sábado, 23 de marzo de 2019

LA SEVILLA DESAPARECIDA "La Real Fabrica de Artilleria"




La Real Fábrica de Artillería de Sevilla “Daoiz y Velarde” es un edificio que se proyecta para uso industrial que se encuentra situado en el barrio de San Bernardo, muy próximo al centro histórico de la ciudad, pero a extramuros de su hoy casi desaparecido recinto amurallado.

Es un enorme y complejo conjunto de edificios que muestra su fachada principal a la avenida de Eduardo Dato de Sevilla, en el tramo comprendido entre el puente de San Bernardo y los jardines de la Buhaira que lo limita por su costado este. Por los lados este y sur está limitado por el caserío del barrio de San Bernardo, y en su ala más extensa por la iglesia del mismo nombre.

La Real Fábrica de Artillería de Sevilla se crea como un lugar donde realizar la fabricación de armamento de un modo sistemático y continuado. Su fundación se ha fijado en el año 1565. Se sabe que existía un primitivo taller en 1525 y que Juan Morel fabricó cañones desde Sevilla antes de esa fecha. En 1555 Juan Morel se trasladó al Barrio de San Bernardo. En Tenerife había cañones de 1557 fundidos por Juan Morel. También había cañones en Canarias de 1651 y 1653 fundidos en Sevilla por Juan Fers Hors, por lo que se constata que esa industria siguió sirviendo a la defensa del archipiélago.

Juan Morel compró tres solares para la fundición de campanas y cañones en 1565. En 1568 la fábrica gana notoriedad y Felipe II ordena a la Casa de la Contratación que le proporcione a Bartolomé Morel, hijo de Juan, cobre y estaño para fabricar cañones. Bartolomé también fabricaría para la Catedral de Sevilla el Giraldillo, varias campanas de la Giralda, el tenebrario y el facistol. La saga de los Morel aparentemente concluyó con el nieto de Juan Morel, Juan Morel Ribera, pasando luego a manos de Pedro Gil Vambel. En el año 1634 fue adquirida por el Estado.

Se planificaron obras en 1720, en 1725, en 1730 y en 1741 pero realmente las obras de ampliación y modernización de aquella fundición se iniciaron en 1757, y en el 1759 estaba ya en funcionamiento, pero sin un resultado del todo satisfactorio. Es por esto que el comandante de Artillería Francisco de Molina mandó una misiva a Esquilache pidiéndole que llamara a Jean Maritz, inspector de las fonderías de París e hijo del también fundidor Jean Maritz, "para que este introduzca su método de fundir en sólido y el modo y práctica de suavizar el cobre de América". Jean Maritz redactó un proyecto respetando muchas de las obras anteriores e incluyendo algunos cambios y en 1773 se concluyeron estas reformas. 

Siendo poco después ampliado y reestructurado en el año 1782 bajo la dirección del arquitecto Vicente de San Martín, quien le dotó el carácter barroco y monumental con el que hoy se le conoce. Se construyeron en el siglo XVIII tres grandes hornos, de 500, 600 y 700 quintales de bronce. El Ministerio de las Indias encargó en 1789 "surtir de artillería a las Américas", aunque desde el siglo XVI ya habían trabajado para la Casa de la Contratación fabricando cañones. 

Fue en esta fábrica donde se produjo el Cañón Tigre, que arrancaría un brazo al Almirante Nelson en el ataque a Tenerife de 1797. A mediados del siglo XIX Álvarez Miranda escribió:

“Las piezas de artillería que salen de tan famoso establecimiento tienen una reconocida superioridad sobre casi todas las de Europa

Durante la I Guerra Mundial la fábrica se dedicó a la producción de cañones Krupp y Schneider, así como a la producción de granadas. 

El 30 de junio de 1959 la empresa pasa a manos de Empresa Nacional santa Bárbara de Industrias Militares, empresa pública que se encontraba dentro del Instituto Nacional de Industria, sin que el Ejército Español pierda prioridad sobre ella y, tras un periodo de traspaso, la integración se hace efectiva en 1969. La fábrica cesa su actividad en 1991. 

Lo que se conoce como Real Fábrica de Artillería es el resultado de un complejo edificio compuesto por partes, donde cada una de ellas cuenta con formas diferentes, pues la construcción se fue extendiendo a costa de ir ocupando calles y casas barrio.

De gran interés arquitectónico son varios de los elementos que dan forma a todo este conjunto.

Al exterior muestra una notable portada principal realizada en ladrillo visto, realizada en dos cuerpos. El cuerpo inferior lo constituye el hueco de acceso acabado en arco de medio punto que aparece flanqueado entre pilastras toscanas sobre pedestal. Sobre el amplio entablamento, de cornisa recta y muy movida, se levanta un segundo cuerpo de menor entidad y con una decoración más menuda realizada en ladrillo tallado, que se corona sobre la cornisa principal con dos grandes pináculos, y sobre la del cuerpo superior con un frontón recto partido.

La Real Fábrica de Artillería de Sevilla está catalogada como Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento, y así aparece publicado en los Boletín Oficial del Estado (BOE) de 29 de junio de 1985 y de 30 de noviembre de 2001

Fuentes consultadas:

wikipedia.org

Google.

El Pais

Laura León

El Mundo

ABC

Diario de Sevilla

IPH




































 
Los ‘Migueletes‘ eran una milicia de soldados que mandó formar Fernando VII para combatir a los bandoleros que se escondían en las sierras andaluzas en el siglo XIX. El “Tempranillo“, el “Veneno” o el “Barberillo” fueron algunos de los más notables bandoleros de Sierra Morena que fueron infatigablemente perseguidos por los “Migueletes”.






1 comentario:

  1. Buenas,
    Estoy realizando un trabajo de la Fábrica y saber si por favor puedes decirme las fuentes originales de algunas fotograías.
    En concreto las número 3, 5 y 9.
    Gracias!

    ResponderEliminar