Antonio María Fabié Escudero
(Sevilla, 19 de junio de 1832
– Madrid, 3 de
diciembre de 1899)
fue un político,
escritor, filósofo, historiador y bibliófilo español destacado por su filosofía hegeliana, de la que se aficionó
a mediados del siglo
XIX mientras era estudiante de la Universidad de Sevilla.
Estudió Farmacia, Ciencias Exactas y Derecho.
Era hijo del farmacéutico sevillano, Antonio María
Fabié y Gálvez (Ayamonte, 1797 - Sevilla, 1871), presidente del Colegio de
Farmacéuticos de Sevilla, Inspector de Farmacia de la Aduana Nacional,
Académico de número de la Academia de Buenas Letras de Sevilla, Vocal de la
Junta Municipal de Sanidad y Subdelegado de Farmacia del primer distrito de la
capital, además de alcalde 5º Constitucional de Sevilla en varios periodos; y
de María Amparo Escudero de Vega (Sevilla, 1805 - Sevilla 1836).
Estudió la enseñanza primaria en el Colegio
Hispalense, que dirigía el literato Alberto
Lista. A los catorce años obtuvo el premio extraordinario anual,
consistente en unos libros, con una dedicatoria de puño y letra de Alberto
Lista que decía: "Al más aventajado de los discípulos del Colegio
Hispalense don Antonio María Fabié. - Alberto Lista." A principios de
octubre de 1846 fue a Madrid a estudiar la carrera de Farmacia. Allí vivió bajo
el mismo techo que Antonio Delgado, autor de "Las monedas autónomas de
España", que fue su apoderado hasta que terminó la carrera de Farmacia y
la de Ciencias Físico Naturales en 1851. Durante este período arrastrado por
sus aficiones literarias, estableció estrecha amistad con varios notables de la
época, mayores que él, como fueron García Gutiérrez, Cayetano
Rosell, Miguel de los Santos Álvarez
o Miguel Agustín Príncipe,
entre otros. Recibió varias menciones honoríficas y premios extraordinarios de
sus catedráticos, principalmente de los señores Miguel Colmeiro y Penido y
Mariano de la Paz Graells.
Por su carácter y aficiones no se acostumbraba a
trabajar en la Farmacia de su padre, la más acreditada por aquel entonces en
Sevilla, por lo que pidió permiso a éste para estudiar la carrera de leyes.
Como su padre no se lo permitió se costeó todos los gastos de los estudios con
el importe de los intereses de la legítima de su madre. Obtuvo grandes éxitos
en sus estudios y al recibir el título de Licenciado en 1856 ya poseía una
reputación considerable. Los doctores Álava, Beas y Dutari y Bedmar hicieron
grandes elogios del estudiante y, anteriormente, el profesor de Lógica y Ética,
Nicolás María Rivero, le pronosticó un
porvenir muy brillante.
Volvió a Madrid, contra la voluntad de su padre, en
1857, donde comenzó a trabajar en varios periódicos. Escribió sus primeros
artículos en El León Español. En La Patria escribió una serie de
artículos sobre la ley Moyano de Instrucción pública que llamaron mucho la
atención. Fue entonces cuando estableció estrecha amistad con Cánovas del Castillo, que
duró toda la vida.
Contrajo matrimonio en Sevilla, el 30 de diciembre de
1860, con María Teresa Gutiérrez de la Rasilla y Castañeda, con la que tuvo
cinco hijos (María Patrocinio, Antonia, Antonio María, Francisco de Asís y
María del Rosario). Regresó inmediatamente a Madrid donde se estableció de
forma definitiva.
Fue socio fundador del Ateneo
de Madrid donde sostuvo polémicas acerca de asuntos filosóficos con José Moreno Nieto y literarias con Manuel de la Revilla, Roberto Robet, Tomás Rodríguez Rubí y otros. En las
Cortes de 1863 fue elegido diputado por Aspe (Alicante), pronunciando varios
discursos, entre ellos uno sobre el régimen de las posesiones españolas de
Ultramar.
Al fundar José de Salamanca y Mayol
el periódico El Contemporáneo, José Luis Albareda fue designado director,
Fabié redactor jefe y redactores Ramón Rodríguez Correa, Juan
Valera y Eulogio Florentino Sanz.
