El Pabellón
de Marruecos de la Exposición Iberoamericana de Sevilla del año 1929 es un edificio singular que se encuentra situado
al sur de su Casco Antiguo, fuera de los límites de la ciudad histórica.
Se ubica muy próximo al Paseo de las Delicias, con su frente principal en la avenida de
Moliní, en la rotonda
donde confluye la avenida de la
Raza, y donde además
se encuentra el edificio de la Autoridad Portuaria de Sevilla y el histórico Pabellón de
la Comandancia de Marina de esta ciudad.
Exteriormente el edificio se caracteriza y se hace
especialmente visible por su airosa torre de caña cuadrada cuyo cuerpo superior se abre en
tres una composición simétrica de tres huecos por cada cara.
De su interior sorprende de modo muy especial su bello
patio central, perfectamente conservado al igual que sus frentes exteriores.
De planta cuadrada y dotado de una gran luminosidad
natural gracias a su montera central de planta cuadrada, en este patio pueden
admirarse los bellos elementos ornamentales de sus cuatro frentes, entre los
que destacan los elaborados artesonados de sus galerías laterales, cubiertos por una
profusa y minuciosa decoración a base de arquillos polilobulados y ménsulas de madera.
El pabellón del 29 que costó lo que hoy vale una televisión
Las cien
mil pesetas de antes se han convertido en los seiscientos euros de
ahora. Actualmente con seiscientos euros puedes comprar un ordenador,
una televisión o un móvil. Pues lo mismo que gastas hoy día de una sentada
en los artilugios «sin los que no podemos vivir», fue lo que se pagó en
la Exposición Iberoamericana de 1929 por el pabellón
de Marruecos. Para que se hagan una idea, en los años 20 la suscripción
anual al periódico ABC costaba 8 pesetas y el salario medio al año de un
trabajador eran 2.000 pesetas, por lo que se entiende que se hizo un desembolso
importante.
Una gran inversión, pero muy bien amortizada ya que
actualmente el Pabellón de Marruecos es reclamo de la ciudad de Sevilla para
turistas y sevillanos, una joya de la que se sigue disfrutando tras 85 años de
historia.
Los encargados de darle forma a este dinero
fueron José Gutiérrez Lescura como arquitecto y Mariano
Bertuchi, pintor y artista especializado en arte musulmán. Para ello,
contaron con un espacio en forma rectangular situado en el extremo sur de los
Jardines de las Delicias de Arjona, junto al desaparecido pabellón del Golfo de
Guinea y al pabellón de
Colombia.
El pabellón de Marruecos se caracteriza por tener un
estilo arquitectónico netamente islámico. El edificio central tiene un acogedor
acceso compuesto por una triple arcada de herradura, y lo constituye un patio
con montera acristalada apoyada en cuatro columnas de sección octogonal, el
centro lo ocupa una hermosa fuente de mármol blanco.
El interior del edificio no deja indiferente a los
visitantes puesto que todo está cuidado hasta el más mínimo detalle. La
maravillosa forja de las rejas, la grata monotonía de los mosaicos, el frescor
de la fuente, la luz y el color hacen aflorar los cinco sentidos.
Así se distribuía el pabellón de Marrueco en 1929
Durante la Expo del 29 en cada lado
del patio se disponían de salas dedicadas a exposiciones, a la
derecha se encontraban la Sala de la Colonización, donde se
exponían productos agrícolas y mineros del país, y la Sala de Arte con
muestras de productos artísticos de la zona. En la primera sala de la
izquierda, llamada Sala de la Historiase mostraban hallazgos
arqueológicos y los documentos que ilustraban la historia de Marruecos. La
segunda sala era representativa de la zona española, en ella se
había instalado una galería de obras de artistas nacionales que daban a conocer
paisajes y motivos del Protectorado.
El interior albergaba además siete bazares típicos
marroquís y un café al más puro estilo musulmán. Junto a esta zona de ocio se
encontraba la alcaicería donde se exponían y confeccionaban objetos de cuero,
pinturas, joyas y babuchas que los nativos ejecutaban a la vista del público,
todo ello tal y como se daba en la medina tetuaní, cubierto por un emparrado
que simulaba una calle moruna.
El pabellón acogió a los afectados por las
inundaciones del 61
El Ayuntamiento de Sevilla, al finalizar la Exposición
solicitó la propiedad del edificio que le fue concedida. Así en el año 1957 se
ubicó en el pabellón el Servicio Municipal de Parques y Jardines que se
compartió con un ambulatorio y por familias alojadas por las
inundaciones de 1961. Actualmente es ocupado en toda su totalidad por el
servicio municipal antes mencionado.
Fuente Cristina Sánchez/ ABC Cultura.
Video en youtube: https://www.youtube.com/watch?v=kz66Ru1NkT8&feature=youtu.be