Carpeta: Sevilla Monumental. Zona Histórica.
Ficha: Real Maestranza. Plaza de Toros
Este monográfico contiene 289 archivos divididos en 7 carpetas, a saber:
1 Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería
2 Maestrantes
3 El ruedo, dependencias
4 Historia desde 1853 a 1972
5 Exterior
6 Museo
7 La lidia
CAPITULO 6º
El Museo Taurino de Sevilla (Andalucía, España) se encuentra en la plaza de toros. Pertenece a la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.
Desde la década de 1940
la Real Maestranza de Caballería de Sevilla fue coleccionando piezas para tener
su propio museo taurino en el interior de la plaza de toros. María de las Mercedes de Borbón, madre de Juan Carlos I, inauguró el museo en 1989. En 2002 la Real Maestranza de
Caballería adquirió para el museo 500 obras de arte de tauromaquia para este
museo de reconocidos autores (Goya, Fortuny, Benlliure y otros) En 2008 los entonces príncipes Felipe y Letizia inauguraron las salas de pinturas y estampas, que se
encuentran en otro sector.
Las salas de pinturas tienen una colección de cuadros
de los siglos XVIII, XIX y XX. Los principales cuadros son los del periodo
romántico. En ellos aparecen escenas taurinas y del campo. En esta hay obras de
autores como José Gutiérrez de la Vega, Eugenio Lucas, José Elbo, Joaquín y Valeriano Domínguez Bécquer, José Jiménez Aranda, Horace Vernet, John Philip, Nicolás Ruiz
de Valdivia, Roberto
Domingo, Mariano Fortuny
y Carmen Laffón entre otros
La sala de estampas alberga un repertorio de estampas,
litografías y grabados de los siglos XVIII y XIX. Esta alberga una de las
primeras imágenes de una función de toros de la que se tiene noticia:
"Corrida caballeresca", de Juan Stradan (1578). La muestra se abre con una serie
completa, de Luis Fernández Noseret (c.1790) y continúa con muestras de la del
pintor real Antonio
Carnicero (1790),
cuya influencia posterior alcanza hasta Goya. Se suceden a continuación
estampas pertenecientes a series románticas firmadas por autores europeos
como John H. Clark (1813), Victor Adam (c.
1834), Wilhem Gaïl (c. 1835), William Frederick Lake Price (1852), Gustavo Doré (c. 1863) y Pharamond Blanchard (1835).
Este sector también alberga una vitrina con las
estampas de la famosa serie "Arte de torear de Pepe Hillo" (1804).
Encima hay un retrato anónimo del siglo XVIII del torero Joaquín
Rodríguez "Costillares".4 En el sector también hay doce estampas de la tercera
edición de "Tauromaquia" de Francisco de Goya, realizada en París en 1876.
El otro sector comienza con un espacio dedicado a los
juegos en los que participaba la nobleza en los siglos XVII y XVIII, y una
amplia vitrina con una variada representación de servidores de la plaza en el
siglo XVIII: timbaleros, desjarretadores y lanceros. Destaca un cartel en seda
de 1740 y un uniforme de maestrante cedido por el infante Carlos de Borbón-Dos Sicilias y de Borbón.
En este sector le sigue la serie de pinturas del siglo
XIX "Cogida de muerte de Pepe Illo", de Eugenio Lucas Velázquez
(1817- 1870), y un espacio destinado al toreo en época de Juan Belmonte y Joselito el
Gallo, con obras en
bronce de Mariano Benlliure y otros autores, así como diferentes carteles
taurinos.
El final del recorrido alberga diversos objetos del
siglo XX usados en el mundo taurino reciente y actual: trajes de toreros,
capotes, carteles, cabezas de toros y pinturas de autores contemporáneos
Islera, la
última vaca que pagó por lo que hizo su hijo.
Dos años después de que el célebre miura Islero
embistiera de muerte a Manolete,su madre, cuya cabeza disecada se exhibe aún
hoy en La Maestranza, pagó por ello con la muerte
"La maté para que no pariera más hijos
asesinos"
Era la costumbre. Ya no.
