sábado, 18 de mayo de 2019

BAUL DE LOS R4CUERDOS "Cruces de Mayo"



Las Cruces de Mayo

Curiosamente, en el siglo de oro, la fiesta de las Cruces de Mayo en Sevilla, era de las más importantes de Andalucía, aunque sus reminiscencias provienen de la época romana, cuando la fiesta pagana en honor a la primavera hacía que en las plazas se colocaran adornos y se celebraran festejos, acto que la Iglesia cristianizó, creándose las Cruces del mes de Mayo que han llegado hasta nuestros días.

Esta costumbre, en Sevilla perdió gran trascendencia, mientras que en zonas de la provincia y otras zonas de Andalucía, concretamente Córdoba y Granada, han seguido conservando esta tradición popular. Otros casos, relacionan la procedencia de estas Cruces con la fiesta pagana conocida como Las Mayas (s. XVI y XVII), donde se vestía a una niña que hacía de Maya, la cual paseaban en un trono, recaudando dinero y donde los vecinos le ofrecían flores y guirnaldas. Al igual que la romana, este rito fue derivando hacia lo que hoy se conoce como la Cruz de mayo.

Dentro del rito católico, y remontándose al menos al siglo VII, el 3 de mayo se celebra la Invención de la Cruz, conmemorando el hallazgo por Santa Elena de la verdadera Cruz en el año 326, festejo que desapareció tras el Concilio Vaticano II.

Como ya se ha indicado, en Sevilla fue en el siglo de oro, en pleno auge del Barroco, cuando esta festividad tomo gran relevancia, habiendo perdurado hasta principios del siglo XX y directamente relacionada con los ya hoy caso desaparecidos corrales de vecinos.

Las cruces de mayo, poco a poco fueron perdiendo interés en pro del auge de la Semana Santa y la Feria de abril, así como la cada vez más popular Romería del Rocío, que coincidía en tiempo con las Cruces de mayo.

Las cruces de Mayo eran las fiestas del Pueblo, donde los vecinos eran los verdaderos protagonistas de las mismas y donde no había clasismo, todo lo contrario que acontecía en la Feria de Abril, cada vez más “señorial”.

Dentro de las Cruces, lo típico era levantar en el patio de vecinos un altar presidido por una cruz, engalanada y floreada, en torno a la cual la gente cantaba y bailaba, engalanándose los patios y “zaguanes” para la ocasión.

En esta celebración todo gran importancia el baile por sevillanas y el flamenco, aunque con el tiempo el madrileño “pianillo” y los pasodobles tomaron igualmente relevancia. De aquellas celebraciones, destacar las celebradas en los corrales de vecinos en los barrios de Triana, San Bernardo, en el Corral del Conde de la calle Santiago o la del barrio de San Vicente.

En los albores del siglo XX, el Ayuntamiento premiaba la Cruz de Mayo mejor engalanada, lo que también animó a la sana competencia entre los diferentes corrales de vecinos para acceder a dicho premio.

Sevilla, como no podía ser de otra forma, fue de las primeras ciudades en las que la Iglesia choca frontalmente con ella misma, y fue viendo como poco a poco, las cruces de mayo fueron decayendo ante la negativa arzobispal a su celebración, llegando incluso en los Cardenalatos de Illundaín y Segura, a prohibir a las Hermandades su participación en las cruces.

La casi desaparición de estos tradicionales festejos, fue directamente proporcional a la transformación urbana hispalense, más que al choque con la Iglesia, sobre todo con la desaparición progresiva de los corrales de vecinos, desapareciendo casi al unísono la celebración con los patios.

No fue hasta la década de los 80, cuando las cruces de mayo volvieron a tomar forma en Sevilla, coincidiendo además con el nacimiento de numerosas bandas de Cornetas y Tambores, que acompañaban las procesiones de las cruces y que muchas de ellas han evolucionado hasta ser grandes bandas hoy en día. Igualmente, las Hermandades han revitalizado las cruces, al igual que las asociaciones vecinales y el propio Ayuntamiento, que organizaba un premio al mejor paso profesional con la Cruz.

Fuente: Artesacro












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