Rodrigo
de Triana (n. siglo XV) fue un marinero español.
Fue tripulante de una de las carabelas de Cristóbal Colón en su primer viaje, en el que se produjo el descubrimiento de América. Según la
historiografía, fue el vigía que avistó el Nuevo Mundo
Lugar de nacimiento
Existen dudas acerca del lugar de nacimiento de
Rodrigo de Triana. Las principales hipótesis apuntan a que pudo haber nacido en
Lepe (Huelva), en el barrio sevillano de Triana, o en un lugar llamado Los Molinos,
también en la provincia de Sevilla
El diario de a bordo de Cristóbal Colón menciona que un marinero ve tierra
a las 2 de la mañana, afirmando posteriormente que el que primero ve tierra es
Rodrigo de Triana.
Gonzalo
Fernández de Oviedo señala el
municipio onubense de Lepe como el
lugar de nacimiento de la persona que avistó América, al ver lumbres o candelas
en la costa, siendo noche, en Historia general y natural de las Indias
de 1535. La obra atribuye a Rodrigo de Triana el avistamiento
de América al amanecer.
El primer volumen de La historia de las Indias y conquista de México (el nombre de la obra varía según
la edición), publicado en 1552 y escrito por Francisco
López de Gómara, posee
información referente al origen del marinero. En el capítulo XVI, El
descubrimiento de las Indias que hizo Cristóbal Colón, se lee:
Prosiguió su camino, y luego vio lumbre un marinero de
Lepe y un Salcedo. A otro día siguiente, que fue 11 de octubre del año de 1492,
dijo Rodrigo de Triana: "Tierra, tierra", a cuya tan dulce palabra
acudieron todos a ver si decía verdad; y como la vieron, comenzaron el Te Deum
laudamus, hincados de rodillas y llorando de placer. Hicieron señal a los otros
compañeros para que se alegrasen y diesen gracias a Dios, que les había
mostrado lo que tanto deseaban. Allí viérades los extremos de regocijo que
suelen hacer marineros: unos besaban las manos a Colón, otros se le ofrecían
por criados, y otros le pedían mercedes. La tierra que primero vieron fue
Guanahaní, una de las islas Lucayas, que caen entre la Florida y Cuba, en la
cual se tomó luego tierra, y la posesión de las Indias y Nuevo-Mundo, que Colón
descubría por los Reyes de Castilla.
En el capítulo X, La honra y mercedes que los Reyes
Católicos hicieron a Colón por haber descubierto las Indias, se aprecia
otra referencia al origen de Rodrigo de Triana:
De donde sospecho que la reina favoreció más que no el
rey el descubrimiento de las Indias; y también porque no consentía pasar a
ellas sino a castellanos; y si algún aragonés allá iba, era con su licencia y
expreso mandamiento. Muchos de los que habían acompañado a Colón en este
descubrimiento pidieron mercedes, más los reyes no las hicieron a todos. Y así,
el marinero de Lepe se pasó a Berbería, y allá renegó la fe, porque ni Colón le
dio albricias ni el rey merced ninguna, por haber visto él primero que otro de
la flota lumbre en las Indias.
Si bien no existe una lista completa de los marineros
que llevó Colón en su primer viaje, la historiadora Alice Bache Gould logró
elaborar una lista de 90 marineros profusamente documentada, que es la más
completa que se conoce. En dicha lista de pasajeros solamente hay un vecino de
Lepe, llamado Pedro Izquierdo, que fue grumete en la Santa María.
Además, hay un vecino de La Redondela, pueblo costero muy cercano a Lepe, que se llamaba
Pedro Lepe y que no regresó a España, ya que formó parte de los españoles que
dejó Colón apostados en el Fuerte Navidad y que murió junto a los demás compañeros de la
empalizada en un ataque de los nativos.
Triana
Otra hipótesis es el nacimiento en Triana, un barrio de Sevilla, donde discurriría su vida antes de enrolarse en la
expedición de Cristóbal Colón, que zarpó desde el Puerto de Palos, en Palos de la Frontera, provincia de Huelva. La provincia de Sevilla es una
provincia limítrofe con la provincia de Huelva y Triana está junto al río
Guadalquivir, el cual es navegable, lo que haría de él un barrio de marineros.