Manolete, el mito eterno del toreo
"What is it? A cow?", exclaman los extranjeros
cuando visitan una de las últimas salas del Museo Taurino de la Real Maestranza
de Sevilla y ven allí, en uno de los mayores templos del
toreo del mundo, la cabeza disecada de una simple vaca. Su nombre: Islera. Y ciertamente es un caso único. Pura Historia.
La última vaca, según confirman todos, sacrificada porque un hijo suyo
mató a un torero. A Islerala mató su
dueño en 1949, dos años después de su condena a muerte.
Fue el precio de una cruel tradición hoy proscrita: muerte a la madre que da la bravura al toro que mata.
Porque fue un hijo de Islera, con casi
media tonelada de peso, el que mató a Manolete. A Islero nadie le disecó la cabeza, aunque terminó dando nombre a dos modelos de Lamborghini y
es, quizás, el toro más célebre de la Historia.
Su madre, la pobre Islera, era una vaca brava de vientre,
de cría, cuyo único pecado fue parir aIslero, un toro
huesudo, largo, negro y algo bragado, que llegó a alcanzar los 495 kilos. Los
mismos que, en una calurosa tarde de finales de agosto de 1947 en Linares, embistieron
a Manolete por el muslo mientras éste le clavaba el
estoque tras entrar a matar, muy despacio, y a volapié.
En principio, este toro negro, asticorto y entrepelado iba con otros cinco para
Murcia, pero la corrida acabó en Linares. Una concatenación de elecciones
desafortunadas fueron las que acabaron con la vida de Manolete y crearon, de paso, el mayor mito de la España de posguerra.
Ángel Peralta,
busto de bronce, obra de Luis Sanguino, Real Maestranza de Sevilla
Ángel Peralta Pineda (La Puebla del Río, Sevilla; 18 de marzo de 1926-Sevilla, 7 de abril de 2018) fue un rejoneador español.
Debutó con público en la plaza de La Pañoleta (Sevilla) en 1945 y en Las Ventas en 1948 con un toro de Molero, acompañado por la terna
de matadores Morenito de
Talavera Chico, Rafael Yagüe y Antonio
Chaves Flores. En 1954 rodó
junto al también rejoneador Bernardino Landete unas escenas de la película La princesa
de Éboli (That
Lady), de Terence Young.
En los años 1960 solía encabezar el escalafón de
caballeros en plaza. En la temporada de 1972 comenzó a formar equipo con su
hermano Rafael Peralta y con Manuel Vidrié para realizar un espectáculo completo de
rejoneo.
Siguió actuando en los años 1980, toreando algunos
años más de setenta corridas.
Falleció
en 2018
Banderillas goyescas..
Este tipo de banderillas
son utilizadas exclusivamente en las Corridas Goyescas.
La corrida
goyesca (de Ronda o de cualquier otra ciudad) está compuesta por matadores
de toros, banderilleros y picadores, todos ellos vestidos con trajes goyescos, una vestimenta surgida en el Madrid del siglo
XVIII y utilizada hasta
el siglo
XIX por su burguesía para,
posteriormente, extenderse su uso al resto de España.
La
primera corrida goyesca de Ronda se celebró con el II
Centenario del nacimiento del torero Pedro Romero en
el año 1954 y por influjo de Cayetano Ordóñez en la plaza de toros de Ronda, propiedad de la Real Maestranza de Caballería de
Ronda.
La
segunda corrida goyesca hubo de esperar a 1957. Será la primera edición en la
que el hijo de Cayetano, Antonio Ordóñez
participe. Este matador se
convertirá en el auténtico centro de las goyescas y en su empresario. Gracias a
su labor durante todos estos años, las goyescas son una fiesta destacada del
calendario taurino, ejemplo de la tauromaquia de
nuestros días, y en un acontecimiento social y cultural que trasciende a la
propia ciudad de Ronda.
