miércoles, 2 de enero de 2019

PASEANDO POR SEVILLA "Plaza del Pumarejo"



La plaza de Pumarejo es una plaza de forma cuadrangular situada en el barrio de San Gil, en el Distrito Casco Antiguo de la ciudad de española de Sevilla, (Andalucía).

Ubicada intramuros de la ciudad, históricamente, y con gran dinamismo en la actualidad, ha sido un marco espacial privilegiado para el desarrollo de la vida social del barrio, y en ella se ubican quioscos, el ambulatorio de la Seguridad Social, varios bares y tabernas, algunos comercios y las sedes de varias asociaciones. Desembocan a esta plaza las calles de fray Diego de Cádiz, Aniceto Sáenz, Torreblanca y Relator, mientras que la calle San Luis recorre su lado oeste.

El espacio recibe su nombre en honor de Pedro Pumarejo, caballero Veinticuatro vecino de la ciudad que derribó en el siglo XVIII una manzana de casas para crear la plaza y con ello darle mayor visibilidad a su propio palacio que había construido poco antes.
La casa-palacio de los Pumarejo está situada en el nº 3 de la plaza a la que da nombre. Fue la residencia del conde Pedro Pumarejo, caballero veinticuatro del Cabildo de Sevilla. Tiene una superficie de 1.892,35 m². Fue construida en el último tercio del siglo XVIII y está declarada Bien de Interés Cultural.
Fue construida en el último tercio del siglo XVIII sobre una casa vecinal que adquirió al Monasterio de San Jerónimo de Buenavista. Una vez comprada la casa Pedro Pumarejo, en 1775 ordenó derribar más de 70 casas circundantes para crear espacio que diera realce al edificio y facilitar el acceso. De esa forma queda configurada la zona con una plaza frente a la casa palacio.
Pedro Pumarejo era un mercader de productos de las Indias que rindió hidalguía en SantoñaCantabria, en 1753 y se instaló en Sevilla. En 1785 la familia vendió la casa, que pasó a ser propiedad municipal y luego pasó por diversas manos.
De Casa de los Pumarejo pasó a ser Colegio de los Niños Toribios en el siglo XIX.( La Sevilla del siglo XVIII sufría problemas similares al resto de España, pero agravados por el traslado de la Casa de Contratación a Cádiz, lo que conllevo la supresión en la ciudad el monopolio del comercio con las Indias. Este hecho produjo una gran crisis económica y un aumento alarmante de la pobreza. Numerosos niños vagaban por las calles sin protección, sin alimentar, la mayoría de las veces a medio vestir y empleando su tiempo en fechoría, sin asistir a la escuela, porque en estas fechas no era asunto del Gobierno, sino obra de beneficencia o negocios privados en manos del gremio de maestros. El Ayuntamiento tampoco invertía en temas de educación y tan solo las clases acomodadas tenían acceso a la cultura, el resto de la población tan solo preocupaba del hambre.
En esta situación es cuando se produjo la creación de los NIÑOS TORIBIOS , una fundación que debía su nombre al fundador, TORIBIO DE VELAZCO, un asturiano de buenas costumbres que llego a Sevilla para dedicarse a la venta de libros piadosos, y que había procesado en la Orden Tercera de San Francisco. Viendo la triste suerte de los niños abandonados pensó en un medio para apartarlos de este tipo de vida, y concibió la idea de fundar un hospicio donde recoger y educar a la multitud de niños que permanecían por calles y plazas completamente desamparados y corregir con ello la lacra de la mendicidad infantil.
Esta obra caritativa la inicio en el año 1724 en su casa de la calle Peral acogiendo a 18 niños.)
Posteriormente se convirtió en casa de vecinos en 1883. La planta alta se reformó para albergar pequeñas viviendas, y en la baja se establecieron talleres y comercios. Sin embargo, la estructura del edificio no ha sido demasiado alterada.
Es una casa-palacio característica del siglo XVIII, de dos plantas de altura en todo su perímetro, y ordenada en torno a dos patios porticados: el patio noble de la casa, y el de servicio.
En el patio principal hay que destacar el zócalo de azulejos y las columnas de caoba de Cuba; presenta una ornamentación y elementos decorativos de estilo mudéjar muy elaborados, con una alta carga representativa que se ha mantenido en buena medida hasta nuestros días. El segundo patio, de configuración más sencilla en huecos y decoración, ha sufrido una progresiva ocupación que le ha llevado a cambiar su estructura original.
Al exterior, destaca la portada con balcón, con un arco muy rebajado y decoración de molduras mixtilineas y flanqueada de semicolumnas adosadas. El resto de la gran fachada está muy cambiada por los diversos avateres del tiempo.
En la esquina de la calle fray Diego de Cádiz existe un balcón en ángulo con el escudo de la familia.
Fue declarado Bien de Interés Cultural en 2003. Declarada Lugar de Interés Etnológico en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.
Tras su muerte, el palacio albergó el Colegio de los Niños Toribios, y a finales del siglo XIX fue reconvertido en viviendas particulares, estando catalogado en la actualidad como Bien de Interés Cultural.

Existió en medio de la plaza una fuente de mármol, que se abastecía del agua de los Caños de Carmona, que aún se conservaba a mediados del siglo XIX, trasladada junto a la pared de las Atahonas











No hay comentarios:

Publicar un comentario