Todo esto hace razonable que un trianero estuviera embarcado en el primer viaje
de Cristóbal Colón a América, si bien esta versión carece de apoyo documental.
Nombre de pila
Se barajan dos hipótesis sobre su nombre de pila,
relacionada la segunda de ellas directamente con su lugar de nacimiento.
- Rodrigo Pérez de Acevedo. Es el nombre que se le atribuye en el municipio de Lepe, de la provincia de Huelva. Gonzalo Fernández de Oviedo, en su obra Historia general y natural de las Indias, islas y tierra-firme del mar océano (1535) y Francisco López de Gómara en Historia General de las Indias (1552), afirman que este marinero era natural de Lepe. De ahí se extrae que su apodo "de Triana" fuera debido a que se trasladara y pasara gran parte de su vida en el barrio de Triana, en Sevilla.
- Juan Rodríguez Bermejo. Según esta hipótesis, Rodrigo de Triana era hijo de un hidalgo morisco (musulmán convertido al cristianismo) dedicado al comercio de alfarería. Según la misma, su padre fue quemado en la hoguera por comerciar con judíos mientras él realizaba el viaje del descubrimiento del Nuevo Mundo.
El nombre de Juan Rodríguez Bermejo
se le atribuye gracias a un testigo de una de las carabelas, llamado Fernando
García Vallejos, que es interrogado por un fiscal en 1515 y que declara:
En esto aquel jueves en la noche aclaró la Luna, y un
marinero que se decía Juan Rodríguez Bermejo, vecino de Molinos, de tierra de
Sevilla, como la luna aclaró, del dicho navío de Martín Alonso Pinzón vido una
cabeza blanca de arena, e alzo los ojos e vido la tierra, e luego arremetió con
lombarda e dio un trueno: ¡Tierra! ¡Tierra!
Otro testigo, llamado Manuel de
Valdovinos, se explica del siguiente modo en el interrogatorio con el fiscal:
“e
yendo navegando al cuarto vido la tierra un Juan Bermejo de Sevilla, e que la
primera tierra fue la isla de Guanahani”
Descubrimiento de América
Fue el primer español que avistó el nuevo continente
desde su puesto de vigía en la carabela Pinta. Este primer avistamiento
es narrado en el diario de a bordo de Cristóbal Colón, compendiado por Fray
Bartolomé de las Casas. El diario salta inmediatamente del día 11 al 13 de octubre de 1492,
entendiéndose los hechos narrados como del 12 de octubre:
"Y porque la caravela Pinta era más velera e iva
delante del Almirante, halló tierra y hizo las señas qu'el Almirante avía
mandado. Esta tierra vido primero un marinero que se dezía Rodrigo de Triana
[...]
Rodrigo divisó una pequeña isla del archipiélago de las Lucayas (conocido hoy como Bahamas), en el Mar Caribe. La isla en concreto era conocida por los indígenas
como Guanahani y fue bautizada por Cristóbal Colón como San Salvador, en honor a Jesucristo y a la salvación que implicaba
encontrar tierra tras aquella larga travesía.
La isla Watling, situada en las mismas Bahamas, se
propuso en el siglo XIX como la isla donde Colón desembarcara en 1492. De este
modo, en 1925 se le retiró el honor a otra isla que anteriormente
se consideraba el San Salvador original y que ahora se llama Cat Island, para
poner a la isla Watling el nombre de San Salvador, que hoy conserva. Finalmente, en 1986 la National
Geographic Society apuntó a
que la isla avistada y donde desembarcó Colón por primera vez en América es Cayo Samaná, otra pequeña isla también en Las Bahamas. Cayo
Samaná es una pequeña isla alargada, hoy deshabitada, con 16 kilómetros de
largo y aproximadamente 3 kilómetros y medio de ancho.
La hora del descubrimiento según el diario de a bordo
de Cristóbal Colón serían "dos horas pasada la media noche", esto es
las 2 de la madrugada del 12 de octubre de 1492, cuando se encontraban a dos
leguas (marinas).