Actualmente,
se celebran durante los primeros días de septiembre enmarcadas en las Ferias y
Fiestas de Pedro Romero de Ronda junto a una novillada con picadores y otra
corrida de rejones, así como el tradicional Concurso
Exhibición de Enganches de Ronda. Francisco Rivera Ordóñez desempeña la labor de empresario
para esta tercera etapa.
Traje de caballero y montura. Siglo XVIII. Museo Taurino Real Maestranza. Sevilla
Atrezo de cabezas usadas en el siglo XVIII para juegos y torneos de la maestranza. Museo Taurino. Plaza de toros de la Maestranza. Sevilla, Andalucía, España. Foto: CarlosVdeHabsburgo
Corrida en la plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Pintura de Louis Ginain (1852)
Busto de Curro Romero
en el Museo Taurino de la Real Maestranza de Sevilla.
Francisco Romero López, más conocido como «Curro» Romero o «El
Faraón de Camas» (Camas, Sevilla, 1 de diciembre de 1933), es un torero español. Comenzó su carrera profesional en el barrio de La
Pañoleta, en Camas, el 22 de agosto de 1954 junto a Limeño.
El arrastre. Museo Taurino. Plaza de toros de la
Maestranza. Sevilla.
Las mulillas de arrastre se encargan de sacar al animal del ruedo, ayudadas y conducidas por la cuadrilla de mulilleros.
Son los animales que salen al ruedo cada vez que se da
muerte a un toro para sacarlo por la puerta de arrastre. Generalmente lucen
adornadas con banderas, madroños, cintas y cascabeles. Desde el tendido puede
parecer una labor sencilla pero lo cierto es que detrás de su cometido existe
un tiempo necesario de preparación y ensayo. Las mulillas se asustan al ver al
toro sobre la arena y el olor a sangre le invita a la huida.
Los mulilleros
Son los encargados de preparar a las mulillas y
dirigirlas en la plaza. Suelen ir vestidos con camisa, pantalón, faja y
gorrilla. El jefe de los mulilleros ha de estar atento a Presidencia por si
ordena la vuelta al ruedo de la res.
La vuelta al ruedo
Normalmente se arrastra el toro en línea recta hacia
la puerta de arrastre, pero en ocasiones, y por la bravura y nobleza del animal
durante la faena, la Presidencia concede la vuelta al ruedo, en la que se
homenajea al toro entre aplausos del público.
Sin llegar a los honores de la vuelta al ruedo está
el arrastre lento; también un
reconocimiento a la casta o a la bravura del toro en el que el presidente
permite que haya un tiempo para aplaudirle por lo que el desplazamiento de los
restos del animal se hace de forma lenta. Esto es más habitual en
hispanoamérica.
Busto de José García
Cuesta, "Espartero". Museo Taurino. Plaza de toros de la Maestranza. Sevilla.
Manuel García Cuesta (Sevilla, 18 de enero de 1865-Madrid, 27 de mayo de 1894), más conocido como El
Espartero, fue un torero sevillano de inusitado valor que resultó muerto a
los 29 años tras una cornada infligida cuando entraba a matar, por el toro
«Perdigón» de la ganadería de Miura en la Plaza de Toros de Madrid.
Su verdadero nombre fue Manuel García Cuesta, el apodo
El Espartero procede de la actividad profesional de su padre, que poseía una
espartería en la Plaza de la Alfalfa de Sevilla.
Tomó la alternativa en la Plaza de toros de Sevilla el 13 de septiembre de 1885 de manos de Antonio
Carmona, conocido como «El Gordito». Pronto se convirtió en uno de los toreros
más populares de su tiempo y sobre él se contaban mil anécdotas, como las
célebres frases que se le atribuyen: «Más cornás da el hambre» que pronunció
cuando un banderillero le advirtió sobre las dificultades de un animal y «Que
alegría tenía aquel toro, en menos de cinco minutos me tiró más de cincuenta “cornás”»,
mientras dialogaba con el cirujano que le atendía de una gravísima cornada.
