La Alameda de Hércules es
una importante alameda o jardín público situado en el
centro histórico de Sevilla, y por su antigüedad (1574) se
clasifica como el más antiguo jardín público de España
y de Europa,
pese a que en 1570
se construyó uno anterior hoy desaparecido, el Paseo
del Prado de Madrid, totalmente transformado, en 1781, durante el
reinado de Carlos III en un nuevo tipo, de paseo de
salón. El amplio jardín de la Alameda de Hércules es el más extenso de los
espacios públicos localizados en el interior del casco antiguo de la ciudad.
Se encuentra ubicado en el extremo norte de la urbe amurallada, cercana al río Guadalquivir
por un lado y próximo al barrio de la Macarena por
otro.
Este jardín fue tomado como modelo por otras ciudades a ambos lados del
Atlántico. En él se inspiraron las alamedas de San Pablo de Écija (1578),
la Alameda de los Descalzos
de Lima
(1611) y la Alameda Central de Ciudad de México (1592).
El
origen de la Alameda debemos buscarlo en el antiguo cauce del río Guadalquivir
que atravesaba de norte a sur lo que actualmente es el centro de la ciudad,
comenzando su entrada por la zona de la Alameda y terminando en la zona de la
Catedral. Dicho cauce fue trasladándose al oeste con el paso de los años
formando el actual meandro y permitiendo el progresivo avance del núcleo urbano
primitivo hasta llegar a su situación actual. La Alameda es una zona baja en la
que se acumulaba el agua del río cuando este se desbordaba, quedando en su
lugar una laguna de agua estancada junto a las primitivas murallas de origen romano. Esta laguna
quedaría intramuros, al ampliarse la muralla en época almorávide
(s. XI)
conociéndose desde la conquista de Fernando III como La
Laguna o La Laguna de la Feria por su proximidad a ésta.
Por
otro lado, según una leyenda no documentada, cuando al ser designado Leovigildo
en 584,
el designado para reinar, al año siguiente 585, su hijo Hermenegildo
se convirtió al catolicismo -frente al arrianismo
de reyes anteriores- y se autoproclamó rey en la ciudad, sublevándose contra su
padre. Leovigildo hizo cambiar el curso del Guadalquivir, cortando el paso de
agua al brazo menor del río que circulaba por la actual Alameda de Hércules a
fuerza de obstaculizar su paso para provocar la sequía a los habitantes de la
ciudad.
Historia
En
1574 el conde de Barajas drenó con
acequias
los terrenos donde se iba a construir la alameda, los cuales frecuentemente
estaban inundados con las aguas que allí se acumulaban de los asiduos
desbordamientos del río, los remanentes de las fuentes públicas y las aguas
residuales de escorrentía, lo adornó con estatuas y fuentes, y lo pobló con
hileras de árboles. Nombró a un alguacil que lo vigilara; encomendó el riego y
limpieza a los aguadores que vendían el agua de gran calidad de las fuentes,
procedente del manantial del Arzobispo.
En
el extremo sur se colocaron en abril de 1574 dos columnas, muestra de la
incuestionable admiración por los restos arqueológicos romanos de la época.
Estas columnas provienen de un edificio situado en la calle Mármoles y del que
aún existen otras tres columnas en la citada calle y de su traslado se encargó
el maestro fundidor Bartolomé Morel. A su vez estas columnas
habían sido reutilizadas en dicho edificio, por lo que se cree que pudieran
provenir del Traianeum de Itálica. Sobre las mismas se colocaron dos esculturas
realizadas por Diego de Pesquera, de Hércules
(fundador mítico de la ciudad) y Julio
César (restaurador de Híspalis). El primero era una copia del Hércules Farnesio, de tamaño monumental
próximo al real de la copia romana procedente de las Termas de Caracalla. Dicha copia de 1574
es la primera en mármol de gran tamaño realizada en Europa del
héroe tebano, que tanto éxito tuvo desde su descubrimiento (1546) de la mayor
parte de la pieza escultórica, la cual estaba incompleta por falta de la cabeza
(aparecida en un pozo del Trastévere, ca. 1550) y piernas (aparecidas en 1560
en las Termas de Caracalla).