El ya citado libro Historia General y Natural de
las Indias de Gonzalo
Fernández de Oviedo, de 1535, en su
Libro II, capítulo V, aporta mucho a este momento. En él se narra que primero,
en la noche, Colón vio candelas en tierra, avisando a un par de tripulantes.
Posteriormente, y aún de noche, un marinero vigía de Lepe avistó las candelas.
Posteriomente cuenta que, a la mañana siguiente, en el amanecer, un marinero
llamado Rodrigo de Triana fue el primero en ver tierra. Además, traslada el
descubrimiento a la mañana del 11 de octubre, en lugar de situarlo en el 12 de
octubre.
E aquel mesmo día que el almirante Colom estas
palabras dijo, conosçió realmente que estaba cerca de tierra, en semblante de
los celajes de los cielos; e amonestó a los pilotos que, si por caso las
carabelas se apartasen, por algún caso fortuito, la una de la otra, que pasado
aquel trance corriesen hacia la parte o viento que les ordenó, para tornar a
reducirse en su conserva. E como sobrevino la noche, mandó apocar las velas y
que corriesen con solos los trinquetes bajos; e andando así, un marinero de los
que iban en la capitana, natural de Lepe, dijo: "¡Lumbre!...
¡Tierra!..." E luego un criado de Colom, llamado Salcedo, replicó
diciendo: "Eso ya lo ha dicho el Almirante, mi señor"; y encontinente
Colom dijo: "Rato ha que yo lo he dicho y he visto aquella lumbre que está
en tierra." Y así fue: que un jueves, a las dos horas después de
medianoche, llamó el Almirante a un hidalgo dicho Escobedo, repostero de
estrados del Rey Católico, y le dijo que veía lumbre. Y otro día de mañana, en
esclaresciendo, y a la hora que el día antes había dicho Colom, desde la nao
capitana se vido la isla que los indios llaman Guanàhaní, de la parte de la
Trotamontana o Norte. Y el que vido primero la tierra, cuando ya fue de día, se
llamaba Rodrigo de Triana, a once días de octubre del año ya dicho de mill e
cuatrocientos y noventa y dos. [...] Tornando a la historia, aquella isla que
se vido primero, segund he dicho, es una de las islas que dicen de los Lucayos.
Y aquel marinero que dijo primero que veía lumbre en tierra, tornado después en
España, porque no se le dieron las albricias, despechado de aquesto, se pasó en
África y renegó de la fe. Este hombre, segund yo oí decir a Vicente Yáñez
Pinzón y a Hernán Pérez Mateos, que se hallaron en este primero descubrimiento,
era de Lepe, como he dicho.
Tierra sin premio
De acuerdo con el diario del primer viaje de Colón,
los Reyes de España prometieron una recompensa de 10.000 maravedís al primero que avistara tierra. Al estar resultando
el viaje mucho más extenso de lo inicialmente previsto, Colón ofreció además
como recompensa por su parte un jubón de seda.
Rodrigo de Triana avista tierra a las 2 de la
madrugada del 12 de octubre de 1492 (según el diario de a bordo de Colón, ya
que de acuerdo con Historia General y Natural de las Indias, libro
historiográfico de 1535, Rodrigo de Triana ve tierra al amanecer,
correspondiendo el avistamiento a las 2 de la madrugada a un lepero el día 11
de octubre). Sin embargo, Colón argumenta que a las 10 de la noche del 11 de
octubre, unas cuatro horas antes, él había visto por la ventana de su camarote
luces que subían y bajaban en el horizonte, que él interpretó que podrían ser
candelas en tierra, y que tras ver aquello avisó primero a Pero Guitiérrez, que
dijo que podía ver las candelas también, y luego a Rodrigo Sánchez de Segovia,
que dijo que no veía nada de eso, argumentando Colón que esto se debía a que
Rodrigo Sánchez de Segovia estaba situado en un lugar donde no se podía ver lo
que él quería mostrarle. De este modo, Rodrigo de Triana no cobraría la
sustanciosa recompensa. El diario narra los hechos del siguiente modo:
[...] puesto que el Almirante, a las diez de la noche,