Tenía fama de generoso, muchos comentaban que su bolsa
se llenaba rápidamente y enseguida se vaciaba de nuevo por sus donativos. Uno
de sus pases más característicos era citar al toro de lejos con la muleta
plegada en alto, para luego desplegarla a medida que el animal avanzaba. Muchos
años después otro torero sevillano, Pepe Luis Vázquez lo ejecutó de la misma manera, según las
explicaciones que recibió de su abuelo que había pertenecido a su cuadrilla.
Tras su muerte, el cadáver embalsamado fue trasladado
de Madrid a Sevilla, donde lo esperaban junto a su viuda Celsa
Fonfrede más de seis
mil personas, el gremio de cocheros acordó trasladar gratuitamente al público
al Cementerio de
San Fernando de Sevilla donde se celebró el entierro. El paso del
cortejo fúnebre fue presenciado por una gran multitud y 20.000 personas, la
mayoría mujeres, pasaron ante el cuerpo del diestro en la capilla fúnebre. En
su tumba, se representa simbólicamente la muerte con una columna rota por la
mitad.
Varios escritores se han servido de la vida de El
Espartero para sus narraciones, como Vicente Blasco Ibáñez en su novela Sangre y Arena, Fernando Villalón, que le dedicó un poema, y el periodista y
escritor Fernando Martínez, que relata su vida en la novela La tarde más
larga,
TRAJE DE LUCES
Se llama traje
de luces a la indumentaria que visten los toreros en
la corrida de toros. Su nombre
responde a los reflejos que producen las lentejuelas que lo
cubren. Está fabricado en seda y cubierto de color oro o plata.
Se trata de una
vestimenta tradicional que procede del traje de los majos de finales del siglo
XVIII y que acabó convirtiéndose en una ropa exclusiva para ejercer el ritual
taurino. Con posterioridad le fueron añadidos diversos adornos, como la
montera, los bordados y los alamares.
La primera mujer en
vestir traje de luces igual que lo hacían los hombres fue Dolores
Sánchez, La Fragosa, innovación
que introdujo en el año 1886.
El vestirse para
torear constituye por sí mismo un ceremonioso ritual, especialmente en el caso
del matador. El diestro es asistido por el mozo de espadas, que lo ayuda a
vestirse con parsimonia en la habitación del hotel.
El traje de torero se
compone de las siguientes piezas:
·
Montera: es el sombrero que
usan el torero y sus subalternos. Se trata de una prenda negra, redonda con dos
piezas salientes en los laterales. La viste el torero durante el paseíllo y en los
dos primeros tercios de la faena (suerte de varas y de banderillas), momento en
el que se descubre y brinda el toro con ella. La introdujo Paquiro,
como sustituto a la redecilla que empleaban los majos para recogerse el
cabello.
·
Corbatín: cinta que se anuda
al cuello a modo de corbata.
·
Chaquetilla: es una chaqueta
corta y rígida, con hombreras, abierta por las sisas para permitir el
movimiento de los brazos. Debajo de la chaquetilla va la camisa, el chaleco, el
corbatín o pañoleta y la faja.
·
Taleguilla: es un pantalón muy
ceñido (para evitar enganchones) desde la cintura hasta debajo de la rodilla,
ajustada mediante cordones rematados en machos o borlas. Se
sujeta a los hombros mediante tirantes. Debajo suele llevarse un calzón
protector.
·
Medias: se utilizan dos
pares de medias. Las de debajo son blancas, de algodón, y las superiores,
rosas, de seda.
·
Camisa. Es blanca.
·
Zapatillas: Son planas, de color
negro y están adornadas con un lazo.
·
Capote de paseo: una capa corta de
seda, con múltiples y lujosos bordados, que el diestro se anuda ritualmente al
cuerpo para efectuar el paseíllo. Completado
este, se deja en el muro o se confía su custodia a algún conocido del público.
Su función es únicamente ornamental.
·
Coleta: en el siglo XIX los
toreros se dejaban crecer una coleta que trenzaban en un moño (llamado moña),
vago recuerdo de los tiempos de las pelucas del siglo XVIII. La coleta servía
además para amortiguar el golpe en caso de caída. Al retirarse, el torero
se cortaba la coleta, expresión que ha pasado al lenguaje popular
como sinónimo de abandonar una profesión. Juan Belmonte fue el
primero que prescindió en activo de la coleta natural y, desde entonces, los
toreros usan un postizo llamado castañeta.
