el Mercado
de la Encarnación, surgieron en el siglo XIX con un afán de mejoría social
y económica , pasando de una agrupación de tenderetes en la calle a un edificio
cubierto al que las personas podían acudir en busca de productos frescos con
los que abastecer sus casas.
El Mercado antes del Mercado
Sin embargo,
estos edificios a veces ocuparon solares que ya tenían dueño, como es el actual
caso, ya que se erigió sobre el lugar en el que estuvo el convento de la
Encarnación, que da nombre a la plaza y que se encontraba junto con el
también desaparecido convento de Regina Angelorum, que a su vez da
nombre a la cercana calle Regina.
Pero mucho
antes ya existían aquí otras edificaciones de carácter privado, que comprendían
casas con tabernas, fábricas de salazón y salmueras romanas, una basílica
paleocristiana y, posteriormente, un par de casas almohades; son los restos que
constituyen el recinto arqueológico llamado Antiquarium que se encuentra en el
espacio que, en el proyecto inicial, iba a estar destinado a aparcamientos.
El
descubrimiento y posterior musealización de este yacimiento ha supuesto un gran
avance en cuanto a la puesta en valor de Hispalis, de la que se ya se tenían
vastos conocimientos pero de la que quedan pocos restos in situ y, menos aún,
abiertos al público.
El recorrido permite que quien lo visite pueda hacerse una idea de cómo era
la ciudad en época romana, tardorromana y musulmana, por dónde discurría el río
y cómo se organizaba la zona.
La reformas urbanísticas
Volviendo al primitivo mercado, aunque hacía tiempo que contaba con
problemas estructurales que hacían necesaria una intervención, su vida concluyó
en 1973, cuando se ejecutó la ampliación del eje Campana-Puerta Osario,
proyectada en 1948. Estas obras conllevaron derribos, entre ellos el del propio
mercado, para ensanchar las estrechas calles existentes, derivadas del
urbanismo medieval, y para crear una vía que permitiera el tráfico rodado
fluido desde ambos puntos. Se trata de nuevo de una actuación en pos de una
modernidad mal entendida que priva a Sevilla de conservar su tejido urbano
intacto y que la llena de edificios racionalistas.En ese momento existía un proyecto para un nuevo mercado de Guillermo Vázquez Consuegra que seguía la línea racionalista del resto de edificios colindantes pero que, por diversos motivos, mayormente políticos, se descartó, dando comienzo a un oscuro periodo en el que los puestos del mercado pasan a la provisionalidad de un espacio cercano, en el que se encontraron hasta entrado el siglo XXI, cuando se trazó una línea de actuación para crear un nuevo edificio..
No hay comentarios:
Publicar un comentario