Monumento a San Fernando (Sevilla)
El monumento a San Fernando es
un monumento dedicado a Fernando III de Castilla, conquistador de Sevilla en
1248 y declarado santo por la Iglesia católica en 1671. Fue
realizado por varios artistas y está ubicado en la plaza Nueva.
Tras la demolición
del convento Casa Grande
de San Francisco se diseñó en el solar la denominada actualmente plaza
Nueva. En 1848 el ayuntamiento de la ciudad
aprobó el proyecto presentado por Francisco Javier
Cavestany para construir un gran fuente en la plaza, coronada
por una estatua del rey san Fernando. El proyecto quedó aparcado hasta que fue
rescatado en 1861, dedicando la plaza y la estatua a la reina Isabel II de España. Ésta declinó en
1862 a favor de la antigua idea.
El rey Alfonso XII de España
puso la primera piedra del monumento el 27 de marzo de 1877, aunque pasaron
cuarenta y siete años hasta que se colocó el monumento. Fue inaugurado el 15 de
agosto de 1924 con una procesión extraordinaria de la Virgen de los Reyes.
En 1863 los
arquitectos Demetrio de los Ríos, José de la Coba, Manuel Galiano y Manuel
Portillo presentaron sus propuestas de monumento al Ayuntamiento. En 1877 se
escogió el proyecto de Demetrio de los Ríos por su rico simbolismo y Alfonso
XII (en compañía de su madre, Isabel II) colocó la primera
piedra. No obstante, el proyecto se abandonó. En 1880 Joaquín Guichot proyectó otro
monumento diferente, con tres columnas, pero ese proyecto tampoco fue
realizado.
En 1915 se retomó el
proyecto y, tras varias vicisitudes, en 1922 Joaquín
Bilbao y Juan Talavera y Heredia
firmaron el proyecto de un nuevo monumento, que sería el definitivo.
El monumento es de
estilo neogótico, pero con cierto eclecticismo. Consiste en una estatua del
monarca a caballo realizada en bronce con un gran pedestal con cuatro estatuas
pétreas, para las que se contrató a varios artistas: Alfonso
X (Enrique Pérez Comendador) Don
Remondo (Adolfo López
Rodríguez), Garci Pérez de Vargas (Agustín Sánchez Cid) y
Ramón Bonifaz (José Lafita Díaz).
El monumento se inauguró en 1924.
Joaquín
Bilbao diseñó un monumento en mayo de 1918 que contaba con
una estatua ecuestre de san Fernando con un estandarte, no realizado.
Posteriormente, Juan Talavera y Heredia
diseñó un nuevo monumento que también contaba con una estatua ecuestre. Joaquín
realizó esta escultura de san Fernando con un cetro. En el pedestal están las siguientes figuras:
·
Alfonso X de Castilla:
Hijo de Fernando III. Estatua realizada por Enrique Pérez Comendador.
·
Ramón de Bonifaz: Almirante. Estatua
realizada por José Lafita Díaz.
·
Don Remondo: El segundo
arzobispo de la archidiócesis tras la Reconquista. Estatua realizada por Alfonso López
Rodríguez.
·
Garci Pérez de Vargas:
Caballero. Estatua realizada por Agustín Sánchez-Cid.
Fernando III de León y de Castilla,
llamado «el Santo» (Peleas
de Arriba, 1199 o 24 de junio de 1201 230
y 1252. Hijo de Berenguela, reina de Castilla,
y de Alfonso IX, rey de León,
unificó definitivamente durante su reinado las coronas castellana y leonesa,
que habían permanecido divididas desde la época de Alfonso VII «el Emperador»,
quien a su muerte las repartió entre sus hijos, los infantes Sancho y Fernando.
Durante su reinado
fueron conquistados, en el marco de la Reconquista,
los reinos de Jaén, Córdoba, Sevilla y
lo que quedaba del de Badajoz, cuya anexión había empezado Alfonso IX, lo que
redujo el territorio ibérico en poder de los reinos musulmanes. Al finalizar el
reinado de Fernando III, estos únicamente poseían en la Andalucía el Reino
de Niebla, Tejada y
el Reino de Granada, este último como
feudo castellano. El infante Alfonso, futuro Alfonso X, fue enviado por
Fernando a la conquista del Reino de Murcia;
los moros capitularon y la región quedó como señorío castellano, tras lo cual
Alfonso conquistó las plazas de Mula y Cartagena. Cuando Fernando
accedió al trono, en 1217, su reino no rebasaba apenas los ciento cincuenta mil
kilómetros cuadrados; en 1230, al heredar León, obtuvo otros cien mil y, a base
de conquistas ininterrumpidas, logró hacerse con ciento veinte mil más.
Fue canonizado en
1671, siendo papa Clemente X, y reinando en España Carlos II.
Primeras campañas en Andalucía
La pacificación de
Castilla a finales de la década de 1210 y comienzos de la siguiente, debida al
tratado con León y a la derrota de los nobles contrarios a Fernando, le
permitió a este acometer nuevas campañas en el sur de la península. Los
territorios andalusíes se hallaban en crisis y el califa Al-Mustansir
había firmado treguas con los castellanos en 1214 y 1221. La decisión de abordar
nuevas conquistas, compartida por la nobleza castellana, la tomó Fernando en
1224.
Como consecuencia de
los problemas internos del imperio almohade, este fue descomponiéndose.
