viernes, 15 de febrero de 2019

EXPOSICION IBEROAMERICANA 1929 SEVILLA. "Pabellones Regionales y Pronvinciales" (1)


Pabellón de Aragón:
Su autor fue Pascual Bravo. Edificio: un pabellón de paredes blancas y sencillez arquitectónica. Tenía una torre con una hilera de ladrillos rojos, muchos arcos y ático propio de la arquitectura aragonesa





 
Pabellón de Asturias:

Este Pabellón tenía carácter efímero, su arquitecto fue Enrique Rodríguez Bustelo, y se basó en las Casonas Aristocráticas Asturianas. Así vemos el uso de la madera y la piedra como principales materiales


 
Pabellón de Barcelona: 

El edificio era muy simple, reproducía una Masiá catalana, formada por un cuerpo central y dos cuerpos laterales que formaban sendos balcones. Su arquitecto fue Enric Sagnier i Villavecchia uno de los más prolíficos arquitectos modernistas catalanes, que sin embargo en este pabellón, se basó en el regionalismo, como mandaba los cánones de la exposición.



 
PABELLÓN DE CADIZ

De estilo regionalista con reminiscencias barrocas, el autor se inspiro en el barroco gaditano, erigiendo un edificio cuya volumetría se componía de tres cuerpos, el principal de una sola altura y de planta casi cuadrada, con abombamientos en las fachadas laterales, en este cuerpo se encontraba inscrito un torreón terminando en cúpula a la derecha de la fachada principal. Por ultimo en el eje principal del edificio, se le añadió un tercer cuerpo de forma rectangular  y perpendicular al mismo, elevado en altura por dos plantas, rematado por un ábside situado en la fachada posterior





Pabellón de Canarias:

El Pabellón Canario se basaba en una torre central con dos cuerpos laterales que constituían sendos balcones de madera canaria. Sus arquitectos fue Pelayo López y Martín-Romero. Un buen ejemplo de arquitectura de este tipo la encontramos en Los Llanos de Aridane, en Canarias, donde los arquitectos trabajaron con anterioridad a la Exposición de 1929.




 
Pabellón de Castilla La Nueva:


Este Edificio fue la representación de Madrid en la muestra. Sus arquitecto fueron Manuel Sánchez Arcas y Baltasar Hernández Britz. Estaba inspirada en una casa rural regional y una portada obra de Pedro Ribera.




 
Pabellón de Castilla la Vieja:


Así vemos el uso de la madera y la piedra como principales materiales. Su autor fue Pedro Sánchez Núñez, en el se integraron distintos elementos arquitectónicos de Castilla-León como la murallas de Ávila, Torre de San Miguel de Palencia, etc.




 PABELLON DE CORDOBA:

La presencia de Córdoba en el certamen se debió, en gran medida, al empeño de su Comisario Regio, José Cruz Conde, natural de dicha ciudad, encargándose de reunir el dinero necesario a través de diferentes organismos oficiales. Conseguido esto, el proyecto fue realizado por el arquitecto municipal cordobés Carlos Sáenz de Santamaría, quien planearía el Pabellón de Córdoba, un edificio de 614 metros cuadrados encuadrado en una parcela de 1.100 metros cuadrados. En un principio, el 28 de mayo de 1928 se ofreció al arquitecto unos terrenos frente al Jardín de las Delicias, en la avenida del mismo nombre, a la izquierda del acceso que ahí hay a la Plaza de América; sin embargo, en agosto de ese año el proyecto fue modificado, decidiéndose entonces que el edificio sería permanente, por lo que la ubicación fue trasladada a los alrededores de la Plaza de los Conquistadores (concretamente en lo que hoy es la Avenida Reina Mercedes, al lado de los pabellones de Murcia y Jaén), pues en el entorno del Parque de María Luisa sólo se podían construir pabellones de carácter permanente si éstos representaban a las naciones que participaban en la Exposición o si pertenecían a algún organismo oficial; además, el Ayuntamiento tenía intereses en estos terrenos, pues preveía que en un futuro sirvieran para acoger el Sector Sur de la Feria de Abril, por lo que el Pabellón de Córdoba, una vez terminada la muestra, podría ser utilizado durante las fiestas.

