SEVILLANOS
ILUSTRES “Anibal Gonzalez 2ª Parte” SU LEGADO
Aníbal González
Álvarez-Ossorio (Sevilla, 10 de junio de 1876 -Sevilla, 31 de mayo de
1929), fue un arquitecto español. Es el principal referente de la arquitectura regionalista sevillana. Fue el arquitecto director de
la Exposición Iberoamericana desde 1911 a 1926. En la década de 1920
fue presidente de la Asociación de Arquitectos de Andalucía y vicepresidente
del Ateneo de Sevilla.
Nació en Sevilla en 1876. Fue el primer
hijo del matrimonio formado por José González Espejo y Catalina Álvarez-Ossorio
y Pizarro.Cursó su licenciatura en la Escuela Superior de Arquitectura de
Madrid. Recibió el título el 25 de noviembre de 1902. Tuvo los mejores resultados
académicos de su promoción, en la que también estaban los arquitectos Joaquín
Rojí, Tomás Acha, Luchas Alday, Amós Salvador, Miguel G. de la Any, Jerónimo P.
Mathet, Juan J. Gorruchaga, Luis López, Calixto Sancho, Demetrio Ribes,
Francisco García Navas y Gregorio Rábago. Uno de sus profesores fue Ricardo Velázquez Bosco, que fue el máximo exponente del estilo arquitectónico
Segundo Imperio uno de los principales arquitectos eclecticistas de la España
del primer tercio del siglo XX.5 Otro de los
profesores que ejercieron una gran influencia sobre Aníbal González fue Vicente Lamperez, destacado
restaurador, arquitecto e historiador del arte y miembro de la Real Academia de la Historia.
Sus estudios supusieron un notable
esfuerzo económico para su familia. A la formación de González contribuyó su
gran afición por la literatura, que le llevaría a compilar a lo largo de su
vida una gran biblioteca propia.
Un acontecimiento importante en su
desarrollo laboral fue su encuentro con su primo-hermano por parte de
madre Torcuato Luca de Tena y Álvarez-Ossorio, que sería durante
muchos años su protector y consejero. Luca de Tena había logrado una gran
influencia en Sevilla y Madrid desde que fundó el periódico ABC y la revista Blanco y Negro. González hizo algunos dibujos para la
revista.
Tras concluir sus estudios en Madrid,
contrajo matrimonio con Ana Gómez Millán, hija de José Gómez Otero. El arquitecto Gómez
Otero pertenecía a una familia con cuatro generaciones dedicadas a dicha
profesión. Posteriormente, González y su esposa hicieron un viaje por España,
visitando varios edificios históricos. González también visitó varias cárceles
españolas en dicho viaje, para tomar notas que le sirviesen para el encargo de
una cárcel en Sevilla. También influyeron en su trabajo su viaje a Italia y Francia en 1922 y su
viaje a Reino Unido en 1924.
Entre 1909 y 1920 se centró en el
historicismo y, en especial, en el neomudéjar. En 1910 participó en el concurso
de proyectos para el recinto de la Exposición Iberoamericana. En 1911 le fue
adjudicado el cargo de director de las obras de la muestra.
El 9 de enero de 1920 sufrió un atentado
junto a su casa del que salió ileso, en el que disparon dos tiros que no
llegaron a acertarle. En esa etapa el ramo de la construcción se encontraba en
huelga y las Juntas de Albañiles publicaron un manifiesto en el que se decía
que los arquitectos eran los responsables de que el gremio no hubiera
conseguido sus objetivos. La prensa le dio al arquitecto un apoyo
incondicional y se organizó una nutrida manifestación que pasó por delante de
su casa. El 4 de marzo se conoció que el atentado había sido llevado a cabo
por cuatro anarquistas del Sindicato de Peones Albañiles.
El 21 de septiembre de 1920 fue
distinguido con la Gran Cruz de la Real
Orden de Isabel la Católica y el 17 de febrero de 1922 fue condecorado con
la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso XII. En febrero de 1929,
fue nombrado también Hijo Predilecto de Sevilla.
El conde de Colombí formó parte del
Comité Ejecutivo de la Exposición desde el comienzo y fue nombrado Comisario
Regio el 2 de octubre de 1922. Colombí dimitió en diciembre de 1925. Le sucedió
en el cargo José Cruz-Conde. Cruz-Conde pensó que el ritmo
constructivo que llevaba González en la Plaza de España era excesivamente lento
y que, de seguir así, no daría tiempo a edificar varios pabellones extranjeros,
el casino, el arco conmemorativo y la Universidad Hispano-Americana. Además se
redujo el prespuesto, por lo que algunas obras de González no se llegaron a
realizar nunca. González estaba en desacuerdo con Cruz-Conde en diversos
aspectos y dimitió en 1926. Le sustituyó Vicente Traver que, además de
algunas pequeñas obras, realizó el casino y el teatro del recinto de la
muestra, que en la actualidad es el teatro Lope de Vega.
González murió a los 53 años. A su
funeral acudió una multitud de personas, entre las cuales había personas del
sector de la construcción. En el momento de su muerte era pobre y había
acumulado varias facturas sin pagar. El periódico El Liberal propuso
una colecta para su familia. Diversos ciudadanos y organizaciones de la ciudad
donaron dinero. El 20 de octubre de 1929 el total de donaciones en metálico y
en materiales de construcción era de 150.000 pesetas. Entre 1930 y 1932 se
construyó, en una parcela del marqués de Esquivel, una nueva casa para la
viuda. El diseño y la dirección de las obras corrió a cargo de los
arquitectos Juan Talavera y Heredia y José Espiau. Esta casa es de
estilo regionalista y se encuentra en el número 14 de la avenida de la Palmera.
En la Exposición Iberoamericana
El proyecto y la realización de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929,
constituyó para Aníbal González, el elemento clave de su actividad profesional
y también de su vida personal y supuso la fuente principal de su prestigio como
arquitecto y su gran popularidad en la ciudad de Sevilla.
Entre 1911 y 1926, como arquitecto
director de la exposición, se convirtió en uno de los principales personajes
del certamen.
En 1911, elaboró un anteproyecto que
incluía cinco partes y que no fue acometido por completo. Como obras
principales del proyecto original se ejecutaron tres palacios entre 1913 y
1919, el pabellón de la Industria, Manufacturas y Artes Decorativas
(actualmente denominado pabellón Mudéjar, que alberga el Museo de Artes y Costumbres Populares); el pabellón de
Bellas Artes (conocido como pabellón Renacimiento, que alberga Museo Arqueológico) y el pabellón Real. Los tres se encuentran dispuestos en torno a la Plaza de América,
conformada por una amplia área ajardinada en cuyo centro se haya situada una
terraza elevada con estanques y fuentes, que constituye una de las creaciones
más genuinas del regionalismo sevillano.
Su obra más significada fue la Plaza de España, cuya construcción se extendió entre
1914 y 1928. El proyecto comprendía la plaza y el gran palacio que la rodea. La
inauguración se produjo en 1929. Este conjunto está formado por una plaza
semicircular, de 200 metros de diámetro, bordeada por un canal que recorre 515
metros y que es atravesado por cuatro puentes. Los edificios que envuelven la
plaza se estructuran en un edificio central, alas con edificaciones intermedias
que compensan una excesiva longitud y dos torres en los extremos, con una
altura de setenta y cuatro metros. La construcción está realizada con ladrillo
visto y amplia decoración de cerámica, artesonados, hierro forjado y repujado y
mármol labrado
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