ARCHIVO GENERAL DE INDIAS.
(Comenzó siendo Casa de la Lonja de Mercaderes y posteriormente fue
transformado en Archivo General de Indias.)
El sitio elegido para su emplazamiento fue el que ocupaban las Herrerías Reales, en la plaza del Alcázar, y el de la Casa de la Moneda, que se trasladó primero al Alcázar y poco después al edificio que se levantó siguiendos trazas de Juan de Minjares.
Nota de Juan Sainz
El Archivo
General de Indias de Sevilla se creó en 1785 por deseo del
rey Carlos III, con el objetivo de centralizar en un único
lugar la documentación referente a la administración de los territorios
ultramarinos españoles hasta entonces dispersa en diversos archivos: Simancas, Cádiz y Sevilla.
El archivo conserva unos 43.000 legajos, con
unos 80 millones de páginas y 8.000 mapas y dibujos que proceden, fundamentalmente,
de los organismos encargados de la administración de los territorios de
ultramar. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987, junto a la Catedral y los Reales Alcázares.
Tras el descubrimiento de América, la Corona eligió la ciudad de Sevilla como puerto exclusivo
para el comercio con este continente, lo cual hizo que aumentara rápidamente la
actividad comercial. El lugar utilizado por los comerciantes para llevar a cabo
sus actividades mercantiles eran las gradas de la Catedral. Su punto central
era la denominada fuente del Hierro, enclavada en el lugar que actualmente
ocupa la Iglesia del Sagrario. Durante la segunda mitad del siglo XVI, el Cabildo de la
Catedral, para evitar los excesos cometidos por los comerciantes, que no
dudaban en culminar sus acuerdos en el interior del templo en los días de
lluvia, instaló columnas con cadenas en los alrededores del templo y contrató
alguaciles que evitaran el paso por la calle de animales de carga. Ante las
quejas del Cabildo Metropolitano, el rey Felipe II decidió la construcción de un edificio para sede de
la Lonja, que se llevaría a cabo en la misma Avenida, junto a la
Catedral, y terminaría siendo sede del Archivo de Indias. Su construcción se
inició en 1584, no abriéndose al uso hasta 1598.
La Casa Lonja de Mercaderes de
Sevilla, construida en época de Felipe II entre 1584 y 1598, por Juan de Minjares, sobre planos de Juan
de Herrera,
fue elegida como sede del archivo, tarea que desempeña hasta el día de hoy.
Se trata de una edificación exenta, con planta
y patio central en forma cuadrada, asentado sobre un podio, cuenta con dos
pisos de altura, combina en su exterior ladrillos rojos y elementos de piedra,
combinación que se continuaría en distintos edificios sevillanos. En su
interior está el patio central, construido en piedra y de amplias proporciones,
mostrando arcos sujetados en los pilares con medias columnas. Destaca la actual
escalera principal del edificio, proyecto de Lucas Cintora, que fue realizada con posterioridad a la
construcción del edificio, a finales del siglo XVIII, y se encuentra
decorada con enchapaduras de mármol. Sobre la escalera se abre una cúpula en
linterna.
Entre 1999 y 2005 tienen lugar las obras de
conservación y recuperación del inmueble llevadas a cabo por el
arquitecto Antonio Campos Alcaide. En ellas se plantea
una redefinición del programa funcional del edificio, así como una
actualización de las instalaciones. Con la intención de salvaguardar el
edificio sin ninguna alteración espacial y aprovechando la existencia de un
pequeño sótano, se propone su ampliación mediante una galería perimetral.
Dentro de la intervención es reseñable la
actuación sobre el edificio de la antigua Cilla del Cabildo Catedralicio, sito
en la calle Santo Tomás, para su incorporación como segunda sede auxiliar de la
Casa Lonja.
Dos razones fundamentales enmarcan
la fundación del Archivo General de Indias. Por una parte la falta de espacio
en el Archivo General de Simancas, archivo central de la Corona
española. Por otro, en línea con el espíritu de la Ilustración, el deseo de escribir una historia de la conquista e hispanización de
América que diera respuesta a los escritos extranjeros que habían tratado el
tema, como Histoire des deux Indes (Guillaume-Thomas Raynal, 1770) o The History of
America (William Robertson, 1777).
El responsable del proyecto
fue José de Gálvez y Gallardo, secretario de Indias, encargándose
el académico e historiador Juan Bautista Muñoz, cosmógrafo mayor de Indias, de su ejecución.
En octubre de 1785 empiezan a llegar al Archivo los primeros
documentos. Desde entonces y en distintas remesas se van incorporando los
fondos de las principales instituciones relacionadas con las Indias hasta
convertir al archivo en el principal depósito documental para el estudio de la
administración española en el Nuevo Mundo y las Filipinas. En el momento de constituir el archivo, se toma el año 1760 como fecha divisoria entre lo administrativo y
lo histórico, de forma que los documentos anteriores a esa fecha habían de ser
remitidos al Archivo de Indias, quedando la documentación posterior a dicha
fecha al servicio de los organismos que habían producido los documentos.
