Hermandad de Vera Cruz de Sevilla (España) es
una cofradía
de la Semana Santa de
Sevilla cuyo nombre completo es el de Muy Antigua,
Siempre Ilustre, Venerable, Pontificia, Real, Fervorosa, Humilde y Seráfica
Hermandad y Archicofradía de Nazarenos de la Santísima Veracruz, Sangre de
Nuestro Señor Jesucristo y Tristezas de María Santísima
La Hermandad de la Santísima Vera Cruz se fundó en el
año 1448 en el Convento Casa Grande de San Francisco
de Sevilla.
Según algunos autores, en el año 1370 ya se reunían devotos de la Vera Cruz
en este convento para dar culto al Santo Madero.
En 1448 redacta sus primeras Reglas, aunque no serán
reconocidas y aprobadas oficialmente por la autoridad eclesiástica hasta el 22
de febrero de 1501, haciéndolo Fernando de la Torre, provisor del Cardenal
Arzobispo de Sevilla Diego Hurtado de Mendoza.
En un principio se estableció en una capilla situada a
la entrada del convento, que le proporcionaba una cierta independencia en sus
cultos con respecto a los de la comunidad franciscana, pero el gran auge que
pronto experimentó la Cofradía hizo que se trasladase en 1478 a otra capilla
más espaciosa, en el interior del recinto.
La primera salida procesional fue en 1468 y en los
años sucesivos muchos pueblos y ciudades circundantes crearon nuevas
Hermandades con idéntico título y adoptando sus mismas Reglas.
A comienzos del siglo XVI se suscita la controversia
sobre la conveniencia de que existieran los disciplinantes en las procesiones y
sobre si ello contribuía a la ejemplaridad y fervor que tales procesiones
debían ofrecer.
La controversia vino a ser resuelta el 7 de enero de
1536 con una resolución del Papa Pablo III, transmitida de viva voz, vivae
vocis oráculo, al Cardenal del título de Santa Cruz de Jerusalén, Francisco
de Quiñones, por la que el Papa concede importantes gracias e indulgencias a
todos los cofrades de la Vera Cruz que asistieren con penitencia o luz en la
procesión del Viernes Santo.
Esta resolución, recogida por escrito por el Cardenal,
fue seguidamente remitida el 5 de febrero a la Cofradía de la Vera Cruz de
Toledo, junto con una carta del Doctor Pedro Ortiz, en la que explicaba las
razones de tales privilegios y daba normas para su disfrute.
Desde entonces quedó establecido definitivamente el
hacer la estación de penitencia en la tarde-noche del Jueves Santo, saliendo a
las diez de la noche y haciendo estación en el Sagrario del Convento de San
Francisco, en la Santa Iglesia Catedral y en los templos del Salvador, la
Magdalena y San Pablo, recogiéndose alrededor de la una de la madrugada.
En 1810, los ejércitos invasores franceses se apoderan
del Convento de San Francisco y de la capilla de la Vera Cruz, teniendo la
Hermandad que salvar apresuradamente sus imágenes y cuadros por cuanto un
pavoroso incendio destruyó todo el recinto.
En 1812, retomada Sevilla, los franciscanos vuelven al
convento y con ellos la Cofradía de la Vera Cruz, que en esta ocasión tiene que
instalarse en otra Capilla, conocida como la de la Concepción de los
Burgaleses, donde prosigue con sus cultos.
Hay constancia de que en 1832 vuelve a salir la
Cofradía, estrenando un nuevo paso Cristo y un segundo paso con la Virgen de
las Tristezas. Mas, restaurada e inaugurada su Capilla propia el 3 de mayo de
1840, nuevamente han de abandonarla de forma apresurada por cuanto en el mes de
septiembre el nuevo Ayuntamiento, surgido de la Revolución de aquel año, obliga
a la comunidad franciscana, y con ella a la Cofradía, a abandonar el convento
para ser demolido y urbanizar en su lugar lo que hoy constituye la Plaza Nueva y sus aledaños.
En estas salidas obligadas del Convento de San
Francisco, la Hermandad se habría refugiado en la iglesia de San Alberto, donde
sufre paulatinamente un cada vez mayor decaimiento.
En 1853 un grupo de Hermanos deciden revitalizarla y
reanudar sus salidas procesionales, trasladándose al Convento de las Religiosas
de Pasión, en la calle Sierpes. Por diversos problemas esta salida no llegó a
efectuarse en Semana Santa, pero sí en el segundo día de Pascua de
Resurrección. Ya en el Convento de Pasión la Hermandad sigue celebrando sus
cultos, pero no llega a efectuar ninguna salida procesional, teniendo que
abandonar esta nueva sede y volver a San Alberto en 1868 por incautación del
convento por parte del Ayuntamiento. En 1870 y en 1924 hay nuevos intentos de
revitalizar la Hermandad y reanudar su estación de penitencia, pero ninguno de
ellos consigue contrarrestar plenamente el daño que ha infligido a la Hermandad
la acumulación de desgracias y perjuicios continuados durante más de un siglo.
