miércoles, 8 de agosto de 2018

PUERTAS Y MURALLAS DE SEVILLA. "Puerta de la Macarena"


La Puerta de la Macarena (del árabe Bab–al-Makrin), conocida como arco de La Macarena es una de las pocas puertas que se conservan en la actualidad de las murallas de Sevilla. Está ubicada en la calle Resolana, dentro del popular barrio sevillano de La Macarena, del que toma su nombre, y se sitúa frente a la basílica homónima, que alberga la imagen de María Santísima de la Esperanza Macarena, una de las imágenes más características de la Semana Santa sevillana y muy vinculada a la puerta.
Se trata de la entrada de la muralla situada más al norte de la ciudad, y la mayor de todo el conjunto, y forma parte de los pocos restos que se conservan de las murallas de la ciudad, junto con el paño de muralla que la conectaba con la puerta de Córdoba a través de un muro en el que se conservan siete torreones. Aunque el recinto murado de la ciudad fue construido en época de Julio César sobre la antigua defensa cartaginesa, la actual puerta de la Macarena es fruto de una remodelación llevada a cabo entre los años 1723 y 1795, en la que los elementos arquitectónicos islámicos fueron sustituidos por el aire clasicista que presenta en la actualidad, aunque también sufrió remodelaciones posteriores, como las llevadas a cabo en el siglo XIX, o la última, ocurrida en el año 1998.
A pesar de que fue bautizada por el pintor Manuel Rodríguez como Puerta del Cielo, tal y como reza en el retablo cerámico que realizó y que figura empotrado sobre el arco, siempre fue conocida por este nombre, derivado del árabe Bab–al-Makrin, como era conocida en tiempos de la dominación musulmana. Tampoco se modificó su nombre por circunstancias reales, como fue el caso de la puerta de Goles, que pasó a denominarse puerta Real por hacer su entrada por ella en la ciudad Felipe II de España, a pesar de que por la de La Macarena lo hicieron Isabel I de CastillaFernando II de AragónCarlos I de España y su prometida Isabel de Portugal, y por último Felipe IV. Era la puerta utilizada por los reyes que visitaban por primera vez la ciudad, y ante sus muros se levantaba un altar en el que realizaban su pleito homenaje, y tras lo cual les eran entregadas las llaves de la ciudad.
  
Las murallas de Sevilla fueron construidas en tiempos de Julio César para reemplazar la empalizada cartaginesa que existía, y ampliadas durante el imperio de su hijo César Augusto. Posteriormente, en el siglo XII los árabes llevaron a cabo una importante ampliación que duplicó el recinto murado bajo el dominio del sultán Ali ibn Yusuf.
En el año 1358, ingresó por esta puerta el infante don Fadrique, progenitor del linaje de Enríquez, para morir engañado en la ciudad por orden de su hermanastro Pedro I de Castilla. El 10 de marzo de 1526 prestó juramento e hizo pleito homenaje a la ciudad en esta puerta el rey Carlos I, que llegó a ella para celebrar sus bodas con doña Isabel de Portugal
Sufrió una renovación en 1723 por orden de Alonso Pérez de Saavedra y Narváezconde de la Jarosa, siendo alcalde de la ciudad, y en el año 1795 fue reedificada por el arquitecto de la ciudad José Chamorro. En 1836, con motivo de la invasión de Andalucía por las fuerzas carlistas, se realizó un foso con puente levadizo con el fin de fortificar el conjunto. Posteriormente, el 17 de julio de 1854 entró en la ciudad por este arco el general Leopoldo O'Donnell.
A partir de la revolución de 1868, se comenzó a derribar la muralla de la ciudad, cuyo trabajo finalizó en 1873. Esta medida no afectó a las murallas de la Macarena, que se salvaron gracias a una alegación de la Comisión de Monumentos sobre su valor histórico que las hacía diferentes al resto, pero el ayuntamiento siguió con la intención de hacerlas desaparecer. En 1909 el cabildo de la ciudad seguía manteniendo su idea de ensanche y nueva urbanización del barrio, por lo que presentó la siguiente determinación acerca de su derribo:
Si los restos de la muralla romana que en estado de lamentable ruina se extienden desde la puerta de la Macarena en dirección a Capuchinos tuvieran algún valor arqueológico o recordaran algún hecho glorioso de nuestra historia, no sería el concejal que suscribe quien se atreviera a proponer su demolición, aún reconociendo los grandes beneficios que de ella podría reportar Sevilla entera y muy especialmente el barrio en que están enclavadas; pero dichos restos de muralla no tienen otro mérito que el que les da su antigüedad, y no es ésta razón suficiente para que a ella deban sacrificarse conveniencias de orden muy superior.
Finalmente el arco y paño de muralla fue conservado, y en la actualidad goza de la protección de Bien de Interés Cultural, junto con los restos de la muralla localizados en otros puntos de la ciudad.
  Origen del nombre
Se desconoce con exactitud la procedencia el topónimo Macarena. Entre las diferentes hipótesis se encuentran la posibilidad árabe en el vocablo Macarea, o posiblemente tenga que ver el nombre de Bab–al-Makrin, con el que era conocido el arco en tiempos de la dominación musulmana. Siguiendo en la cultura árabe, también existe la teoría de que el nombre proceda del de una infanta mora que vivía junto a la muralla, o de un moro del mismo nombre, tal y como relata en 1587 el escritor Alonso Morgado en su Historia de Sevilla:
que la Puerta de la Macarena tomó su nombre de un Moro principal llamado Macarena, por quanto salía él por esta Puerta a una su heredad media legua de Sevilla, donde hasta hoy permanece una Torrezilla llamada Macarena del nombre deste Moro, que la edificó en aquella su pertenencia. Y por la misma razón se llama hoy también Collado de la Cabeça de Macarena, en el camino de la Rinconada, pueblo de aquel tiempo una legua de Sevilla
Otra de las hipótesis sobre su origen sería la palabra Macarius, procedente de su etapa romana, concretamente de un patricio con dicho nombre que habría tenido grandes propiedades en la zona e incluso siguiendo la misma línea en el tiempo otros historiadores vinculan el origen de su nombre con Macaria, hija de Hércules.
Al contrario de lo que comúnmente se piensa, el barrio no toma su nombre de la venerada imagen de la Esperanza Macarena, sino que es esta Virgen la que teniendo advocación a la Esperanza toma el nombre del barrio como referencia.
  Descripción
Se trata de la puerta de mayor volumen de todas las que existieron en el conjunto amurallado de la ciudad, y en ella comenzaba el camino de herradura que conducía a Extremadura. Constituye un pequeño fortín formado por un gran arco con empinado ático coronado de capiteles y otros remates, y su aspecto actual, de aire clasicista es producto de las remodelaciones efectuadas en época moderna.
Desde antiguo la puerta estaba muy decorada con inscripciones y pinturas, entre ellas un fresco dedicado a la Virgen de los Reyes, patrona de la ciudad, y un retablo en lienzo de Nuestra Señora de los Dolores. En la actualidad, en el conjunto se localizan cinco lápidas embutidas con diferentes inscripciones que hacen alusión a diversos acontecimientos importantes, como fue la inauguración del retablo, las reformas llevadas a cabo en 1723, 1795 y 1998, o una ordenanza de 1630 destinada a los guardas de la puerta, para que no ejerciesen sus funciones fuera de ella, que dice: «Por provición del rey nuestro señor de 20 de setiembre de 1630 se prohivio a los guardas no salieran a los caminos ni otro lugar alguno al cumplimiento de su obligación, ni se apartaran de su puerta, cuya vigilación está cometida al señor asistente, siendo diputado el señor D. Diego de Ulloa. Año de 1630».
Junto al arco se puede contemplar el monumento al bordador Juan Manuel Rodríguez Ojeda, renovador de la Semana Santa de Sevilla, en una obra del escultor también sevillano Luis Álvarez Duarte.
  