Busto de José Gómez "Gallito".. Museo Taurino. Plaza de toros de la Real Maestranza.
Sevilla, Realizado por Juan Britto.
José Gómez Ortega, llamado
Gallito III y más tarde también Joselito, fue un célebre matador de toros,
español de etnia gitana, por parte de madre, Gabriela Ortega Feria. Nació el 8
de mayo de 1895 en Gelves, en la Huerta de El Algarrobo, y falleció el 16 de
mayo de 1920 en la plaza de toros de Talavera de la Reina.
Fecha de nacimiento: 8 de mayo de 1895, Gelves
Fallecimiento: 16 de mayo de 1920, Talavera de la Reina
Entierro: Cementerio de San Fernando, Sevilla
Alternativa: 28 de septiembre de 1912, Sevilla. Padrino: Rafael El Gallo. Testigo: Antonio
Pazos
Debut novillero: 23 de junio de 1912, Sevilla
Debut becerrista: 19 de abril de 1908, Jerez de la Frontera
Lanzas del siglo XVIII. Museo Taurino. Plaza de toros de la Real Maestranza. Sevilla
Tuvo
su origen en el caballero alanceador
que para torear llevaba una lanza, la lanza evolucionó a la vara larga y luego
fue modificada hasta las varas de detener empleadas por primera vez por el marqués de Zahara o Pedro
Ponce de León como una muestra de gallardía de la época. Esta evolución cambió
definitivamente el papel del picador que pasó de protagonista de la lidia a
colaborador de la misma, actuando solo el primer tercio de la corrida de toros.
Se desconoce el momento exacto en el que surge la suerte de varas ejecutada con
la vara corta que usa el picador en tiempos modernos, José
María de Cossío indica que este cambio vino como consecuencia de la evolución e
importancia que el toreo a pie fue tomando a partir del siglo XVIII e inicios del siglo XIX. Durante este tiempo el torero a pie
se impuso al toreo de los varilargueros. Pepe-Hillo
y después Francisco Montes
en sus respectivas obras «La tauromaquia» y «Tauromaquia completa»
recogen extensamente las condiciones y la técnica en las que los picadores
debían desarrollar su labor en el ruedo, según las características del toro.
Recomendaciones que fueron editadas por diferentes tratadistas en épocas
posteriores.
A Partir de la segunda mitad del
siglo XIX en los carteles
de las corridas
de toros se modifica la fórmula «picarán» referida a los toreros a caballo
actuantes, para empezar a anunciarlos con el nombre de picadores.
Estatua con testa y arma de juegos y torneos que se
realizaban en la maestranza en el siglo XVIII. Museo Taurino. Plaza de toros de
laReal Maestranza. Sevilla
Pandereta realizada por Manuel Picolo López, siglo XIX. Museo Taurino Real Maestranza. Sevilla
Picolo López, Manuel
(Murcia,
1855-1912). Pintor español que cultivó el paisaje y los temas de género. Se
consagró como pintor decorativo, de cuya actividad destaca la ornamentación que
realizó para el Casino de Murcia. Se formó en la Escuela Superior de Bellas
Artes de San Fernando de Madrid, gracias a una pensión que le fue concedida por
la Diputación Provincial de Murcia en 1873. Presentó sus obras a exposiciones
locales y a las Nacionales de Bellas Artes y obtuvo tercera medalla en la
edición de 1892 por el lienzo titulado Las fiestas de Baco.
Recibió numerosos encargos de la Diputación de Murcia para decorar edificios
oficiales.
Busto de José Delgado, "Pepe Hillo".. Museo Taurino. Plaza de toros de la Maestranza. Sevilla. Realizado por Ignacio Sancho Caparrini.