Una vez fijado el lugar en el que se construiría el edificio, faltaba decidir quién llevaría a cabo las obras, algo que sería adjudicado a la empresa de Enrique Vázquez Nieto, con la que se fijó en el contrato que deberían estar terminadas por completo en agosto de 1929 como muy tarde. Sin embargo, ocurrieron varias incidencias que retrasaron su finalización, por lo que se rescindió el contrato con la empresa, acordando que los trabajos serían terminados bajo la dirección de Vicente Traver, dándose por acabados el 7 de febrero de 1939 y siendo inaugurado el pabellón de manera oficial al día siguiente, cuando tan sólo faltaban cuatro meses para que concluyera la Exposición. En cuanto al coste de las obras, 400.000 pesetas en total, éste fue sufragado por el Ayuntamiento, mientras que la Diputación se hizo cargo del mobiliario, la instalación y la conservación por algo más de 100.000 pesetas. En el diseño, se aprecian las características arquitectónicas árabes propias de la ciudad de Córdoba, basándose en la Mezquita para los rasgos generales (entrada, techos, bóveda de la nave principal...); además, se reprodujo la torre-alminar de la Iglesia de San Nicolás de la Villa, creando así un edificio de estilo ecléctico y carácter historicista.

En cuanto a su composición, el pabellón tenía una planta irregular y constaba de una planta baja y un pequeño semisótano que serviría como vivienda del conserje y que estaba compuesta por un comedor, una cocina, dos dormitorios y un aseo, además de un almacén y los servicios públicos del propio pabellón. Por su parte, la planta baja tenía, nada más entrar, un vestíbulo que daba paso al resto de dependencias: al fondo, un espacio en el que estuvo la sala dedicada al pintor cordobés Julio Romero de Torres, donde se expusieron 28 de sus pinturas (entre ellas "La chiquita piconera", hecho precisamente para la Exposición) y que fue decorada por su hermano Enrique con telas de lujo diseñadas por el taller veneciano de Fortuny; a la derecha, un salón para acoger a las visitas y las escaleras por las que se subía a la torre; y a la izquierda, tres salones, dos a los lados en estilo árabe cubiertos con artesonado y provistos de lucernarios, y uno en el centro cubierto con una gran cúpula a imitación del Mihrab nuevo, además de varias dependencias secundarias y dos salas octogonales que cumplían la función de capillas y en las que se exponían obras de platería cordobesa, así como diversos trabajos de artesanía de la provincia. El ala izquierda del pabellón quedaba rematada por un cuerpo en forma de semicírculo por el cual se salía al exterior y estaba formado por una arquería de medio punto con columnas de mármol y escalinata, todo ello inspirado en el Patio de los Naranjos de la Mezquita. La entrada principal estaba situada en una de las fachadas al lado de la torre-alminar. Dicha torre fue realizada con una altura de 15 metros y en su día estuvo decorada con diferentes elementos de escayola que, con el paso de los años, fueron desapareciendo; en el cuerpo de arranque, había un espacio abovedado que comunicaba con el salón principal; el remate es un cuerpo de 4,50 metros que emula un campanario, si bien nunca contó con campanas.

Los muebles, costeados, como dijimos antes, por la Diputación de Córdoba, fueron encargados a la casa Crowner, de Madrid, que realizó piezas en estilo califal para los salones, la torre y el vestíbulo; también califales serían las lámparas que iluminaban las distintas estancias, siendo éstas obra de la casa M. Mateo. Igualmente, se podían contemplar una serie de paneles en los que figuraban los nombres de personajes ilustres cordobeses desde la antigüedad y hasta 1830, como Maimónides, Averroes, o Gonzalo Fernández de Córdoba, más conocido como "el Gran Capitán", entre otros. Asimismo, varias instituciones cordobesas cedieron un buen número de obras de arte y diferentes documentos antiguos para que todo ello fuera expuesto, como el Museo, la Catedral, varias iglesias, el Ayuntamiento, el Archivo de Protocolo e incluso participaron colecciones particulares.

Cuando el certamen terminó, el pabellón fue utilizado como edificio militar para albergar la sede del Grupo de Automovilismo del II Cuerpo del Ejército "Sector Sur". Sin embargo, los años fueron pasando y cada vez se hallaba en un estado de mayor ruina, por lo que se decidió su derribo en los años 70 del pasado siglo XX, quedando en pie solamente la torre-alminar que, como el resto, también presentaba un estado sumamente precario, de modo que en 1995 fue sometida a una profunda restauración de la mano del arquitecto Juan Manuel Rojo Laguillo. En la actualidad, la torre forma parte del Campus Reina Mercedes de la Universidad de Sevilla.

Localización: Campus Universitario Reina Mercedes, Avenida Reina Mercedes, 4 A. 41012 Sevilla.



Fuente: Una ventanadesdemadrid





                   Pabellón de Córdoba en la actualidad

1 comentario:

  1. Buenas tardes... decirles que en el apartado del Pabellón de Canarias, se menciona que hubo dos arquitectos, lo que es un ERROR. Solo hubo uno el arquitecto palmero don Pelayo López y Martín Romero.
    La letra "Y" conecta el primer apellido con el segundo que es compuesto (Primer apellido: López - Segundo apellido: Martín Romero).
    Muchas gracias.

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