jueves, 31 de enero de 2019

SEVILLANOS ILUSTRES Y CALLE EN SU HONOR "Francisco Mateos Gago"



Francisco Mateos-Gago y Fernández (n. Grazalema (Cádiz), 1827 - † Sevilla, 19 de octubre de 1890), religioso, catedrático de teología de la Universidad de Sevilla y protector del patrimonio histórico sevillano.
Biografía
Huérfano desde muy joven, su tío Juan José Fernández y Borrego, médico titular de su pueblo natal le inició en el estudio del latín, siendo matriculado por un tío-abuelo suyo en el Seminario Diocesano de Sevilla en 1840, donde cursó estudios de filosofía, teología y jurisprudencia,
Acabados sus estudios eclesiásticos, en el año 1850 consiguió la cátedra de latín y castellano del Seminario Conciliar de San Isidoro y San Francisco Javier de Sevilla; dos años después, en 1852, sería ordenado presbítero y destinado al Seminario Conciliar de San Bartolomé, donde impartió clases de teología, oratoria, griego y hebreo, consiguiendo un poco más tarde, en 1854, el doctorado en teología en el Seminario Central de Granada, y luego su nombramiento como catedrático interino de teología en la Universidad de Sevilla, en 1855.
En 1868, y a consecuencia de la proclamación de la libertad de enseñanza en España, se suprimió la Facultad de teología por no considerarse ciencia universitaria, lo que supuso su cese como catedrático universitario, hecho refrendado en 1869 cuando, junto a los también catedráticos sevillanos [[Francisco Pagés del Corro]] y Francisco de Paula Caballero-Infante y Zuazo, se negó a jurar la nueva constitución.
Tras su expulsión de la Universidad Hispalense, Mateos Gago se afianzó en su trabajo como redactor y columnista en publicaciones y periódicos que trataban temas de corte religiosos, científicos, literarios e históricos, como La Verdad Católica, La Semana Católica y el Diario de Sevilla, donde pudo defender sus ideas conservadoras que luego recopilaría en su obra Opúsculos.
Con motivo del que luego sería conocido como Concilio Vaticano I, Mateos-Gago participó como teólogo en sus sesiones iniciales, llegando a Roma el 29 de noviembre de 1869. Su estancia en esa ciudad sería muy instructiva, participando de su ambiente intelectual.
En 1877 regresó a la Universidad de Sevilla para ocupar la cátedra de lengua hebrea de la Facultad de Filosofía y Letras, siendo nombrado decano al año siguiente.
Un aspecto importante en la figura de Mateos Gago fue su papel como protector del patrimonio histórico sevillano. Desde joven ya se preocupó de la fundación de la Biblioteca Provincial de Sevilla (años 1842 a 1845), así como de sus fondos provenientes de conventos exclaustrados tras la desamortización de Mendizábal. En 1853 formó parte de la Diputación Arqueológica Sevillana, institución dependiente de la Real Academia de Arqueología, entidad que reunían a importantes eruditos e intelectuales de la Sevilla de la época y que realizó numerosas intervenciones arqueológicas, fundamentalmente en Itálica.
En 1868 formó parte de la Comisión Provincial de Monumentos Histórico-Artísticos de Sevilla, y en 1870 fundó, junto con Francisco de Paula Collantes de Terán y Caamaño y José Pagés del Corro entre otros, la Sociedad Arqueológica y el Círculo Numismático Sevillano, cuyas ideas se difundían en La Revista Arqueológica Sevillana y que en 1872 se fusionaría con la Sociedad Económica de Amigos del País.
Como buen erudito Mateos-Gago perteneció a otras instituciones culturales y científicas sevillanas y españolas de la época. Así, fue miembro de la Academia Sevillana de Buenas Letras, de la Academia de Bellas Artes de San Fernando (1875), de la Sociedad El Folklore Andaluz, de la Academia de Santo Tomás de Aquino (1879), del Ateneo y Sociedad de Excursiones de Sevilla (1887),
Otros aspectos importantes a destacar en Mateos-Gago son la colección arqueológica que reunió en vida, que según la catalogación realizada tras su fallecimiento contaba con más de 600 piezas, o su colección de monedas, unas 8.000 en total, reunidas en su actividad vinculada a los estudios numismáticos realizados para el Círculo Numismático Sevillano. Tras su fallecimiento, José Gestoso y Pérez consiguió que el Ayuntamiento de Sevilla adquiriese las colecciones reunidas por él, que fueron destinadas al Museo Arqueológico Municipal, y que más adelante acabaron, en parte, en el Museo Arqueológico Provincial de Sevilla.

Reconocimientos

  • Sus restos mortales se encuentran enterrados en el Panteón de Sevillanos Ilustres de la iglesia de la Anunciación de Sevilla.
En su memoria, además, el Ayuntamiento de Sevilla le tiene rotulada una importante calle en el centro histórico de la ciudad. Que se ofrece seguidamente



Calle Mateos Gago es una calle de la ciudad de Sevilla (Andalucía). Sirve de entrada principal al barrio de Santa Cruz, arrancando en la plaza de la Virgen de los Reyes, junto a la catedral, y termina en calle Febiola
Historia
Fue denominada desde antiguo como calle de la Borceguinería, por residir en ella el gremio de este oficio, fabricantes de zapatos y borceguíes, hasta el siglo XVIII.
En 1893 se rotuló con su actual nombre de calle de Mateos Gago, honrando la memoria del catedrático sevillano, teólogo, sacerdote, profesor de la antigua Facultad de Teología de la Universidad de Sevilla, fundador de la Academia Sevillana de Estudios arqueológicos y canónigo de la catedral de Sevilla, Francisco Mateos Gago Fernández (1827-1890).
En 1890 nació en el número 21 de esta calle el historiador Santiago Montoto de Sedas, hijo del poeta y cronista de la ciudad Luis Montoto; en la fachada de la vivienda, una placa recuerda el acontecimiento. La calle era a principios del siglo XX una vía tortuosa y estrecha hasta el punto de impedir el tránsito rodado y el paso de cofradías por la misma. La entonces recién creada Hermandad de Santa Cruz (1904) tuvo que utilizar diversos recorridos alternativos para acceder desde su parroquia a la carrera oficial, ya que la salida resultaba imposible a través de esta calle, hasta su posterior remodelación.
El trazado actual de la calle se debe a las obras de ensanche acometidas con motivo de la Exposición Iberoamericana de Sevilla en 1929, y desde ella puede admirarse una bella imagen de la torre de la Giralda.















No hay comentarios:

Publicar un comentario