, a través de la
extensión a mayores capas de la población de la Educación, lleva a los poderes
públicos y a algunas instituciones religiosas a la creación de centros de
enseñanzas, para acoger a las clases populares con los objetivos fundamentales,
de la lucha contra el analfabetismo desde las edades más tempranas y la
integración de la infancia en aumento, posible victima de la marginación y la
exclusión social.
En este contexto Doña Carmen Benítez emplea
gran parte de su fortuna en la construcción del Colegio que dona a la ciudad de
Sevilla. Por entonces, pertenecían al Ayuntamiento las competencias
educativas, incluida el pago de los maestros. A partir de 1901 todas las
competencias educativas, la dependencia laboral y el pago de las personas
pasarán al Ministerio de Instrucción Pública en Madrid.
Las
Escuelas de Carmen Benítez incluían en su edificación dos viviendas de
maestros, señoriales y bien dotadas, cuya intención estaba orientada a la
dignificación y la consagración social de una profesión a la que se quiere dar
la importancia que merece como pilar del desarrollo económico y social del
país.
El
viejo edificio ha sido testigo de todos los cambios políticos del siglo
XX en España. De la Restauración y la República, de la Guerra Civil y la
Dictadura, de la Transición y la Monarquía Constitucional. La Institución
acumula la memoria de los sucesivos sistemas educativos y las reformas de los
mismos que se han sucedido en nuestro país a lo largo de un siglo largo.
Hemos
de manifestar nuestro reconocimiento y admiración a todos los maestros y
maestras que han desarrollado la mayoría de su vida profesional en este Colegio
desde los pioneros, como Doña Carlota de Castro que dirigió los inicios de las
Escuelas de Niñas en 1896 o doña Carlota Lucena, responsable de la
preparación para su ingreso en la Normal de alumnas de las Escuelas
Carmen Benítez, primer grupo de Maestras Tituladas de la II
República, allá por 1931. A Doña Dolores Arroyo directora en la década de los
40. A la familia Caraballo, padre e hijo. A Doña Francisca Gessa, maestra
durante tres décadas y Doña Rosalía Vicente. A Don Jerónimo Aparicio y su
esposa Doña Ana Gómez Morán directores consecutivamente desde el final de los
40 hasta 1984. A Doña Isabel Pasagali. A Doña Concha Pordal, Doña Carmen
Borrego, Doña Desamparados Salvago, a la auxiliar y conserje, durante más de 30
años, Doña Lola Carballo, y tantos otros compañeros, testigos activos de los
primeros pasos por el conocimiento de varias generaciones de sevillanos, y que
aún hoy continúan en la memoria de las gentes.
La
población escolar desde principios del siglo XX hasta los años 30 no es
necesariamente del barrio, debido a que la oferta de puestos escolares es muy
reducida , acuden al Colegio alumnos de toda la ciudad. La II Republica hace un
esfuerzo de escolarización importante con la creación de nuevos Centros.
Durante la Guerra Civil el Colegio continúa su actividad académica debido a la
lejanía de los frentes de guerra, no sin sufrir las depuraciones ideológicas y
las purgas de la que es víctima el magisterio en España.
La población es cada vez más numerosa, como
ya hemos señalado, debido a la llegada masiva de personas de origen rural y al
aumento de los nacimientos. Entre los años 40 y los 60 las clases humildes
sufren grandes carencias sociales. Sobre todo, la falta de viviendas obliga al
hacinamiento de las familias que habitan patios y corrales de vecinos. El
Colegio se convierte, no solo en un Centro de enseñanza sino, en un lugar de
auxilio social. Las clases más pudientes, por el contrario, acuden a Centros
religiosos privados. En la Escuela se organizan comedores baratos, se reparte
leche en polvo y otros productos, se organizan primeras comuniones con
celebraciones colectivas, se acude a las necesidades de las familias más
necesitadas o se imparten por las tardes clases de alfabetización de adultos.
Los
años 70 van estar marcados por la importante reforma del sistema educativo con
la unificación de los estudios primarios, su continuidad hacia el nuevo
Bachillerato y la obligatoriedad de escolarización hasta los 14 años La EGB es
producto del despegue económico de los años 60.
Durante las décadas de los 70 y los 80, el
barrio va a ir sufriendo una profunda transformación. El crecimiento urbanístico
residencial aumenta considerablemente a partir de 1992 con la eliminación del
cinturón ferroviario que partía al barrio en dos y la liberación
consiguiente de suelo urbanizable. Han sido sobre todo familias jóvenes las que
han, progresivamente, ocupado las nuevas viviendas.
El
edificio sufrió una reforma importante durante el curso 1996/97 debido a la
situación ruinosa que presentaban las vigas de madera de las plantas y las
techumbres. Con ella, se reconvierten en aulas las antiguas viviendas de
maestros. Durante los cursos inmediatamente anteriores, y debido a estas circunstancias,
se produjo una baja considerable del número de alumnos, agravada por la marcha
durante el tiempo de duración de las obras al Colegio Calvo Sotelo. A partir de
la celebración del Centenario en 1998, la Institución ha ido progresivamente
recuperando la confianza y el prestigio que, en el barrio y la ciudad, le
corresponde dada su presencia y antigüedad.
La Plaza de Carmen Benitez, de tantos y gratos recuerdos de infancia cuando viviamos en la misma esquina con C/ Recaredo, donde hoy está el edificio de Muebles Toledo.
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