El arco está fuertemente ligado a la imagen de María Santísima de la Esperanza Macarena, y su Hermandad lo atraviesa anualmente al iniciar y al finalizar su estación de penitencia en La Madrugá del Viernes Santo.
Además, sobre el arco se localiza un retablo cerámico de azulejo policromado representando esta imagen, obra del pintor alcalareño Manuel Rodríguez y Pérez de Tudela, en 1922. Para su construcción, la Hermandad de la Macarena llevó a cabo una colecta popular, y fue inaugurado el 27 de mayo de 1923 por la infanta María de la Esperanza de Borbón-Dos Sicilias.[ Se trata de un bloque cerámico de unas dimensiones aproximadas de 2,25 m x 2,85 m, que presenta la imagen de la Esperanza Macarena, bajo la que aparece el lema “Esperanza nuestra, Ella es morada de Dios y Puerta del Cielo”; flanquean el conjunto los escudos de España, de Sevilla y de la Hermandad de la Macarena.
El paso más significativo de la imagen por esta puerta fue el que se llevó a cabo durante los actos de celebración del IV centenario de la fundación de la Hermandad en el año 1995. El día clave fue el 23 de septiembre, cuando tuvo lugar el Solemne Pontifical, acto oficiado por el arzobispo de Sevilla fray Carlos Amigo Vallejo, al que asistió la infanta María de la Esperanza de Borbón-Dos Sicilias (quien había inaugurado 72 años antes el retablo cerámico), junto con su marido, el príncipe pretendiente de Brasil don Pedro Gastón de Orleans-Braganza.

Fuente: dictionnaire.sensagent.leparisien.fr.

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 La historia del azulejo, , que custodia el Arco de la Macarena se remonta al año 1922. Se trata del cuadro cerámico de la Esperanza que se inaugura el 27 de mayo de 1923 por la infanta María Esperanza de Borbón. El retablo nace de las manos del ceramista Manuel Rodríguez y Pérez de Tudela, «uno de los más fecundos y notables artistas decoradores de loza trianera, siendo el primero que aplicó la técnica al ‘aguarrás’ a los azulejos pisanos, pues la había aprendido en su etapa en La Cartuja», explica Jesús Palomero Páramo en el libro «Ciudad de retablos», editado en 1987 y que recoge la página web el experto Martín Carlos Palomo García en un artículo sobre el azulejo macareno.


El del Arco de la Macarena es el último retablo que salió del taller de Manuel Rodríguez y Pérez de Tudela, premiado en múltiples certámenes y exposiciones de cerámica, como las de Sevilla (1905, 1908 y 1911) y Méjico (1910). «Para pagar su factura se organizó una suscripción popular, que alcanzó la suma de 1.018 pesetas, publicándose la marcha de la recaudación en las páginas de ‘El Correo de Andalucía’ y de ‘El Noticiero Sevillano’», detalla Palomero Páramo. «Su cocción defectuosa hizo que se retocase al óleo y aparece flanqueado por los escudos de España y Sevilla, a la derecha y los de la Hermandad Macarena, a su izquierda









1 comentario:

  1. La primera foto no corresponde al Arco de la Macarena, sino a la Puerta Carmona. A su izquierda se pueden observar los Caños de Carmona.

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