Pepe-Hillo,nació en Sevilla el 14 de marzo de 1754 murió en Madrid
11 de mayo de 1801
El conocimiento de la fecha de nacimiento se debe al
descubrimiento de su partida de nacimiento. Dicho documento existe en el
archivo de la parroquia del Salvador, de Sevilla, y dice así:
«En 17 de marzo de 1754 años, yo, Don Juan Martínez Romero, cura
de esta colegial de Nuestro Señor San Salvador, de Sevilla, bauticé a Josef
Matilde, que nació el día 14 de dicho mes a las seis de la mañana, hijo de Juan
Antonio Delgado y de Agustina Guerra por su mujer; fue su padrino José de
Missas y Juana Rodríguez, su mujer a quienes avisé las obligaciones que
contrajeron y lo firmé fecha ut supra . Don Juan Martínez Romero.»
Por relatos verbales, de cuya veracidad no se puede responder, se
sabe que fue en el Matadero donde hizo, sus primeros ensayos. Aunque la
exactitud no está probada, la versión parece verosímil.
Tampoco se tiene noticia autorizada de por qué le apodaron Pepe
Hillo (algunos cronistas lo escriben sin hache), aunque se supone, y tiene
visos de verdad, que sería porque de muchacho le llamarían con los diminutivos
de Joseíllo o Pepillo, y de ahí se derivaría el alias de Pepe-Hillo, quién sabe
si porque a él le gustara ostentarlo.
Respecto a sus comienzos, parece, según referencias transmitidas
de una a otra generación, que, en efecto, fue en el Matadero sevillano donde
intentaba todos los lances, y que allí hubo de verle torear el célebre Joaquín
Rodríguez (Costillares), que se prendó del valor, la agilidad y la gracia de
aquel adolescente. Y debe de ser verdad, porque el primer dato verificado que
tenemos de su vida torera es que el gran maestro le agregó a su cuadrilla como
banderillero el año 1770, cuando sólo contaba dieciséis años. Desde aquel día
ya no cesó de trabajar con un tesón y una voluntad que pocos han mostrado.
Cuando daba los primeros pasos en el arte, sostenía su maestro
Costillares una viva competencia con Juan Romero, padre de Pedro, que, andando
el tiempo, había de ser su temible rival. Romero representaba el toreo quieto,
reposado y tranquilo de la escuela rondeña, y Costillares, el más movido y
alegre de la sevillana.
Costillares, que vio lo que adelantaba el discípulo, se aplicó con
interés para enseñarle, no sólo por el cariño que le inspiraba, sino porque
como ya brillaba Pedro Romero, que había depurado el estilo rondeño, quería
prepararle un émulo adecuado que mantuviera con valor y arte la escuela
hispalense.
Toreó Hillo, alternando con Pedro, por primera vez en el Puerto de
Santa María, y aunque allí se inició la lucha, no volvieron a encontrarse hasta
pasados once años. Entonces fue cuando estalló la tremenda competencia, que
duró dieciocho y terminó cuando se retiró de los toros, en plena gloria, el
diestro de Ronda.
Rafael Gómez "el Gallo".. Museo Taurino de la Real Maestranza de Sevilla.
Obra de Juan Luis Vasallo
Rafael Gómez Ortega (Madrid, 16 de julio de 1882-Sevilla, 25 de mayo de 1960), apodado Gallito, el Gallo y después el Divino Calvo, fue un célebre torero español de etnia gitana, por parte de su madre, Gabriela Ortega Feria a quien llamaban «la Seña Grabiela», nacida en Cádiz el 30 de julio de 1862 en la calle Santo Domingo, 28 en pleno barrio de Santa María y hermano mayor de Joselito y miembro, de la familia Gallo.
Era miembro de la famosa dinastía torera de los Gallo, desde su padre Fernando Gómez García, hasta sus dos hermanos Fernando y Joselito. También fue cuñado de Ignacio Sánchez Mejías, casado con su hermana Dolores Gómez.
