sábado, 11 de agosto de 2018

PASEANDO POR SEVILLA "Plaza del Salvador"


Plaza del Salvador de Sevilla se encuentra situada en el centro de la ciudad histórica de la capital hispalense. 
Es una plaza de tamaño medio y de forma rectangular a la cual se accede desde distintas calles que desembocan en ella por sus frentes más cortos o próximo a ellos. Por la parte Norte llegan las calles Córdoba, Cuna y Sagasta; y por la parte Sur acometen las calles Álvarez Quintero y Villegas
Actualmente transformada en un espacio de uso eminentemente peatonal, la plaza queda presidida por su lado Este por la gran fachada barroca de la Iglesia del Salvador, la segunda más grande de Sevilla y que aparece ocupando prácticamente la totalidad de la manzana -excepto algunos locales comerciales adosados a ella a su alrededor- en el solar donde en época musulmana se levantó la primera gran Mezquita Mayor de la ciudad. 
Debido a su inmejorable ubicación dentro de la trama urbana más comercial y tradicional de Sevilla, la plaza es hoy un lugar de reunión de primer orden, muy transitado a todas horas del día. 
Varios son los hitos urbanos que aquí se pueden contemplar, siendo sin duda el de mayor interés la propia iglesia del Salvador, un templo barroco de excelente factura arquitectónica y de una enorme riqueza artística interior de valor incalculable. Frente a él se levanta la fachada de otra iglesia barroca interesante, la del antiguo Hospital de la Paz, que no obstante queda eclipsada por la grandiosidad de la anterior. Interesantes son también los soportales sobre columnas de piedra junto a esta pequeña iglesia, recuerdo de cómo pudo ser el aspecto urbano de gran parte de la ciudad en siglos pasados; y como elemento no arquitectónico de la plaza, destaca el monumento que conmemora la obra de uno de los artistas más universales que han trabajado en la ciudad de Sevilla, el Alcalaíno Juan Martínez Montañés, portando entre sus manos una reproducción de sus "Inmaculadas", junto a la iglesia donde se guarda su portentosa imagen de Nuestro Padre Jesús de la Pasión
Esta plaza, situada junto a la primera gran mezquita aljama, sería desde la época califal un importante centro en la Sevilla andalusí, alrededor de la cual estaría el zoco citado por Ibn Abadún, en las últimas décadas del siglo XI. Su edificio más relevante sin duda fue la antigua mezquita de Ibn Adabbas, transformada para el culto cristiano tras la toma de Sevilla por la Corona de Castilla, y que se mantuvo en pie hasta el año 1671 cuando fue demolida para erigir el nuevo templo actual. 
Se sabe que una parte de esta céntrica plaza fue usada como cementerio hasta el siglo XVI, quedando sin urbanizar durante siglos, hasta que a mediados del siglo XIX se decide su remodelación. Así, en el año 1846 queda aprobado un proyecto del arquitecto Balbino Marrón por el que se construye un paseo a modo de salón en su centro, rodeado de bancos con respaldos de hierro y arbolado. 
Poco duró esta nueva plaza, pues en 1861 fue desmontada y sustituida según otra remodelación llevada a cabo por Heredia Tejada. Al final del primer cuarto del siglo XX se instala en ella la estatua de Martínez Montañés, y años más tarde, en 1970, se plantan en ella naranjos en sustitución de los antiguos chopos allí existentes. 
Iglesia de estilo barroco y planta rectangular de tres naves de igual altura y pequeñas capillas alrededor. Su núcleo central se cubre con bóveda de cañón, mientras que los demás tramos lo hacen con bóveda de arista y el crucero con una gran cúpula con linterna sobre tambor
La decoración pone una nota de moderado barroquismo, tanto en los paños interiores como en la fachada monumental, acomodada a la estructura interior del templo, que presenta un pesado frente a la manera de las iglesias contrarreformistas. 
Su grandiosa arquitectura es digna de la riqueza que encierra, en especial en imaginería religiosa. Destacan la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, de Juan Martínez Montañés, y la del crucificado Cristo del Amor, de su discípulo Juan de Mesa; máximos exponentes de la imaginería andaluza clásica y barroca respectivamente. 
El Hospital de Nuestra Señora de la Paz se asienta sobre un solar que en otros tiempos fue ocupado por sucesivos hospitales desde el siglo XIV
Así, se tiene noticias del Hospital de San Cosme y San Damián, que posteriormente fue denominado Hospital del Salvador y de la Misericordia. En los primeros años del siglo XVI se convierte en hospital de bubas, y en 1574 se concede su donación a favor de los Hermanos de San Juan de Dios, quienes lo han mantenido y conservado hasta nuestros días, a excepción de los paréntesis habidos durante las exclaustraciones. 
De esta iglesia destaca su fachada simétrica, con dos torres a los lados que aparecen coronados por agudos chapiteles y la elaborada decoración barroca de su bella portada. 
Adosado a la fachada de la iglesia del Hospital de la Paz se conserva un inmueble de estructura poco habitual hoy en Sevilla, pues presenta en su planta baja una galería de soportales sobre viejas columnas de piedra de desigual altura que se compensa con recrecidos en sus basas (o basamentos), también de piedra. 
Tras ellos se cobijan antiguos locales como bares y comercios de tipo tradicional y pequeñas dimensiones, que aportan gran animación a la plaza y contrastan con los modernos establecimientos de algunas de las calles que se encuentran próximas a ella. 
Este tipo de soportales de piedra, antaño frecuentes en esta zona céntrica de la ciudad, hoy prácticamente ha desaparecido, quedando muy pocos ejemplos en Sevilla como éste del Salvador u otros similares como los de la calle Alemanes
Obra del escultor sevillano Agustín Sánchez Cid (Sevilla, 1886 - 1955), el monumento fue realizado en el año 1924 y colocado finalmente en esta plaza, aunque para su emplazamiento se estuvo considerando también su ubicación en la de San Lorenzo o en la Magdalena
En 1970 fue trasladado a la Avenida de la Constitución, al pie de la Catedral, y allí permaneció hasta 1983, año en el que se lleva a cabo la peatonalización de esta plaza del Salvador, que toma así su configuración actual. 
La figura de Montañés aparece sentada, fundida en bronce, y portando entre sus manos una gubia y una pequeña imagen de su célebre Inmaculada conocida como La Cieguecita (1630). Con aspecto sereno y amplios ropajes al estilo de su época, la efigie de Montañés se asienta sobre un amplio pedestal realizado en mármol blanco decorado con medallones de bronce y relieves de niños en las esquinas, junto con cartelas neobarrocas y el escudo de la ciudad de Sevilla, todo ello realizado también por el propio Sánchez Cid. 
NOTA. En breve se subirá reportaje de La Cieguecita, como asi también “Mezquita de Ibn Adabbas”, 

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