Fabié llevó a Gustavo Adolfo Becquer, su
íntimo amigo de la infancia, y le hizo escribir las primeras cuartillas en
prosa contra su voluntad. Ayala, Bécquer y Fabié vivieron juntos, en la calle
del Prado, varios meses, en el año 1864, durante la ausencia de su esposa, que
estuvo en Sevilla con motivo de una enfermedad de su madre. Desde principios de
abril de 1863 empezó a escribir en el periódico más antiguo de la península, el
Diario de Barcelona, sus famosas
correspondencias de A.
En 1865 Fabié fue elegido nuevamente diputado por
Alcoy, desempeñando durante varios meses el cargo de fiscal de la Deuda
pública. El 6 de mayo de 1865 defendió en las Cortes su postura antiesclavista
en un discurso en el que secundó una moción contra la trata. En 1867 volvió a ser diputado por Jerez de los Caballeros y oficial mayor del
ministerio de Ultramar. Firmó el manifiesto dirigido a S. M. la Reina Isabel II en abril de 1868,
pidiéndole que abriera las Cortes, y al venir la revolución de 1868 condenó gran parte de
su política.
En 1871 fue elegido diputado por Jerez de los
Caballeros sin saberlo, debido a una estratagema de su amigo el Sr. Peche.
Entonces formó parte del grupo llamado del canapé, capitaneada por Cánovas del Castillo.
Desde principios de enero de 1872 se dedicó de lleno a los trabajos
preparatorios de la restauración. Le nombraron secretario general del comité
alfonsino, haciendo todo lo posible para apartar a Antonio Benavides y Fernández
de Navarrete de la representación de la dinastía destronada, e
influyó mucho en la designación de Cánovas del Castillo como su substituto.
Insistió persistentemente para conseguir la asociación
de la antigua Unión Liberal a la causa de la
restauración, consiguiendo que los exministros Pedro Salaverría y Constantino de Ardanaz y Undabarrena
se entendieran con Cánovas. Durante el verano y otoño de 1872 Fabié realizó
varios viajes por Cataluña y el extranjero, todos relacionados con la campaña
restauradora. A finales de 1872 escribió el borrador del primer manifiesto del Rey don Alfonso XII a los españoles, que
apareció en las columnas del Diario Español al perderlo Salaverría en la
calle.
En la primavera de 1873 Fabié pidió al general Blas
Villate una conferencia con Cánovas relativa a los trabajos
militares en pro de Alfonso XII. Cánovas rehuyó la reunión durante más de un
mes, pero finalmente tuvo que ceder y se entrevistó con el general, quién le
mostró los poderes de veinticuatro compañeros de armas. Al estar ausente
Villate de Madrid, los generales nombraron como representante suyo al capitán
de artillería Federico Sánchez Bedoya, y Cánovas designó a Romero
Robledo y a Fabié para negociaran con éste. La negociación fracasó
debido a la oposición de Cánovas del Castillo al propósito de proclamar al Rey
sublevando la guarnición de Madrid y las fuerzas que estaban en el Norte y
Cataluña combatiendo a los carlistas. El día 6 de enero de 1874, Sánchez Bedoya
anunció a Fabié que los generales quedaban desligados de todo compromiso y que
procederían a restaurar la monarquía borbónica por su cuenta y riesgo. El 13 de
febrero de 1874 fue elegido académico (medalla número 20) de la Real Academia
de la Historia. Tomó posesión el 4 de abril de 1875.
Consumada la restauración, Fabié ocupó la
subsecretaría del ministerio de Hacienda. Perteneció al partido
Moderado y fue elegido diputado por Casas
Ibáñez (Albacete), en las Cortes Constituyentes.
Presidente de la Comisión General de Presupuestos, hizo con Salaverría el
arreglo de la Deuda Pública y la Ley de Presupuestos de 1876.
En 1876 fue elegido miembro de la Real Academia de la Historia.
En enero de 1877 recibió el nombramiento de Consejero de Estado. En las
Cortes de 1879 fue elegido diputado por Sevilla
(capital), volvió a serlo también en las de 1881, ocupando el cargo de
presidente de la sección de lo Contencioso del Consejo de Estado. En las Cortes
de 1883 fue senador por la provincia de Ávila y fue nombrado Fiscal
del Tribunal Supremo de Justicia, cargo del que no llegó a tomar posesión. En
1886 resultó elegido senador por la de Castellón. Fue presidente
de los Congresos Internacionales Americanistas celebrados en Copenhague (1883)
y Turín (1886).