Los documentos que hoy conserva el archivo
ocupan más de nueve kilómetros lineales de estantería. Se trata de unos 43.000
legajos con unos 80 millones de páginas y 8.000 mapas y dibujos que proceden,
fundamentalmente, de los organismos metropolitanos encargados de la
administración de los territorios de ultramar.
·
Consejo de Indias, siglos XVI-XIX
·
Casa de la Contratación, siglos XVI-XVIII
·
Consulados de Sevilla y Cádiz, siglos XVI-XIX
·
Secretarías de Estado y del Despacho Universal de Indias, de Estado, Gracia
y Justicia, Hacienda y Guerra, siglos XVIII-XIX
·
Secretaría del Juzgado de Arribadas de Cádiz, siglos XVIII-XIX
·
Comisaría Interventora de la Hacienda Pública de Cádiz, Dirección General de la
Renta de Correos, siglos XVIII-XIX
·
Sala de Ultramar del Tribunal
de Cuentas,, siglo XIX
·
Real Compañía de la Habana, siglos XVIII-XIX.
Sólo algunos documentos proceden
directamente de organismos ultramarinos (Capitanía General de Cuba, siglos XVIII-XIX,
repatriados de La Habana tras la derrota en la Guerra hispano-estadounidense) o de particulares relacionados con
la administración de ultramar (como los del XV duque de Veragua, descendiente directo de Cristóbal Colón, siglos XV-XVIII, adquiridos en 1930; los general Polavieja, uno de los últimos capitanes
generales de Filipinas, 1876-1898; o los del virrey del Perú, Abascal, 1804-1859).
En la actualidad (2008) es el mayor
archivo existente sobre la actividad de España en América y Filipinas conteniendo información sobre la historia política y la historia
social, la historia económica y la de las mentalidades, la historia de la
Iglesia y la historia del arte o la geografía de aquellos territorios. Guarda
una gran cantidad de piezas de incalculable valor histórico: textos autógrafos
de Cristóbal Colón, Fernando de Magallanes, Vasco Núñez de Balboa, Hernán Cortés o Francisco Pizarro. Sus documentos son analizados y consultados por los
investigadores que pasan cada año por el archivo.
El Archivo es uno de los archivos
generales (junto con el de la Corona de Aragón y el de Simancas) pertenecientes al Estado español.
En 1987 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco junto a la Catedral, la Giralda y los Reales Alcázares de Sevilla.
El Archivo está regido por el Patronato
del Archivo General de Indias, creado por Real Decreto de 34 de junio (BOE
25 de junio de 2005) en el que participan el Ministerio de Cultura, la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Sevilla, el Consejo
Superior de Investigaciones Científicas y las Universidades de
Sevilla, siendo además vocales natos, diferentes personalidades del mundo de la
cultura
Ampliación
de datos en:
La visita turística al Archivo General de Indias es libre y gratuita, facilitándose el acceso a la zona monumental de martes a domingo, salvo los días 1 y 6 de enero, Jueves Santo, Viernes Santo y 24, 25 y 31 de diciembre.
Horario
De martes a sábado: de 9:30 a 17:00.Domingos y festivos: de 10:00 a 14:00.
Fuentes consultadas:
edificiosdesevilla.
dspace.unia.es/bitstream/handle/10334/288/17JITII.pdf?sequence=1
Jardinessinfronteras.com
sevilladailyphoto.blogspot
Tripadvisor.es
Curiosasevilla
Andaluciaorganizacion
sevillapedia.wikanda.
sevillacitycentre.
Curiosidadesdesevilla
Curiosasevilla
Elcorreoandalucia
Google
knookandtravel.
Bibliografia:
·
GONZÁLEZ
GARCÍA, Pedro (et al) (1995). Archivo General de Indias. Barcelona.
Editorial: Lunwerg. ISBN 84-7782-365-0
·
LÓPEZ DÍAZ,
María Teresa; DOMÍNGUEZ, Antonio (1983). Catálogo de documentos
históricos farmacéuticos del Archivo General de Indias. Sevilla. Secretariado
de Publicaciones de la Universidad. ISBN 84-7405-271-8
·
BAUDOT, Georges (1986). El Archivo General de Indias en
mi recuerdo. Sevilla. Editorial: Junta de Andalucía, Consejería de
Cultura. ISBN 84-505-2381-8
·
Consejería de Cultura - Bienes Patrimonio Mundial
·
Julia Murga
(2009-10-17
- mecd.gob.es
El
Archivo de Indias, a imagen y semejanza de la Santa Iglesia Catedral, también
está rodeada de columnas jónicas de piedra enlazadas por cadenas de hierro
actualmente oxidadas.
Son una cincuentena y están en relativamente buen estado.
Son una cincuentena y están en relativamente buen estado.
En la casa Lonja por analogía con la Catedral Felipe
II también mandó instalar durante la segunda mitad del siglo XVI, columnas
monolíticas que no sobrepasaban el metro de altura con cadenas, que impidieran
el paso y disuadieran principalmente a los mercaderes de cerrar sus negocios en
las Gradas del templo. (En la serie dedicada a La Catedral, se explica
mas extensamente el significado de estas cadenas)
Cruz del Juramento
El lugar que se reunían los comerciantes
para hacer sus tratos y negocios durante los siglos XVI y XVII, era el Patio de
los Naranjos de la Catedral de Sevilla.