estando en el castillo de popa, vid lumbre; aunque fue cosa tan çerrada que no
quiso affirmar que fuese tierra, pero llamó a Pero Gutiérrez repostero
d'estrados del Rey e díxole que pareçía lumbre, que mirasse él, y así lo hizo,
y vídola. Díxolo también a Rodrigo Sánchez de Segovia, qu'el Rey y la Reina
embiavan en el armada por veedor, el cual no vido nada porque no estava en
lugar do la pudiese ver. Después qu'el Almirante lo dixo, se vido una vez una
vez o dos, y era como una candelilla de cera que se alçava y levantava, lo cual
a pocos pareçiera ser indiçio de tierra; pero el Almirante tuvo por çierto
estar junto a la tierra. Por lo cual, cuando dixeron la Salve, que la
acostumbran dezir e cantar a su manera todos los marineros y se hallan todos,
rogó y amonestólos el Almirante que hiziesen buena guarda al castillo de proa,
y mirasen bien por la tierra, y que al que le dixese primero que vía tierra le
daría luego un jubón de seda, sin las otras mercedes que los Reyes avían
prometido, que eran diez mill maravedís de juro a quien primero le
viese. A las dos oras después de media noche pareçió la tierra, de la cual
estarían dos leguas. Amainaron todas las velas, y quedaron con el treo que es
la vela grande, sin bonetas, y pusiéronse a la corda, temporizando hasta el día
viernes que llegaron a una isleta de los lucayos, que se llamava en lengua de
indios Guanahaní.
De acuerdo con la obra Historia general y natural
de las Indias (1535), al ver el lepero negada su recompensa, renegó de la
fe y se fue a vivir a África. En Historia general de las Indias (1552) se menciona que se fue a Berbería, o sea, al Magreb.
Otras expediciones
Rodrigo Bermejo aparece como marinero en varias
expediciones realizadas por el rey de España en el siglo XVI. Entre ellas,
participó en la expedición a las Molucas, en el sudeste asiático, en 1525 junto a García Jofre de Loaisa. En dicha expedición se encontraba Juan Sebastián El Cano, el cual había completado en 1522
la primera circunnavegación de la
Tierra, iniciada
por Fernando de Magallanes. La expedición de las Molucas
duraría de 1525 a 1536, y su viuda, Catalina Muñoz, recibiría los salarios de su marido fallecido antes
de 1535, por tanto Rodrigo Bermejo murió durante esa expedición. De ser Juan
Rodríguez Bermejo y Rodrigo Bermejo la misma persona, se deduce que debió haber
participado en la expedición de Colón de 1492 muy joven.
Trascendencia
Existen varias teorías de cuándo el ser humano llegó a
América. Según los primeros estudios sobre la cultura clovis, el hombre llegó a América hace 12.000 años, aunque
otros académicos posteriores han situaduado hace entre 16.000 y 20.000 años.
Otros, incluso, han atrasado este hecho hasta hace 30.000 años. Se desconoce si
los primeros pobladores llegaron a través del estrecho de Bering o en una ruta
Oceanía-Polinesa-América del Sur. Existen indicios, gracias a excavaciones
arqueológicas realizadas en la década de 1960, de que en
el siglo X una serie de expediciones vikingas lograron fundar
una serie de pequeños asentamientos en Groenlandia y en la isla de Terranova, al norte de Canadá. Sin embargo, los vikingos abandonaron después estos
asentamientos sin que esto tuviera repercusión en la cultura europea.
Fue la expedición de Cristóbal Colón de 1492 la que
realmente tuvo una continuidad histórica, ya que a través de esta se iniciaron
una serie de viajes sucesivos casi instantáneos de descubrimiento del
continente americano, creándose la noción de Nuevo Mundo. Colón pensaba que se encontraba en Asia, a donde
había intentado acceder navegando hacia el oeste con patrocinio de los Reyes Católicos. El avistamiento de Rodrigo de
Triana de América marcó un antes y un después en la historia de la humanidad,
iniciando de lleno y en un instante la Edad Moderna.
