Carpeta: Iglesias y conventos de Sevilla.
Ficha: Capilla de San Onofre
La capilla de San Onofre se
encuentra en la Plaza Nueva, en el barrio del Arenal, Sevilla, Andalucía, España.
Formaba parte de la Casa Grande
de San Francisco.
Desde 1520 fue la sede de la Hermandad de las Ánimas de San Onofre.
Era una de las capillas a las que se accedía desde el atrio del convento franciscano Casa Grande de San Francisco. Es uno de los únicos restos del antiguo convento, junto con el arquillo del ayuntamiento. La capilla data del siglo XVI y es de estilo barroco.
Era una de las capillas a las que se accedía desde el atrio del convento franciscano Casa Grande de San Francisco. Es uno de los únicos restos del antiguo convento, junto con el arquillo del ayuntamiento. La capilla data del siglo XVI y es de estilo barroco.
En 1520 se instaló en ella una hermandad católica de
ánimas que estaba ligada a la veneración a los santos san Onofre, san Francisco
y san Roque. Las hermandades de ánimas estaban destinadas a orar por las almas
del Purgatorio y a la realización de otras obras de caridad, como la asistencia
a enfermos y moribundos. Junto a la capilla había un hospital asistencial de
esta hermandad, construido en 1523 sobre un antiguo cementerio que había en el
atrio.
El convento fue exclaustrado y desamortizado en 1835.
Fue derribado a comienzos de la década de 1840.
Desde el 20 de noviembre de 2005 se realiza en la capilla la
Adoración Eucarística Perpetua, en la que unos 600 voluntarios dedican una hora
semanal para acompañar al Santísimo permanentemente, las veinticuatro horas del
día.
El retablo mayor de la capilla fue realizado en 1682
por Bernardo Simón de Pineda y fue dorado por Miguel Parrilla en 1683. En el
banco hay un relieve de las almas del Purgatorio con San Lorenzo y San
Francisco a los lados. En el primer cuerpo hay una escultura de la Virgen de la
Candelaria y, a los lados, San Fernando y San Hermenegildo. En el ático hay
un relieve de la Presentación de Jesús en el Templo y, en el sobreático, un
relieve de Dios Padre.
En el muro del evangelio se encuentra el retablo de
San Onofre, realizado por Juan Martínez Montañés en 1606. En el centro del
primer cuerpo hay una escultura de San Onofre realizada por Pedro Díaz de la
Cueva en 1599. En el centro del segundo cuerpo hay una escultura de Santa Ana
del siglo XVII, flanqueada por dos esculturas de San José y San Antonio de
autor anónimo. En la calle central del retablo hay pinturas de santos
realizadas por Francisco Pacheco en 1605: Santa Ana, Santa María Magdalena, San
Juan Bautista, San Miguel Arcángel, Santo Domingo, San Francisco, San Jerónimo
y San Pedro Mártir.
En el muro del evangelio hay también un relieve de la
Trinidad, realizado en torno a 1580 similar a las obras de Jerónimo Hernández.
En el lado de la epístola se encuentra el retablo de
San Laureano, realizado por Laureano de Segura, entre 1683 y 1685. En el centro
está la escultura de San Laureano, probablemente obra de Pedro Roldán.
En el ático hay un relieve de San Juan en Patmos en una visión de la Inmaculada
y, en el sobreático, la Cabeza de Juan el Bautista
Para
la realización de este trabajo se han consultado las siguientes fuentes y
obtenidos datos de :
wikipèdia.org
Commons.org.
Patrimoniodesevilla
·
Matilde Fernández Rojas (1996). Patrimonio artístico de los
conventos masculinos desamortizados en Sevilla durante el siglo XIX.
Secretariado de Publicaciones de la Diputación de Sevilla.
·
Clara Bejarano Pellicer (2014). «El culto a los difuntos en la Sevilla de
la Edad Moderna: la campanilla de ánimas del purgatorio». El mundo de
los difuntos: culto, cofradías y tradiciones
Capilla de San Onofre, que es la única estancia que
queda del convento Casa Grande de San Francisco, en la actual Plaza Nueva.
Sevilla
San
Onofre (en griego, Ὀνούφριος, del egipcio: Wnn-nfr,
que significa «el que es continuamente bueno")(* alrededor de 320 en Etiopía, †
en torno al año 400 quizás
en Siria)
es un santo muy
honrado y recordado hoy en día por los coptos, y
venerado también por la iglesia católica.
Al
parecer San Onofre fue hijo de un rey egipciaco o abisinio y que vivió en
el siglo IV.