Sin embargo, en aquellos tiempos un papel firmado
tenía menos valor que un apretón de manos. Como la religión lo alcanzaba todo,
este apretón de manos entre comerciantes, si se hacía delante de la cruz, tenía
el valor de un juramento o de un deber casi supraterrenal.
Los comerciantes, tras alcanzar los
acuerdos económicos correspondientes, caminaban unos metros y, rodeando el
templo catedralicio, se daban la mano ante esta insigne y magnánima cruz de
sílex rosa.
A esta cruz, que actualmente está entre la Catedral y
el edificio del Archivo General de Indias (antigua Lonja de Mercaderes) se le
llama la Cruz del Juramento.
Esta cruz se realizó a principios del
siglo XVII y ocupó un lugar cercano al actual. Tras la realización del edificio
del Archivo, se instaló en el lugar donde hoy podemos verla en la parte norte
del edificio.
ROTULOS DE MERCADERES
El Rey Felipe II dio orden de construir un
edifico para albergar la Casa Lonja de Mercaderes, un lugar donde los
comerciantes pudieran tratar sobre las mercancías que venían de América.
Ocurrió, sin embargo, que este edificio se construyó en un periodo muy largo de tiempo (en 1572 se acordó la edificación, en 1646 se terminó), periodo que supuso una ruptura del comercio indiano con Sevilla, trasladándose a Cádiz el grueso de dicha actividad.
Finalizado el edificio, muchas dependencias quedaron libres e inoperativas, con lo que, los mismos comerciantes sevillanos decidieron utilizarlas para poner allí sus negocios.
Entonces, las puertas de acceso al edificio eran diez y estaban totalmente abiertas con lo que se conseguía un tránsito de clientes muy interesante.
Tras las últimas recientes restauraciones, afloraron determinados rótulos en las fachadas. Los historiadores dicen que estos rótulos eran los nombres de los comercios que ocupaban dicha estancia en el edificio.
Ocurrió, sin embargo, que este edificio se construyó en un periodo muy largo de tiempo (en 1572 se acordó la edificación, en 1646 se terminó), periodo que supuso una ruptura del comercio indiano con Sevilla, trasladándose a Cádiz el grueso de dicha actividad.
Finalizado el edificio, muchas dependencias quedaron libres e inoperativas, con lo que, los mismos comerciantes sevillanos decidieron utilizarlas para poner allí sus negocios.
Entonces, las puertas de acceso al edificio eran diez y estaban totalmente abiertas con lo que se conseguía un tránsito de clientes muy interesante.
Tras las últimas recientes restauraciones, afloraron determinados rótulos en las fachadas. Los historiadores dicen que estos rótulos eran los nombres de los comercios que ocupaban dicha estancia en el edificio.
TEMPLETE
Detrás del Archivo de Indias se sitúa la que hasta el
siglo XVIII se conoció como la plazuela de la Lonja, no obstante, a partir del
terremoto de Lisboa de 1755, se le llama la plaza de Triunfo. Dos años después
se levantó un monumento cuya autoría se le debe otorgar a José Tomás Zambrano.
El trabajo en piedra refleja a la Virgen con el Niño en brazos y un templete
sobre la capilla que los protege, a esta virgen se le llamó del Triunfo. Desde
entonces existe la tradición de celebrar aquí, una misa por la que no se pudo
finalizar dentro de la Catedral el 1 de noviembre de ese fatídico año, en
que se produjeron los movimientos sísmicos y los fieles tuvieron que
trasladarse fuera del templo para finalizar la homilía y evitar daños
personales. Un poco más al fondo de la plaza se encuentra monumento dedicado a
la Inmaculada Concepción, presente desde 1918, en el que todos los años la
noche del 7 de diciembre se realiza una ofrenda floral, así como un
recital de tunas universitarias, que congrega a un gran número de personas. El
monumento a la Inmaculada tiene cuatro estatuas de personajes sevillanos
ilustres que fueron firmes defensores del inmaculismo en el siglo XVII:
Bartolomé Esteban Murillo, Miguel Cid, Martínez Montañés y Juan de Pineda.
VELETAS
El herreríano edificio
del Archivo de Indias es un cuadrilátero perfecto y corona cada una de las
cuatro esquinas del edificio con una hermosa veleta sobre la que se posa una
cruz de hierro forjado.
Además de estas cuatro veletas, existe una quinta sobre el castillete que da acceso al tejado del edificio. Cinco en total, cinco veletas, todas, curiosamente, iguales.
Una cruz, como decíamos, corona el instrumento meteorológico. Sobre uno de los dos brazos de la veleta podemos ver el escudo de Castilla y León.
Además de estas cuatro veletas, existe una quinta sobre el castillete que da acceso al tejado del edificio. Cinco en total, cinco veletas, todas, curiosamente, iguales.
Una cruz, como decíamos, corona el instrumento meteorológico. Sobre uno de los dos brazos de la veleta podemos ver el escudo de Castilla y León.
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