Homenajes
En 1928 el Comité de la Exposición Iberoamericana de Sevilla le encargó al escultor Manuel
Delgado Brackenbury una estatua
de Rodrigo de Triana para ser colocada en la plaza de los Conquistadores, en la
parte sur del recinto de la exposición. Tras la celebración de la muestra, la
estatua fue llevada a los almacenes municipales. En 1948 la estatua se colocó
en la plaza de Chapina, pero fue retirada de nuevo en
1962. En 1973 el escultor José Lemus realizó otra estatua diferente de Rodrigo
de Triana, que fue colocada en la calle Pagés del Corro. La estatua muestra a
Rodrigo señalando la tierra sobre un pedestal de obra donde se lee
"¡Tierra!". En la ciudad también hay una calle llamada Rodrigo de
Triana.
En Lepe se honra la figura del lepero que, según la
historiografía, avistó América. De esta forma, en Lepe una urbanización, un
colegio y una de las principales calles del casco histórico se llaman Rodrigo
Pérez de Acevedo, además de aparecer en el escudo de la ciudad en un puesto de
vigía.
En Dos Hermanas, provincia de Sevilla, hay una calle llamada Juan
Rodríguez Bermejo.
En 1992 se colocó en la plaza de Chapina un memorial
titulado Monumento a los ángeles trianeros, realizado por Gabriel Mozas.
Se trata de un relieve de bronce de arte moderno adosado a un muro de piedra.
Está dedicado a Rodrigo de Triana, Rodrigo de Bastidas, Andrés de Morales y al
resto de trianeros que colaboraron en el descubrimiento y exploración de
América
CALLE EN HONOR A RODRIGO DE TRIANA
Scultore
Gabriel Mozas (Torredonjimeno, Jaén 1939- Lora del Río 2012). “Monumento
a los ángeles trianeros”. Plaza de Chapina, barrio de Triana,
Siviglia. Lo scultore donò il monumento alla città di Siviglia in
occasione dell’Esposizione Universale del 1992, Quinto Centenario della
Scoperta del Nuovo Mondo. Fu successivamente restaurato nel 2006.
Il
monumento di arte contemporanea rappresenta Cristoforo Colombo con i marinai di
Triana , Rodrigo de Triana, Rodrigo de Bastidas y Andrés de Morales , che lo
accompagnarono nei suoi viaggi alle Indie e parteciparono alla scoperta
ed all’esplorazione del continente americano. Il marinaio sulla destra
alza la mano in segno di saluto a Triana che si distingue per la Torre da Igrexa
de Santa Ana.
Rodrigo
de Triana partecipò al primo viaggio ed era imbarcato sulla Pinta e fu
colui che alle due del 12 ottobre 1492 lanciò il grido “Tierra a la vista”,
Rodrigo de Bastidas accompagnò nel 1493 Colombo nel suo secondo viaggio,
e Andrés de Morales partecipò nel 1498 al terzo viaggio.
A
lato del murale di bronzo si trova una placca in ceramica con la scritta
” A la memoria de los marineros Rodrigo de Triana, Rodrigo de Bastidas y
Andrés de Morales y tantos otros marineros anónimos, que acompañaron a Colón en
sus viajes o continuaron posteriormente la gesta del descubrimiento”.
Fuente: www.cristoforocolombo.com
(Escultor Gabriel mozas
(Torredonjimeno, Jaén 1939-Lora del Río 2012). "Monumento a los Ángeles
trianeros". Plaza de Chapina, barrio de Triana, Sevilla. El escultor donó el monumento a la ciudad de
Sevilla con motivo de la exposición universal de 1992, el quinto centenario del
descubrimiento del nuevo mundo. Más tarde fue restaurado en 2006.
El monumento del arte
contemporáneo representa a Cristóbal Colón con los marineros de Triana, Rodrigo
de Triana, Rodrigo de Bastidas y Andrés de Morales, que lo acompañaron en sus
viajes a las Indias y participaron en el descubrimiento y exploración del
continente Americano. El marinero de la
derecha levanta la mano en saludo a Triana que destaca por la torre de la
iglesia de Santa Ana.
Rodrigo de Triana participó en el
primer viaje y se embarcó en la pinta y fue el que, a las dos del 12 de
octubre, 1492 lanzó el grito "tierra a la vista", Rodrigo de Bastidas
acompañado en 1493 Colón en su segundo viaje, y Andrés de Morales y tantos
otros marineros anónimos, que acompañaron a Colón en sus viajes o continuaron
posteriormente la gesta del descubrimiento”.)
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