En 18 de abril de 1890, la Real Academia le nombró
individuo de número, por unanimidad. Ocupó, al constituirse el 4 de julio de
ese año el ministerio de Cánovas del Castillo, la cartera de Ultramar
(Real Decreto de 5 de julio de 1890), cargo que abandonó un año después,
recibiendo el nombramiento de presidente del Consejo de Filipinas y posesiones
del Golfo de Guinea (Real Decreto de 27 de noviembre de 1891, ), y ayudando a Francisco
Silvela en la reorganización del Partido Liberal-Conservador.
El 23 de febrero siguiente, año 1891, fue nombrado senador vitalicio. El 24 de
mayo de 1891 tomó posesión de la silla R de la Real Academia de la Lengua, con
el discurso Las
obras literarias de Rodríguez Rubí, respondido por José de
Castro y Serrano. Ocupó después la presidencia del Tribunal Contencioso
Administrativo. El 20 de marzo de 1894 dimitió de su cargo de presidente del
Consejo de Filipinas y posesiones del Golfo de Guinea. En 1886, 1887 y 1888,
hizo largos viajes por Austria, Alemania, Italia, Suecia y Noruega, Rusia,
Francia, Suiza y los Países Bajos. Fue nombrado en 1889 presidente de la
Sociedad Real de Anticuarios del Norte y miembro de la Sociedad Geográfica de
Berlín.
En 1895 le nombraron presidente del Consejo de Estado.
Desempeñó este cargo hasta el 15 de septiembre de 1897. Algunos días antes de
que Cánovas del Castillo saliera para Santa Águeda (el 27 de julio de 1897),
éste indicó a Fabié, mientras paseaban reunidos en el Retiro, como solían
hacerlo, que se preparara para ocupar en octubre el ministerio de Fomento.
Durante el período de oposición de 1898 llevó la dirección de la minoría
conservadora del Senado, por encargo de Silvela,
preparando con el duque de Tetuán, la caída
del gabinete Sagasta
en la votación del tratado de París.
En 1899 fue nombrado presidente del Consejo de
Instrucción Pública, en sustitución de Montero
Ríos, cargo del que dimitió por incompatibilidad de criterio con el
ministro de Fomento marqués de Pidal, en materia de enseñanza.
En septiembre fue nombrado presidente honorario de la Federación Gimnástica
Española. En primero de octubre del mismo año se le nombró gobernador del Banco de España, puesto en que le
sorprendió la muerte el 3 de diciembre de 1899 por un
derrame cerebral.
Condecoraciones y reconocimientos
Le otorgaron las grandes cruces de
Isabel la Católica y de Carlos III, el Gran Cordón de esta Orden, y de la
Corona de Italia y otras tantas extranjeras. Desde 1900 dispone de una calle
con su nombre en Sevilla. La calle Fabié (antigua Carreteros) va desde Pureza
hasta Rodrigo de Triana. También en 1900, el ayuntamiento decidió poner una
placa de mármol conmemorativa en la casa de la calle San Jacinto, del barrio de
Triana de Sevilla donde nació, que decía: «El DÍA 15 DE JUNIO DE 1832 NACIÓ EN
ESTA CASA EL EXCELENTÍSIMO SEÑOR DON ANTONIO MARÍA FABIÉ Y ESCUDERO, MINISTRO
DE ULTRAMAR, PRESIDENTE DEL CONSEJO DE ESTADO, FILÓSOFO, HISTORIADOR Y ERUDITO;
SEVILLA, POR SU ACUERDO DE 23 DE FEBRERO DE 1900, DISPUSO LA COLOCACIÓN DE ESTA
LÁPIDA, PARA PERPETUAR LA MEMORIA DE TAN ILUSTRE PATRICIO. MURIÓ EN MADRID EL 3
DE DICIEMBRE DE 1899.» En la actualidad existe una nueva placa de cerámica
trianera que reza: «EN EL ANTIGUO NÚMERO 17 DE ESTA CALLE, NACIÓ EL FILÓSOFO,
HISTORIADOR Y ERUDITO ANTONIO MARÍA FABIÉ Y ESCUDERO. FUE ÚLTIMO MINISTRO DE
ULTRAMAR. PRESIDENTE DEL CONSEJO DE ESTADO Y PRESIDENTE DEL BANCO DE ESPAÑA.
FALLECIÓ EL DÍA 3 DE DICIEMBRE DE 1899.»
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