Un nuevo intento en el año 1.942 sí tiene éxito y se
reorganiza la Hermandad, trasladándose a la Capilla del Dulce Nombre de Jesús.
Especialmente destacable fue la labor del canónigo y capellán real José
Sebastián y Bandarán los años de su reorganización y también fue donante de la
reliquia del Santo Lignum Crucis que
posee la Hermandad.
Esta reorganización la consigue renovando la nómina de
Hermanos y todos sus enseres a excepción de la escultura del Cristo y el
Archivo Histórico, por cuanto la primitiva escultura de la Virgen se da por
desaparecida y se desconoce entonces el paradero de los demás enseres. En este
mismo año se encarga al imaginero Antonio Illanes una nueva imagen de la Virgen
de las Tristezas, que procesiona bajo palio desde 1957.
La Hermandad de la Santísima Vera Cruz vuelve a
procesionar el Lunes Santo de 1944 con la imagen del Santísimo Cristo de la Vera Cruz.
La Santísima Virgen de las Tristezas procesionaría por primera vez desde la
reorganización bajo palio en 1957.
En 1948 celebra la Hermandad, con toda solemnidad y
diversos actos, el V Centenario de su Fundación, y el 25 de agosto de 1965
adquiere nueva Carta de Hermandad con la Orden Franciscana.
Fue una de las hermandades convocadas al Vía Crucis de la Fe de Sevilla,
que se celebró el 17 de febrero de 2013. Participó aportando
una reliquia del Lignum Crucis, que presidió el acto y con la
que el Arzobispo bendijo a los asistentes al término
del mismo.
Descripción de las imágenes
titulares
Santa Vera Cruz, Lignum Crucis
Según la tradición, Santa Elena halló en Jerusalén la
Verdadera Cruz de Cristo de la cual se repartieron por todo el mundo numerosos
fragmentos a los que se les vino a denominar “Lignum Crucis” (cruz de madera).
Esta reliquia que veneramos hoy, recibe culto a los pies del Cristo de la Vera
Cruz su capilla, procesionando cada Lunes Santo portada por un hermano
nazareno. Fue entregada a la Hermandad por D. José Sebastián y Bandarán en 1954
insertándose en un relicario de plata –con forma de cruz arbórea, realizada en
los talleres de Villarreal- en 1965.
La Hermandad posee una segunda reliquia del Santo
Madero. En este caso se inserta en la Cruz Guía procesional que también recibe
culto en uno de los altares de la capilla.
Santísimo Cristo de la Vera Cruz
El Santísimo Cristo de la Vera Cruz es una escultura
realizada en madera policromada, de 1,35 m de alto. Se cataloga como obra
anónima sevillana de la primera mitad del siglo XVI. Es un Cristo muerto que se
fija al madero con tres clavos. En origen debió itinerar en una cruz alzada por
tres sacerdotes. Es la imagen cristífera más antigua que procesiona en la
Semana Santa de Sevilla. Morfológicamente puede relacionarse con algún artífice
del círculo de Roque de Balduque. Entre ellos, despunta Antón Vázquez, autor
del interesante Cristo de la Vera Cruz de Arcos de la Frontera (Cádiz),
fechable hacia 1540. Durante el año se encuentra en el Altar Mayor de la
Capilla del Dulce Nombre de Jesús de Sevilla.
El Crucificado de la Vera Cruz de Sevilla ostenta
rasgos estilísticos que lo acercan más al sentimiento goticista que al
puramente renaciente. En efecto, rasgos dramáticos se acentúan en detrimento de
una interpretación naturalista de la anatomía. Razón por la que sus formas
entroncan conceptual y técnicamente con la producción hispalense de la etapa
final del gótico, aún cuando se observan tímidas aproximaciones a fórmulas
renacentistas en la composición del cuerpo y del sudario. El dramatismo del
rostro, de progenie medieval, se acentúa con la corona de espinas talladas
sobre la cabeza.
En 1978, tras la restauración llevada a cabo por el
profesor De la Universidad de Sevilla, Francisco Arquillo Torres, se rescató la
policromía original del escueto sudario anudado en la cadera izquierda, cuya
alistada estampación imita a un tejido hebráico de notable belleza. Las
dimensiones y el formato del paño de pureza facilitan la datación del simulacro
en los comedios del Quinientos. En dicha restauración, y al igual que en otras
imágenes de esta índole, fue encontrado en el interior de la Imagen un
documento. A diferencia de otros, en dicho documento no quedaba reflejado el
nombre del Autor de la Imagen, sino que aparecían una serie de nombres que
datan la mayoría de ellos del Siglo XVI o XVII, al parecer, posibles miembros
de la Junta de Oficiales de la Hermandad, personajes pertenecientes a los
Caballero Veinticuatro de la Ciudad, y miembros destacados de la corporación.