Además,
dichas esculturas representaban a los dos monarcas de la nueva casa reinante en
España. Así, Hércules
representa al emperador Carlos I y Julio
César representa a su hijo Felipe II, y ambos cierran la composición
arquitectónica del monumento mirándose, lo que de manera invisible cierra el
conjunto al estilo de los arcos del triunfo romanos. Terminado así el primer
monumento civil de Sevilla, en el cual se resalta la grandeza
pasada de la ciudad y además se destaca igualmente a la nueva monarquía, pues Carlos I había usado en su escudo las dos
columnas de Hércules
que actualmente se mantienen en el escudo de España. El 28 de diciembre de
1574 se dio por concluida la nueva Alameda, aunque siempre fue necesaria su
renovación a lo largo de los años.
A
pesar de la muralla y de las infraestructuras de drenaje acometidos, la Alameda
siguió constituyendo una de las zonas más inundables de la ciudad, por su
cercanía al río y por su baja cota. A título de ejemplo en el año 1649, año de
la fatídica epidemia de peste que asoló Sevilla, se
relata que la Alameda estaba tan inundada que se navegaba por ella con barcos.
En
1764, 190 años después de su inauguración, se iniciaron nuevas obras de gran
importancia promovidas por el Asistente Larumbe, que consistieron en la plantación
de más de 1600 álamos, el aumento del número de fuentes a seis, y la colocación
en la zona norte de dos nuevas columnas que el escultor Cayetano de Acosta realizó y erigió
rematadas con dos leones portando cada uno de ellos un
escudo, el de España
y el Sevilla.
En
ella se comenzaron a celebrar las fiestas locales de la velada de San Juan y
San Pedro, en sustitución de las fiestas locales del Corpus
Christi. Estas nuevas fiestas de finales del mes de junio, fueron el
precedente de las después famosas fiestas locales de la feria
de Abril.
En
1876 los
pedestales de las columnas se protegieron del público con verjas. En 1885 fue
colocada junto a las columnas de los leones una fuente de mármol, conocida
popularmente como "la Pila del Pato", que se encontraba en el siglo
XVI en la Plaza de San Francisco,
junto al Ayuntamiento. Esta fue
luego trasladada a otro lugar de la ciudad y actualmente está en la plaza de
San Leandro. A finales del siglo XIX, la Alameda presentó su mejor estado
siendo convertida en un Paseo lleno de teatrillos, quioscos y puestos, que
desaparecerían tras la Guerra Civil.
Como
edificio relevante se encuentra la Casa de las Sirenas, palacete del siglo
XX, hoy edificio municipal utilizado como centro
cívico, en el que se organizan exposiciones, cursos, talleres y
actividades culturales y vecinales. En las cercanías de la Alameda, en la calle
dedicada al Conde de Barajas, también se encuentra la casa en la que nació el
escritor romántico Gustavo Adolfo Bécquer.
Durante
el último cuarto del siglo XX, se celebró un mercadillo, ya desaparecido. Por
la noche es una animada zona de copas y restaurantes, estando casi
completamente erradicada la prostitución por la que fue famosa durante mucho
tiempo. Según datos del año 1989, existían unos 35 prostíbulos en la zona.
En diciembre de 2008,
se terminaron oficialmente unas obras de remodelación urbanística de esta zona.
Estas obras han provocado una gran alteración de los restos de un jardín
histórico que, aunque descuidado, permanecía básicamente inalterado. En las
recientes obras se ha restringido el tráfico de vehículos y se han eliminado el
albero
que cubrió su suelo durante el siglo XX y las verjas que protegían del público
a los pedestales de las columnas. También se ha construido en la obra fallida
de la estación de Metro del proyecto de 1977 un tanque o pozo de tormentas,
depósito para recogida de las aguas pluviales de 24 metros de profundidad y una
capacidad de 11 500 m³. El espacio se completó con la instalación de
varias fuentes y surtidores
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