El diablo logró que su progenitor lo entregara a las llamas como prueba de si
era hijo de una relación adulterina de la reina, prueba de la que resultó
ileso.
Ya
de niño entró en un convento de
la Tebaida egipciaca
(monjes que vivían en el desierto). De adulto abandonó el cenobio y
marchó a vivir de ermitaño.
La tradición relata que una luminaria le acompañó en el itinerario hacia lo que
sería su ermita. Solo comía dátiles y agua. Como vestimenta únicamente poseía
sus propios cabellos y hojas de palma o hierbas del desierto entretejidas.
Un ángel le
daba pan y vino a diario y los domingos también la comunión. Sobrevivió de esta
forma durante 60 años.
Pafnucio fue
discípulo suyo y en una de sus visitas a los eremitas, lo encontró en un estado
deplorable de salud con su cuerpo deformado, barba canosa y cabellos de gran
longitud; le hizo compañía hasta que falleció a las pocas horas para, después,
relatar cómo era este titán de la penitencia encarado
con los pecados del orbe. Pafnucio puso por escrito la vida y obras de san
Onofre.
La
tradición añade que cuando murió un coro angélico le rindió honores y
alabanzas.
RETABLO SAN ONOFRE.
Retablo de San Onofre. Juan
Martínez Montañés en 1606. La escultura de San Onofre es de Pedro Díaz de la
Cueva en 1599. Capilla de San Onofre
Juan Martínez Montañés (Alcalá la Real, Jaén, 16 de marzo de 1568 - Sevilla, 18 de junio de 1649) fue un escultor español. Su obra conserva la sobriedad clásica propia del Renacimiento, aunque aportando la
profundidad de la escultura del
Barroco. Se formó en Granada con Pablo de Rojas y completó su educación en Sevilla, donde se estableció para
el resto de su vida, convirtiéndose en el máximo exponente de la escuela sevillana de imaginería. Prácticamente toda su obra fue de tema religioso, menos dos
estatuas orantes y el retrato de Felipe IV. Recibió y realizó encargos
para diversas ciudades del continente americano. En su tiempo fue conocido como
el «Lisipo andaluz» y también como el «dios de la madera» por la gran facilidad
y maestría que tenía al trabajar con dicho material
San Onofre. Pedro Díaz de la Cueva. 1599. Capilla de San Onofre. Sevilla
San Laureano. Siglo XVII.
Atribuido a Pedro Roldán. Capilla de San Onofre.
Laureano es un santo católico hispano de la época visigoda que
fue, según la tradición, obispo de Sevilla (España)
desde el año 522 al 539. Murió tras sufrir martirio en la ciudad francesa
de Vatan.
San Laureano nació en
la provincia romana de Panonia,
hijo de padres nobles pero paganos. Durante su juventud un pariente católico lo
retiró ocultamente de sus padres y lo trasladó a Milán,
donde se convirtió al cristianismo y fue bautizado por el obispo Eustorgio II. Se dice de él que
en la flor de la juventud era "esmerado en la abstinencia, liberal en
las limosnas, trasnochando en las vigilias, continuo en las oraciones,
frecuente en los ayunos, solícito en recrear a los pobres, modelo en sus
palabras, mitigado en la ira y singularismo en la hospitalidad".
Huyendo de los
herejes arrianos, se trasladó a Sevilla, donde en el 522 es nombrado obispo de
la diócesis en sustitución de Máximo. Permanece en este puesto durante 17 años
hasta el 539.
En el 539 deja
Sevilla, trasladándose primero a Marsella y
después a Roma donde
se entrevista con el Papa Vigilio.
Es perseguido y capturado por Totila el
rey de los Ostrogodos,
seguidor del arrianismo,
que le da muerte en la ciudad francesa de Vatan el día 4 de
julio del año 546 y ordena que lo decapiten, mandando su cabeza a Sevilla, la
cual cuando llegó a la ciudad la libró de la peste y el hambre que padecía
según el mismo había profetizado antes de morir.
Patrono en Colombia
del Municipio de Bucaramanga (Departamento de Santander) y Lenguazaque al
norte del departamento de Cundinamarca.
En Pinilla Trasmonte (provincia
de Burgos, España) se celebra una gran procesión en la que bailan muchas
personas y un hijo del pueblo, algunos años, declama una bella poesía en la
misma calle, al comenzar la procesión.
Pedro Roldán (Sevilla, 1624-ibídem, 1699) fue un escultor español del Barroco. Fue padre de la
escultora Luisa
Roldán, conocida
como la Roldana
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