Comenzó a torear becerradas con nueve años. Tomó
la alternativa en la Real Maestranza de Sevilla el 28 de
septiembre de 1902, con Emilio Torres, Bombita, como
padrino, y Ricardo Torres, Bombita Chico, como testigo. La confirmación en Madrid se produjo
en 1904 siendo su padrino Lagartijo
chico. Contrajo
matrimonio con la cantaora Pastora Imperio el 20 de febrero de 1911 en La Iglesia de
San Sebastián de Madrid, pero su matrimonio no dura ni un año. Uno de sus
mayores éxitos se produjo en Madrid, en 1912 con el toro Jerezano:
con él consiguió cuajar una faena muy completa y conquistar al público madrileño.
Pero, sin duda, el triunfo más sonado fue en esa misma plaza con el toro Peluquero,
de la ganadería de Bañuelos, al que le cortó una oreja el dos de mayo de ese
mismo año.
La trágica muerte de su hermano José en 1920 lo trastornó y abatió profundamente. Se
retiró de los ruedos el 4 de octubre de 1936 en Barcelona. Una vez terminada la guerra civil española, regresó a Sevilla, donde siguió participando en
numerosos festivales junto a Juan Belmonte, su amigo del alma y valedor. En los últimos años de
su vida solía participar, junto a Belmonte, en una famosa tertulia taurina
sevillana que se celebraba en aquella época en el bar Los Corales.
En el ámbito de sus aficiones, era un gran sevillista,
que incluso bajaba a saludar a los futbolistas a los vestuarios en la época de
Helenio Herrera, como así atestiguan las fotos.
Muere en Sevilla el 25 de mayo de 1960. Sus restos
descansan en el Cementerio de
San Fernando de Sevilla, junto a los de su hermano José, bajo el famoso
mausoleo esculpido por Mariano
Benlliure.
Uniforme de gala de caballero maestrante. Donado por el
infante Carlos de Borbón Dos Sicilias y de Borbón. Museo Taurino. Plaza de
toros de la Maestranza. Sevilla
Manuel Jiménez
Moreno (Chicuelo). (Sevilla, España, 15 de abril
de 1902-ibídem, 31 de
octubre de 1967) conocido como «Chicuelo», fue un matador de toros español
Fue hijo del torero
Manuel Jiménez Vera «Chicuelo-I», que murió a causa de una tuberculosis en 1907,
quedando huérfano a los cinco años. Tras el fallecimiento de su padre, se mudó
junto a su familia a la casa de su tía paterna, quien estaba casada con Eduardo
Borrego «Zocato», un banderillero. Zocato fue quien le inició en el toreo, y a
los diez años le inscribió en la Escuela Taurina de Sevilla. Su debut como
novillero fue el 24 de junio de 1917, en la plaza de Salamanca, donde compartió cartel con Bernardo González y Juan Luis de la Rosa. Debutó con caballos en Zaragoza el 1 de septiembre
de 1918.
Tomó la alternativa en
Sevilla, el 28 de septiembre de 1919, siendo
padrino Juan Belmonte y testigo Manuel Belmonte. El toro de la
ceremonia se llamaba: «Vidriero» del Conde de Santa Coloma. La confirmación en
Madrid fue el 18 de junio de 1920, por Rafael «El Gallo», J.Belmonte y Fortuna. El toro de la ceremonia se
llamaba: "Volandero" del Duque de Veragua. Salió en hombros
Escritorio del Rey. El Hermano Mayor de la Real Maestranza de Caballería
es el Rey. Este es su despacho.
Para la
realización de este monográfico se han utilizado imágenes y textos de los
siguientes sitios:
Wikipedia:
CarlosVdeHabsburgo
El
Correo Andalucía
servitoro.com
elartetaurino.com
commons.wikimedia
www.elcossio.com
El
Ruedo (hemeroteca)
realmaestranza
purezayemocion.
alquiansa.es
struck.us
piezacoleccionista.com
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
nataliovaz.wordpress.
XLSemanal (ABC-2015)
eldiestro.es/category/cultura/toros/
archivo Serrano
revistas.csic.es/index
Universidad de Sevilla
ruben-villafraz
No hay comentarios:
Publicar un comentario