Durante el reinado del califa Al-Mutansir
las ciudades ganaron más poder en el califato. La muerte de Al-Muntansir en el
1224 provocó una lucha por el poder que concluyó con el nombramiento como
califa de Al-Mamún en el 1227. Yahya al-Mutásim no reconoció a este
gobernante y creó un califato propio en el norte de África, provocando que
Al-Mamún se trasladase al Magreb para combatir aquella rebelión. Las ciudades
de Al-Ándalus empezaron a conformarse como reinos regidos por los caídes,
siendo estos los terceros reinos de taifas.
Los gobernadores Alhamar de
Sevilla, Zayyan de Valencia y Mahfuz de Niebla
crearon sus propias taifas. Al-Bayyasi,
que había sido un gobernador almohade de Sevilla, pasó
a ser emir de Baeza y reinó en las en ciudades del Alto Guadalquivir.
En 1224 Fernando
partió de Toledo
con un contingente de grandes hombres de Castilla, el maestre de la Orden
de Santiago y a los que, posteriormente, se les unió la Orden de Calatrava con su maestre al
frente; se dirigieron a Sierra
Morena y se concentraron en el castillo de Baños, donde Al-Bayyasi
les rindió parias. Después, Fernando
marchó contra la ciudad de Quesada y
otros castillos, que fueron rápidamente tomados en septiembre. Posteriormente siguió con sus conquistas por el reino de Jaén, centro de las
campañas castellanas entre 1224 y 1230. Dada la lejanía de Quesada a la
frontera castellana, Fernando acabó por evacuar la plaza.
Fernando entabló tal
amistad con Al-Bayyasi, que este le entregó a su hijo primogénito y Fernando lo
educó con su familia. El vástago acompañó al rey castellano en sus conquistas
por Andalucía y consiguió honores por ello. No se sabe con certeza que
Al-Bayyasi se convirtiera al cristianismo, pero todo parece indicar que así
fue. El rey de Valencia, Zayd Abu Zayd, no sabía qué
posición tomar al respecto de esta actitud de los cristianos y no había
reconocido la autoridad del califa Al-Adil. Su primo, Al-Bayyasi, le instó a
que se hiciera vasallo de Fernando, por lo que se dirigió a Cuenca, donde se encontraba
en ese momento la corte castellana, y juró perpetuo vasallaje al rey en Moya en
marzo de 1225.
En el verano de 1225
Fernando organizó una campaña en la provincia de Jaén, para la cual solicitó
una bula de cruzada al papa Honorio
III. A finales de ese año, Honorio III concedió la bula
de cruzada a los que luchasen en Tierra Santa y en las tierras de Castilla. La
bula fue divulgada por el arzobispo de Toledo y por el obispo de Burgos.
Posteriormente, Fernando
dirigió una ofensiva contra la fortaleza de Priego (Córdoba), que tomó,
y prosiguió hasta la ciudad de Loja,
ciudad que también conquistó. El asedio de Jaén, por el contrario, resultó
infructuoso. Después sus fuerzas tomaron la ciudad de la Alhama,
que había sido abandonada por sus moradores ante el temor hacia los cristianos.
Y de esta forma llegaron hasta la misma vega
de Granada, donde, temiendo seguir la misma suerte que las
anteriores plazas, los habitantes parlamentaron con Fernando y ofrecieron la
liberación de 1 300 esclavos cristianos y la rescisión del contrato que
obligaba a Álvar Pérez de Castro a
servir al rey de Granada, pasando a engrosar la expedición cristiana, que tomó
la decisión de regresar a Toledo.
Tras esta campaña, en
base a los acuerdos a los que habían llegado, Al-Bayyasi, emir de Baeza, le dio
a Fernando los castillos de Martos y Andújar.
En otoño de 1225
Fernando volvió a reunirse con Al-Bayyasi en Andújar,
exigiéndole la entrega de los castillos de Borjalimal, Salvatierra y
Capilla para cumplir el pacto de las Navas. Al-Bayyasi, le ofreció el alcázar
de Baeza, que fue ocupado por la Orden de Calatrava. Salvatierra y Borjalimal se rindieron pronto, mientras que Capilla resistió
pero finalmente fue tomada, tras un asedio, en septiembre de 1226. Mientras transcurría el asedio de Capilla, llegaron noticias de la muerte de
Al-Bayyasi tras una revuelta de los cordobeses, que le acusaban de ayudar a los
castellanos en la conquista de Capilla.Tras su muerte y como consecuencia del pacto de vasallaje, Fernando III se hizo
cargo de sus posesiones y, a pesar de que Baeza
pidió ayuda a Jaén, fue finalmente
conquistada el 1 de diciembre. Fernando III dio la tenencia de la ciudad a Lope Díaz de Haro.
En 1226 fue
conquistado el castillo de Montiel,
que fue otorgado a la Orden de Santiago en 1227.
Ibn
Hud creó un reino propio en 1228. En 1231 controlaba todo
Al-Ándalus con las excepciones de las taifas de Niebla y Valencia.
Entre 1228 y 1230,
Fernando emprendió diversas campañas tanto para consolidar las conquistas de
los años anteriores como para preparar la toma de Jaén, para lo que taló sus
tierras. Sin embargo, el nuevo cerco de esta entre junio y septiembre de 1230
volvió a fracasar. El fallecimiento de Alfonso IX de León ese mismo mes de
septiembre y la asunción de su corona por Fernando puso fin a este periodo de
campañas en Al-Ándalus, pues el monarca castellano tuvo que concentrarse en
lidiar con los problemas de la unificación de los dos reinos.
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