María Santísima de las Tristezas
La Santísima Virgen de las Tristezas es una escultura
de madera policromada de las llamada “de candelero”, al estar destinada
exclusivamente para ser vestida y tener únicamente talladas la cabeza y las
manos. En el año 1942 al reorganizarse la corporación en la Iglesia de San
Alberto, y en ausencia de la primitiva Virgen, se encargó realizar una Virgen
Dolorosa a D. Antonio Illanes, siendo nombrado por ello Hermano de Honor.
La imagen fue fruto de la inspiración del autor,
tomando como modelo a su esposa Doña Isabel Salcedo. Él había realizado un
boceto que presentó a los hermanos y, complacidos con la idea, procedió a
realizarla, cobrando por ella la cantidad de 2.500 pesetas.
La cabeza de la Virgen presenta un rostro de
facciones bien perfiladas, reflejando en él todo el dolor que siente la madre
ante el hijo muerto. Tiene un tratamiento bastante perfecto que se aprecia en
algunos detalles, como el tener talladas las orejas y parte del cabello. Las
manos denotan una expresión de súplica y al igual que los brazos se articulan.
En un principio D. Antonio Illanes pintó los ojos y las lágrimas en talla. No
cabe duda, que Illanes en esta obra ha sabido unir la tradición sevillana con
el arte de nuestros días, siendo considerada por muchos como la mejor Dolorosa
realizada por Illanes, al reflejar el dolor de la Virgen en plena madurez, muy
alejado de otras dolorosas aniñadas. En 1987 fue necesario sustituirle a la
imagen el candelero, realizando uno nuevo el colectivo de arte “Isbilia”. En el
primer «paso» es obra de Don Antonio Ibáñez estrenado en el año 2008 y va
iluminado por cuatro hachones de cera verde, en la mesa del «paso» cuatro
faroles de plata repujada y en las esquinas, las figuras de Santa Elena, San
Francisco, Emperador Constantino y el Papa Paulo III que, junto con el Papa Pío
IV, concedió a la Hermandad numerosas indulgencias plenarias, cuyas bulas
auténticas obran en poder de la Hermandad, que posee un archivo muy completo y
valioso. Los respiraderos bordados en plata sobre malla son obra de
Carrasquilla.
En el último lugar de la cofradía procesiona el
paso de palio de Santísima Virgen de las Tristezas, obra del escultor Antonio
Illanes, bajo palio negro bordado en oro por Patrocinio López. Este paso de
palio está inspirado en los palios decimonónicos que procesionaban en la Ciudad
durante dicho Siglo. Tiene orfebrería de Villarreal y Román Seco. La corona es
de plata obra de Emilio Méndez, al igual que el puñal que lleva la Virgen sobre
el pecho en su salida procesional. Los faldones respiraderos han sido bordados
por Talleres Santa Bárbara en hilo de oro sobre terciopelo negro.
El paso de Virgen procesionó en el año 1957 y va
acompañado por trío de música de capilla, compuesto por oboe, clarinete y
fagot.
Cierra el cortejo de la Virgen un grupo de
hermanos acompañantes del Preste, vestidos con sotana y roquete blanco,
portando cirio blanco, siendo de las pocas cofradías que mantienen viva esta
tradición en la Semana Santa de Sevilla.
Cortejo
La Hermandad de la Santísima Vera Cruz de Sevilla
hace su estación de penitencia a la Catedral en la tarde del Lunes Santo.
Los nazarenos de la cofradía visten túnica de
ruan negro con cinturón y cíngulo franciscano de esparto, ya que desde 1543
tiene carta de Hermandad con la Orden Franciscana. Los cirios del cortejo
procesional son de color verde. La cofradía actualmente hace su estación de
penitencia hacia la Santa Metropolitana Iglesia Catedral de Sevilla en la tarde
noche del Lunes Santo desde la Capilla del Dulce Nombre de Jesús, sede canónica
de la Hermandad.
Figura abriendo y cerrando la procesión el Santo
Lignum Crucis, en un relicario en la Cruz de Guía en la que se lee: «Toma tu
Cruz y sígueme», y otro Lignum Crucis, portado por un hermano nazareno en un
relicario de plata siendo de resaltar el que muchas personas se acercan a besar
el relicario durante la Estación de Penitencia. La cruz de guía de esta
Hermandad va inmediatamente seguida de todo el cortejo de penitentes de la
Cofradía.
El orden del Cortejo es el siguiente: Cruz de
Guía, Bandera de la Sangre, Senatus, Banderín Franciscano, Libro de Reglas,
bocinas, paso de Cristo, Bandera Verde "De Privilegios", Bandera
Pontificia, Banderín Concepcionista, Estandarte, Santo Lignum Crucis, bocinas y
paso palio.
VERA CRUZ EN CAMPANA 2017:
https://www.youtube.com/watch?v=l-40qJCZnWo
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VERA CRUZ EN CAMPANA 2017
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